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Los frescos constituyen
una fuente de regocijo para el espíritu artístico y de información
para el investigador. Enteráte del porqué de su nombre. Muchas
veces, al viajar por Italia, se presentan ante nuestro asombro,
con increíble vigencia, los ejemplos de pintura mural más
maravillosos que podríamos imaginar.La ciudad de Pompeya, por
mencionar uno, contiene ricas imágenes que recorren desde la vida
familiar, hasta las historias de los personajes mitológicos, con
sus aventuras y sus hazañas. Pero no sólo la presencia de estos
personajes llama nuestra atención: también lo hacen la naturaleza,
las arquitecturas y el ambiente en general. Tampoco escapan al
observador la moda, las formas de vida y la inevitable comparación
con su propia realidad. Lo increíble de estos frescos (técnica así
llamada porque se realiza la pintura cuando el mortero está aún
fresco) es la posibilidad que nos brindan de hacer un recorrido
desde lo histórico hasta lo estético.Pompeya permaneció oculta
luego de la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. y fue
recuperada definitivamente en el siglo XIX. Resulta una fuente
valiosísima para cualquier investigador pero también para todo ser
sensible al arte y la historia. |
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