Gustav Klimt

 maestro del Simbolismo

  Los pintores simbolistas pintan imágenes estilizadas de contenido poético y mítico. El movimiento se desarrolla entre los años 1885 y 1905 a 1910. La mujer adquiere en la época un protagonismo especial en todas las artes, y en la pintura en particular es amada u odiada; no hay espacio para términos medios. Junto a la mujer, el hombre es tratado como héroe o víctima. Gustav Klimt (vienés, 1862-1918) dedica a la mujer la parte más importante en calidad y número de toda su obra.  
 

Durante la mayor parte del siglo XIX los artistas intentan focalizarse en la forma, despreocupándose en parte del tema de la obra. Sin embargo, hacia finales del siglo nace un movimiento, el Simbolismo, que vuelve a privilegiar el contenido por sobre la forma y que surge primero en el ámbito literario, el cual considera a la imaginación como la fuente más importante de creatividad. Los pintores simbolistas pintan imágenes estilizadas de contenido poético y mítico. El movimiento se desarrolla entre los años 1885 y 1905 a 1910. La mujer adquiere en la época un protagonismo especial en todas las artes, y en la pintura en particular es amada u odiada; no hay espacio para términos medios. Junto a la mujer, el hombre es tratado como héroe o víctima.El Modernismo o Art Nouveau comienza a gestarse en el mismo período y el Impresionismo es quizás el movimiento artístico más brillante. Sin embargo, el Simbolismo hace un aporte invalorable, mostrando otra cara de la pintura del siglo XIX en Europa.Gustav Klimt (vienés, 1862-1918) dedica a la mujer la parte más importante en calidad y número de toda su obra. La crítica de arte Berta Zuckerkandl dice sobre el artista: "Con los pies bien plantados sobre este terreno seguro y sólido, él hace variaciones del tema de la mujer en todas sus relaciones con la creación y con la naturaleza. Ora cruelmente voluptuosas, ora levemente sensuales, pinta mujeres llenas de encanto enigmático. La tonalidad de la tez de su cuerpo esbelto, el esplendor fosforescente de su piel, el corte cuadrado del cráneo ancho y las espesas cabelleras pecaminosamente pelirrojas dan lugar a una unidad de profundísima eficacia psicológica y pictórica. Con el retrato crea mujeres nerviosas, llenas de fuego, sedientas de vida o fantásticas, y todas ellas son, pese a las diferencias que las distinguen, fruto de su gracia. Pero para obtener la figura ideal, disuelve el cuerpo femenino en líneas espléndidas, decorativas. Cada rasgo casual, característico de un individuo, se deshace; queda solo el momento típico puro, la esencia sublime del moderno tipo femenino, tal como lo ha captado el artista, en una absoluta pureza de estilo".Klimt nos lega obras sutiles para que, junto con las de otros maestros del Simbolismo, podamos profundizar sobre este movimiento tan rico como sugestivo y para el que la mujer tuvo un rol fundamental.