BIZANTINO

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Santa Sofía de Estambul: esplendor del arte bizantino

Una recorrida por Estambul -la antigua ciudad de Constantinopla, capital del Imperio Bizantino- nos sorprende a cada paso con sus magníficas construcciones. Entre sus edificios, se destaca Santa Sofía, que data del siglo VI. En su tiempo fue la más extraordinaria iglesia jamás construida y hoy es un monumento histórico, uno de los ejemplos más acabados del arte y arquitectura bizantina.Santa Sofía -Hagia Sophia, que significa sabiduría divina- fue construida en tan sólo 5 años (entre el 527 y el 532) por decisión del emperador Justiniano. El espacio arquitectónico de la iglesia está dominado por su enorme cúpula, sostenida por cuatro pilares con sus grandes arcos, que unen así la redondez de la bóveda con el tramo cuadrado de la planta. Su altura es de 55 metros y tiene 40 ventanas en su base que dejan entrar una luz difusa que realza el espacio interior.La concepción del edificio refleja la idea bizantina del edificio cultural entendido como un microcosmos, a imagen y semejanza del reino divino. En cuanto a los mosaicos, son la manifestación más genuina del arte de Bizancio. Algunos de ellos, con ciclos narrativos, se perdieron y otros son posteriores a su fecha de construcción.Se inspiran en una técnica oriental y adquieren un estilo completamente independiente durante los siglos V y VI. El desarrollo estilístico de los mosaicos sufrió pocas modificaciones, por ello es que encontramos en ellos rasgos permanentes a lo largo de las centurias hasta el siglo XV, en el que se produce la caída del Imperio en manos de los turcos.