impresionismo en argentina

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A comienzos del siglo xv, Europa occidental estaba dominada artísticamente por una concepción medieval que, al servicio de grandes príncipes, se expresaba mediante fantasías. Los pintores flamencos Campin, Van Eyck y luego Van der Weyden, emprendieron el regreso a la realidad mediante la reproducción fiel de,las apariencias externas. Al mismo tiempo, artistas florentinos planteaban la cuestión artística centrándola en el hombre y, por tanto, dando a su obra una dimensión definida y real en espacio y tiempo. Brunelleschi, Donatello y Masaccio iniciaron así, en sus respectivas artes, la corriente renacentista, aplicando los principios de la anatomía y la perspectiva. En torno a 1500, las preocupaciones humanistas de los artistas florentinos recibieron nuevos impulsos que hicieron llegar a sus últimas consecuencias el espíritu del Renacimiento: Leonardo, a partir de la experiencia; Rafael, por la relación de afectos y el pensamiento eclesiológico, y Miguel Angel, por su lucha atormentada con la materia en razón de su fe religiosa, son las figuras señeras de esta etapa. Entre tanto, algunos pintores 62 germánicos -Durero y Holbein, como más destacados- difundían en el área centroeuropea y anglosajona los principios renacentistas que, asentados en la tradición medieval, daban sus mejores frutos en el ámbito del retrato y del grabado. A lo largo del siglo Xvi, los pintores venecianos opusieron a los florentinos una preocupación esencial por el color, interpretado por Tiziano con equilibrio clásico, en la fábula mitológica; por Tintoretto, a través del lenguaje manierista en fantasmagorías religiosas, y por Veronés, como cronista de fastos decorativos. Preocupación paralela a la de éste mostró el arquitecto véneto Palladio, uniendo arquitectura y naturaleza, mientras'Vignola, su contemporáneo, preparaba el barroco en Roma creando la iglesia--~contrarreformista. Herrera, que completó El Escorial, inició un estilo geométrico y austero de amplia repercusión en el arte castellano durante más de medio siglo. Antes de que finalice el siglo xvi, Carracci y Caravaggio encaman una tendencia opuesta al manierismo dominante y a su intelectualismo, volviendo a la naturaleza por vías de belleza idealista o de extremado realismo. Nacía así la pintura barroca, que habría de hallar la máxima expresión de la realidad en el dinamismo y exuberancia del flamenco Rubens, en la transfiguración luminosa y psicológica del holandés Rembrandt y en la sencilla y dificil veracidad del sevillano Velázquez. Pasado el primer cuarto de siglo xvii, el barroco penetra en la arquitectura a través de la obra romana de dos arquitectos enfrentados: Bernini, también escultor, de arte teatral, pero equilibrado y apasionada mente cristiano, y Borromini, de formas onduladas y cambiantes, frenético y angustiado; unos años más tarde, Guarini, en Turín, desarrollaría con extrema fantasía las ideas del último. En el postrer tercio del siglo xvii, los artistas franceses, más racionales y clasicistas, se expresaban con grandeza armónica y proporcionada como homenaje a Luis XIV, el Rey Sol, relacionando en Versalles todas las artes. Mientras, en España, Churriguera acaba definitivamente con lo herreriano en un estilo opulento y dinámico que dejó larga estela, sobre todo en el retablo castellano. El carácter sustancialmente ornamental del barroco logra su último esplendor por obra del turinés Meissonnier, cuyos hallazgos en tomo a la roca marina -la rocalla- y otras formas asimétricas sirven de base al amable estilo rococó, tan acorde con las exigencias de la sociedad francesa del segundo tercio del siglo xviii. El redescubrimiento de la antigüedad desplazó definitivamente, en el último tercio del siglo, a lo barroco y rococó, dando lugar al llamado neoclasicismo; fue el escocés Adam quien acertó a aplicar la decoración antigua a la arquitectura y a otras artes suntuarias. Por encima de lo rococó y lo neoclásico, anunciando impresionismos y expresionismos, el aragonés Goya, a caballo entre los siglos XVIII y XIX, mostró una imaginación y una audacia creadora como pintor y grabador que inaugura espiritualmente el arte moderno. Ya en el siglo xix, las tendencias pictóricas se suceden en Francia e irradian al resto de Europa. Neoclasicismo y romanticismo dominan la primera mitad del siglo. Después de 1848, las reivindicaciones sociales y políticas, los avances de la técnica y la ciencia, repercuten de forma importante en la pintura: irrumpe el realismo de Courbet despreciando idealismos y fantasías para poner en primer término los aspectos más prosaicos de la vida cotidiana. Sobre 1870, una nueva tendencia surge en el panorama francés, representada por Monet como su cultivador más genuino: el impresionismo ' con sus estudios del efecto de la luz sobre el color y las formas. Y poco más tarde, Cézanne, al ver en la naturaleza formas geométricas esenciales, comienza a derribar el sistema de representación natural que, en sustancia, permanecía inalterado desde el Renacimiento, El cubismo que Picasso inventó ha- cia 1909 -imágenes mentales, no na- turales, representación simultánea y en el mismo plano de los distintos elementos que constituyen una figura o un objeto- inaugura una nueva era artístie a. La aportación de Kandinsky su primera acuarela abstracta es de 19 10-, al prescindir de cualquier mo- tivo cognoscible y utilizar solo formas y colores, completaba la revolución. Solo unos años más tarde, tres arqui- tectos, Gropius, Mies van der Rohe y Le Corbusier, pioneros de una nueva etapa racionalista y humanista, trata- ban con sus edificios de me ' jorar la vida humana a través de la modificacíón de la vivienda y la ciudad. Hasta su muerte lucharon por conseguir que sus ejemplos no quedaran en meras obras artísticas aisladas, sino que su multiplicación práctica contribuyera. al bienestar general del hombre sobre la Tierra. Por razones fundamentalmente de espacio, no fue posible la inclusión de estos términos en lOs módulos correspondientes, lo hacemos aquí con el ánimo de facilitar esta información a los lectores a quienes convenga, ya que algunos de estos vocablos son tecnicismos no siempre conocidos. Abocinado: vano cuya anchura aumenta o disminuye progresivamente. Abside: parte de una iglesia situada en la cabecera, normalmente de planta semicircular
. Alberti (León Battista): arquitecto italiano (1404-1472), gran conocedor de la cultura de la antigua Roma, que propagó con sus escritos el estilo arquitectónico renacentista.
Adíntelada: con cubierta horizontal para los vanos,
Aletones: elemento arquitectónico de perfil sinuoSo, que enlaza en su frente un cuerpo inferior con otro superior de menor anchura.
Arco apuntado: el que consta de dos porciones de curva que forman un ángulo en su parte superior. Baldaquino: dosel, generalmente sobre columnas, que cubre un altar. Basa. parte inferior de la columna.
Bóveda de cañón: cubrimiento semicilíndrico. Bóveda de medio cañón: cubrimiento de una nave que se origina por el desplazamiento de un arco a lo largo de un eje longitudinal.
Capitel: elemento superior de la columna que sostiene el arquitrabe (o parte baja del entablamento), el arco, etc.
Cátedra: sitial, trono. Columna estriada: aquélla que está recorrída verticalmente por estrías. Composición-. técnica de distribuir armónicamente los elementos de una obra de arte (masas, volúmenes, colores, etc.).
Crucero: espacio donde se cruzan perpendicularmente dos naves. 0 0 o Estuco: mezcla de cal, yeso CoCido, arcilla y mármol pulverizado.
Expresionista: que intensifica la expresión más allá de lo natural, deformándola, con el fin de comunicar, con mayor vehemencia, estados de ánimo, sentimientos, etc.
Frescos: Pintura sobre un muro, con revoque húmeda de cal grasa y arena, realizada con colores disueltos en agua.
Hierática: majestuosa, rígida y contenida, aunque no inexpresiva.
Litografía. grabado sobre plancha de piedra Pul'imentada.
Maestro de cantería: grado máximo en el arte del trabajo de la piedra; hasta el siglo XV, por lo general, proyectaba y ejecutaba la obra arquitectónica, es decir, era también un arquitecto.
Modernismo: movimiento cultural nacido a fines del siglo XIX, que se extendió también a las Oamadas artes decorativas. De estilo rebuscado y tendente a la idealización, dotó a objetos y figuras de un movimiento en espiral muy dinámico y gustó del arabesco fantástico Y complicado, Muebles taraceados: decorados mediante incrustaciones de madera de distinto color o de otros materiales. Pilar: elemento de soporte del edificio, normalmente de sección poligonal.
Romanticismo: movimiento artístico que se inicia en el segundo decenio del siglo XIX y que supone una reacción contra el academicismo neociásico. Se caracteriza, en pintura, por el gusto por temas históricos, líterarios, y por los paisajes, a través de los cuales se comunica una emoción personal con sensibilidad apasionada.

- De La Gioconda a Las Meninas

Una mirada, emocionada y sorprendida, por los grandes museos de Paris y Madrid.

POR:EDUARDO GUDIÑO KIEFFER

Escritor. Autor, entre otros, de Malas malísimas y Diez fantasmas de Buenos Aires

..A los museos, como a los amigos, unos los elige. Por eso hay algunos a los que no iría nunca y otros a los que siempre volveré, a pesar de que muchas veces me pelee y me reconcilie con lo que muestran. Por ejemplo, en las dos últimas visitas que hice a París regresé al Louvre para ver la gran obra de Leonardo Da Vinci: La Gioconda Así lo hice y, para mi asombro, descubrí que debe ser japonesa. Porque La Gioconda -o la Monna Lisa, como también la llaman-, está todo el tiempo absolutamente rodeada de japoneses. Cientos de japoneses que no te dejan ver nada.Después de esta sorpresa decidí visitar a la famosa Venus de Milo pero, esta vez, me resigné a una verdad indisimulable: esa escultura de mármol, del 200 antes de Cristo, no es otra cosa que manca. ¡Qué se le va a hacer!Para mi felicidad, el Louvre es inagotable. Seguírecorriéndolo y un rato más tarde quedé de rodillas por la emoción ante la Victoria de Samotracia. Con sus casi dos metros y medio de alto -esa belleza alada que celebra una victoria naval en la proa de una galera- parece en realidad la victoria de todo ser humano, de todo hombre o mujer, sobre sí mismo. Es como un triunfo sobre todas las miserias y los horrores de la humanidad. Fue un impacto muy fuerte contemplarla. Fue muy emocionante sentir que la quería tanto.
Pero si algún día desaparezco tengan la plena seguridad de que estoy en el Museo del Prado, en Madrid; que logré meterme en Las Meninas, la magnífica pintura de Velázquez donde aparece la infanta Margarita y su padre, el rey Felipe IV. Esta pintura, considerada una de las obras cumbre del arte, es un desafio para todo el que la mira. Velázquez supo plantear una cuestión de planos y perspectiva tan compleja y magistral que causa una especie vértigo. El mismo aparece retratado, pero por un juego de espejo del lado de los que miramos. Y siempre hay un atrás, y un atrás y un atrás. Hay un embrujo muy inquietante en Las Meninas Por eso, cuando preparo un viaje, acerca de los museos me digo: "pocos y de a poco". No es aconsejable encerrarse en los museos. Hay que salir a las calles. Y yo las recorro, miro a la gente y reconozco miles giocondas Venus de Milo, pienso en la Victoria de Samotracia y, a veces, me dan ganas de escapar y meterme en Las Meninas


 

las meninas

 

 

 

 

 

GUDIÑO KIEFER

 

A modo de síntesis y recapitulación