E1 esplendor de la España
imperial del rey Felipe II (1556-1598) dio paso a una progresiva
decadencia. Sus sucesores en el trono, Felipe 111 (1578-1621) y
Felipe IV (1621-1665), tuvieron que afrontar los efectos de una
crisis económica que sacudió con fuerza los cimientos
del imperio. A las dificultades financieras propias se agregaba
el auge de Inglaterra y Francia, potencias que pronto iban a constituir
una seria amenaza para el dominio español en el mundo, que
hasta ese momento parecía incontestable.
El L TALENTO CULTURAL El lento repliegue del
orgullo hispano en el exterior tuvo su contrapunto en el ámbito
de las artes y las letras. Paradójicamente, el inicio de
la decadencia española durante el siglo XVII coincidió
con uno de los períodos culturales más fructíferos
de la historia: el Siglo de Oro. Fue una estirpe de escritores
y pintores, llenos de talento, que contrarrestó la paulatina
pérdida de orgullo y poder de España. Así,
en lo literario, se destacaron el prolifico autor teatral Lope
de Vega, el ingenioso y satírico Francisco de Quevedo y
el brillante poeta Luis de Góngora; en lo pictórico,
Zurbarán, Murillo y el propio Velázquez fueron los
protagonistas de una explosión artística por la
que aún es admirada la cultura española de entonces. En lo estético, la España
del barroco comenzó a desligarse del dominio cultural ejercido
por la Iglesia Católica en el siglo XVI. Los artistas,
y en especial los pintores, buscaron en el arte italiano los referentes
para concretar sus obras. El carácter didáctico
impuesto por lo religioso -en el que los "mensajes"
del arte debían ser claros y explícitos para un
mejor entendimiento por parte de todo el pueblo-- cedieron ante
experiencias artísticas más elaboradas, donde el
talento del artista desempeñaba un papel preponderante.
Es la época del barroco, de las formas alambicadas, de
la expresión figurativa que impacta, que sobrecoge y que
invita a la reflexión. Velázquez se convirtió
en uno de los emblemas artísticos de ese estilo.
A LOS DOCE AÑOS, INGRESA COMO APRENDIZ
EN UN TALLER DE PINTURA
Diego Rodríguez Velázquez de
Silva, mucho más conocido como Diego Velázquez,
demostró pronto sus dotes para la pintura. Algunos biógrafos
aseguran que era un niño cuando ingresó en el taller
del pintor sevillano Herrera el Viejo, más famoso por su
carácter colérico que por su destreza con los pinceles
-por ello, Velázquez lo abandonaría al poco tiempo-.
Está confirmado, en cambio, que en 1611 Velázquez
empezó a desempeñarse como aprendiz en el taller
de Francisco Pacheco, otro pintor de Sevilla. Además de
maestro, Pacheco se convertiría luego en suegro del joven
artista. Velázquez se casó con la hija de Pachaco,
Juana. En esta etapa inicial de su aprendizaje, Velázquez
se familiarizó con el "tenebrismo", un movimiento
pictórico naturalista originario de Italia que tenía
en el pintor Michelangelo Caravaggio a uno de sus máximos
exponentes. El "tenebrismo" se distinguía por
el tratamiento de la realidad con un estilo que enfatizaba el
papel de la luz en la composición. El juego entre luces
y sombras era el eje de ese estilo.
DEL 'TENEBRISMO" DE SUS PRIMERAS OBRAS
A UN VIAJE
QUE SERIA DECISIVO
Velázquez se impregnó de la influencia
"tenebrista" y la aplicó a sus primeros cuadros.
Pinturas como Viejafriendo huevos (1618) o El aguador de Sevilla
(162o) demuestran el interés del pintor por el naturalismo
y la expresividad, con un prodigioso y precoz dominio del relieve
y del claroscuro. De esta época también se destacan
composiciones de temática religiosa, como La adoración
de los rnagos (1619.)Animado por los progresos de su pintura,
Velázquez pensó que Madrid, la capital de España,
era un buen destino para desarrollar su carrera al amparo de algún
mecenas. En 1622, viajó a esa ciudad.Las excelentes relaciones
que Francisco Pacheco, su suegro, mantenía con funcionarios
reales facilitaron el camino del joven pintor. En ese período,
éste conoció a personalidades famosas, como el escritor
Luis de Góngora. Su paso por la capital fue fugaz y Velázquez
volvió a Sevilla. Pero, en Madrid, había causado
una muy buena impresión.Un año después, su
vida tomaría un giro inesperado. Gracias a los buenos oficios
de Pacheco, Velázquez fue llamado a la capital por el conde-duque
de Olivares, poderoso valido (primer ministro) del rey Felipe
IV. El conde-duque de Olivares había pensado en él
como sustituto de Rodrigo de Villadrando, pintor favorito de la
Corte, que murió en 1623. A IOS 24 años, Velázquez
se puso al servicio del rey de España. Era el inicio de
una vertiginosa carrera como artista.
COMIENZA SU CARRERA: UN PINTOR EN LA CORTE
DEL REY FELIPE IV DE ESPANA
Trabajar para el rey era una tarea de gran
responsabilidad, que implicaba ocupar muchos días en el
mantenimiento de los objetos artísticos del palacio. Esa
función también le proporcionaba a Velázquez
tiempo libre para perfeccionar su arte.Una libertad que también
se daba en los temas tratados. Al margen de los cuadros dedicados
a la familia real o a otros personajes de la Corte, el pintor
español abordó las más diversas temáticas.
En 1628, poco después de recibir en la Corte a Peter Paul
Rubens -otro destacado pintor barroco- Velázquez fue capaz
de tratar obras de tipo mitológico, típicas en la
pintura flamenca del siglo XVIL En este estilo puede encuadrarse
El triunfo de Baco (también
llamada Los borrachos), pintada entre 1628 y 1629.
Hasta ese momento, el "tenebrismo" era una guía
estética para Velázquez, porque rompía con
los cánones de la época -sujetos al llamado academicismo,
un estilo que no daba lugar al experimentalismoy porque le permitía
tratar temas que le resultaban más cercanos, de modo más
expresivo. Pero, en 1629, su primer viaje a Italia le abrió
los ojos: con el cromatismo de la escuela veneciana Impregnó
de luz, color y adoptó una actutud más libre y menos
sujeta a las sombras. Velázquez intuyó que era posible
una pintura expresiva y viva, sin necesidad de recurrir siempre
al claroscuro y a los rasgos marcados. Fruto de ello son dos obras
de 1630, La túnica de San José y La fragua de Vulcano.
En ellas abandonó definitivamente el "tenebrismo"
para dar paso a una explosión de colores -rojo, negro,
blanco- y a una luz más definida, clara y presente.
Retratos
Los retratos que Velázquez hizo de los
Austrias -la dinastía que gobernaba España durante
su epoca- constituyen uno de los legados más exquisitos
de la pintura cortesana del barroco euro peo. A la derecha, detalle
de Felipe IV a caballo (163411635), óleo q ue se conserva
en el Museo del Prado (Madrid, España).
VUELVE FASCINADO DE ITALIA E INICIA UNA ETAPA
LLENA DEENCARGOS
Tras dos años de permanencia en Italia,
Velázquez regresó a España. Ese período
le sirvió para estudiar las obras de pintores como Rafael
Sanzio (1483-1520), Miguel Angel (1475-1564), Tintoretto (1518-1594)
Y Tiziano (1490-1576). El legado de estos maestros nutrió
el quehacer artístico del pintor sevillano y contribuyó
a afianzar su estilo.De regreso en Madrid, en 1631, Velázquez
inició una actividad frenética que se prolongaría
casi todala década porque se suceden los encargos de la
Corte. Durante esta etapa, Velázquez pintó algunos
de sus cuadros más famosos y conocidos: La rendición
de Breda (1635) -llamado también Las lanzas-; Felipe IV
a caballo, (1634-1635); Retrato ecuestre
de] conde-duque de Olivares (1634)
y El príncipe Baltasar Carlos (1634-1635), que muestra
al heredero de la Corona española.
LAS MENINAS
¿Qué quiso pintar Velázquei
meninas? ¿Un cuadro sobre el arte de pintar? ¿Una
escena palaciega? ¿Quiénes son y, sobre todo, cómo
se produce la imagen de] espejo? ¿Qué está
pintando Velázquez en el cuadro que el espectador no puede
ver? Son interrogantes de una obra definida por el pintor Luca
Giordano como "teología de la pintura".los personajes:en
primer plano: Velázquez, María Agustina Sangriento
-una menina-, la infanta Margarita ¡sabe] de Velasco -otra
menina-, y los enanos Maria Bárbola y Nicolás PertUsato;
en segundo plano, marcela Ulloa -la cuidadora y un empleado de
- la casa real. Felipe IV y mariana de Austria se reflejar, en
el espejo; al fondo, José Nieto. Escena:El
cuadro representa el momento en que el artista está pintando
en su
taller y la infanta, con sus damas de compañía (meninas)
se acerca para
a ver como trabaja. En ese instante aparecen los reyes, hecho
que se
constata por la presencia al fondo de Nieto, el aposentador de]
palacio,
encargado de abrir las puertas del, cuarto a los moliarcas. Distintas
actitudes: Esa irrupción provoca
d diferentes actitudes en 105 presentes unos se disponen a saludar,
otros se muestran indiferentes Se destaca el interés de]
pintor por la perspectiva aérea, así como la creación
de] espacio en profundidad a través de la luz que penetra
por las ventanas de la habitación. El cuadro puede verse-en
el Museo del Prado de Madrid.Las menínas es la obra maestra
de Velázquez y una de las piezas enigmáticas de
la pintura universal. El cuadro ha sido objeto de estudio e interpretaciones
por artistas de todas las épocas: Goya Picasso, Dagas...
A primera vista no parerce "ocultar nada: es y ordenado.pero
es una obra llena de sorpresas
CON UN ESTILO PROPIO, HACE RETRATOS DE LOS MAS POBRES
Entre tanta glorificación de la realeza
y de la nobleza, Velázquez también halló
un hueco para retratar al resto de la gente. Su genio le permitió
atrapar en un lienzo tanto la psicología del poder como
el rostro descarnado de los menos afortunados.En esa época
palaciega realizó sus célebres bufones. Cuadros
como Pablo de Valladolid (1636-1637) 0 El bufón Barbarroja
(1637-1640) permitieron al pintor adentrarse de nuevo en el terreno
del naturalismo y apartarse un poco de los personajes importantes
o de los hechos históricos y trascendentales.A finales
de la década de 1630, Velázquez había conseguido
dar cuerpo a un estilo propio. Después de pasar por el
"tenebrismo" y por la escuela veneciana, sus cuadros
ya tenían "personalidad". El pintor supo conjugar
las obligaciones de la Corte con la capacidad para crear su propio
mundo visual y conceptual, ofreciendo así una interesante
perspectiva personal.
SU PINTURA LLEGA AL APOGEO,` A LA VEZ QUE AUMENTAN
SUS RESPONSABILIDADES
Antes de perder el favor de Felipe IV en 1643,
el conde-duque de olívares nombró a Velázquez
ayudante de cámara del rey. El pintor compatibilizó
su nuevo cargo con una tarea artística próxima a
su apogeo. Así, en La Venus del espejo (1644-1648) realizó
el primer desnudo profano de la pintura española, dando
a la mujer un aspecto natural. Además, supo jugar con la
ruptura de la perspectiva para dar más fuerza vital y expresiva
a su cuadro, un avance pictórico que repitió, en
el mismo período, en Las hilanderas (o La fabula de Aracne).
Rasgos
Velázquez aprovechó su condición
de retratista de la Corte española para darle un carácter
más humano a los personajes que pintaba, por muy poderosos
que éstos fueran. En sus cuadros, el pintor plasmó
la 11 verdadera" personalidad delretratado a través
de poses, miradas y ademanes que denotan, ante todo, su cotidianeidad.
,SU INDISCUTIBLE MAESTRIA ES RECOMPENSADA AL
FINAL DE SUS DIAS
En 1649, Velázquez emprendió
su segundo viaje a Italia. Visitó Roma, Venecia, Nápoles,
Módena y Florencia y compuso uno de sus mejores retratos,
el del papa Inocencio X (165o). En él se aprecia la capacidad
del pintor para definir personalidades a través del uso
de la mirada, de la situación del modelo frente al lienzo
y de sus gestos.En 1651 regresó a Madrid, a la Corte, donde,
entre seis candidatos -fue elegido aposentador del palacio encargado
de acondicionar y decorar los cuartos reales-. Sus obligaciones
no le impidieron crear su obra maestra: Las meninas (1656). En
1659, Velázquez fue nombrado caballero de la Orden de Santiago,
uno de los máximos títulos honoríficos de
laépoca que no se otorgaba a los pintores y que Velázquez
recibió por expreso deseo del rey Un justo reconocimiento
para su magnífica obra.
La mirada que fue ma s allá de] retrato
a mirada de Velázquez entró con
profundidad en el laberinto de una casa real, la de Felipe IV,
que tenía sus pintores de cámara para la exaltación
y la contemplación de su propia imagen. El maestro sevillano
provocó un debate sobre la misma esencia de la pintura
y el pintor. En Las meninas hizo un ejercicio de rebeldía
y rompió todas las normas: entre luces y sombras, proyectó
un cuadro de reflexión dirigido al otro lado del espejo.
Algo similar hizo en La rendición de Breda, donde algunos
personajes "rniran" al pintor. Son las gotas de liberación
artística de Velázquez que, aun al servicio exclusivo
de los poderosos, supo trascender.
DE REYES Y BUFONES En los ojos de Velázquez
se reflejó la realidad de su entorno. Pintó reyes,
pero también bufones. Sus retratos de personajes con anomalías
y deformidades configuraron un cuadro de dignidad y grandeza de
la condición humana. Los enanos, pintados por Velázquez,
ya no eran objetos de fealdad para hacer reír a la Corte
y pasaban a convertirse en parte de la realidad. La mirada del
pintor atrapó el momento con toda naturalidad, corno si
la imagen fijada en el lienzo fuera una foto -al estilo de las
composiciones del francés CartierBresson, o los retratos
de personajesfreaks, raros y totalmente desprejuiciados, de la
fotógrafa estadounidense Diane Arbus- A la vista están
sus famosas meninas -palabra que en portugués signifícativas
referida alas compañeras de juegos de las infantas- y sus
enanos.
PINTOR DE LA REALIDAD
AHI LE TENEMOS: EL AUTENTICO pintor de la realidad".
Pablo Picasso, otro genio de la pintura, defínió
así la obra de Diego Velázquez, el máximo
exponente del barroco español. Acaso porque ambos fueron
precursores, rupturistas y genios, Picasso comprendió mejor
que nadie la esencia del arte de Velazquez Años antes,
los pintores impresionistas ya se habían rendido a la maestría
de Velázquez. Admíraron el sereno lenguaje cotidiano
que empleaba para afrontar sus cuadros; se maravillaron con composiciones
que mostraban una quietud extraordinaria.
Y celebraron su exquisito tratmiento del color.
SIMBOLO DE MODERNIDAD
Velázquez, al igual que su contemporaneo
Rubens, era un buen colorista. Pero a diferencia del "tremendismo"
del holandés, siempre puso los colores al servicio de un
estilo directo y sencillo. Posiblemente, sus contemporáneos
no alcanzaron a valorar con exactitud sus cualidades pictóricas.
Fueron los pintores impresionistas, ya en el siglo XIX, los que
reivindicaron el carácter poético que impregnaba
los cuadros de Velázquez.De esta manera, reconocieron la
modernidad del pintor del barroco. Edouard Manet (1832-1883) lo
llamó Lepeintre des peintres ("El pintor de los pintores")
por la visión pura de su arte, donde el ojo del autor abarcaba
como nadie la realidad y sus matices, visibles e invisibles. Luego,
Salvador Dalí y el propio Picasso recurrieron a la obra
de Velázquez para realizar versiones de algunas de sus
pinturas. Dalí pasó su tamiz surrealista por el
retrato del enano Sebastián de Morra. Picasso, por su parte,
hizo medio centenar de variaciones experimentales de Las meninas,
un cuadro que lo fascinaba. Así, la vigencia de Velázquez
fue más allá de su época.
DATOS FAMILIARES
Se sabe muy poco sobre la vida personal de
Velázquez. Sólo que tuvo dos hijas y que una de
ellas, Francisca, se casó con el mejor discípulo
de Velázquez, Juan Bautista Martínez del Mazo. De
su esposa, Juana Pacheco, lo único que se conoce con certeza
es que murió el 13 de agosto de 166o, siete días
después que su marido.
>ENVIDIA Y CALUMNIAS
Velázquez fue muy envidiado en la Corte.
Nunca se entremetió en
ningún asunto, pero algunos no le perdonaban su honradez
y talen-
to. Una vez muerto, fue acusado de quedarse con dinero de¡
Tesoro
real. Su nombre fue borrado ' ádo de los rangos de honor
pero una investigación posterior puso en evidencia la calumnia
y tanto su memo-
ria como el título de caballero de Santiago le fueron restituidos.
>LA LEYENDA DE LA CRUZ
Según una leyenda, el propio rey Felipe
IV, al morirVelázquez, pintó la cruz roja de Santiago
sobre la imagen de¡ pintor en Las meninas. Aunque se trata
de una leyenda, la cruz es, sin duda, un agregado: Velázquez
obtuvo el título de caballero recién en 1659.
A PUÑALADAS El desnudo femenino de La
Venus del espejo (Galería Nacional de Londres) fue blanco,
en 1914, del enojo de una sufragista -defensora del derecho al
voto de las mujeres- Enfurecida, la mujer asestó varias
puñaladas al cuadro. Con esta actitud, quería llamar
la atención sobre su causa. Sólo consiguió
dañar la obra.
>SENSIBILIDAD
Velázquez captó la mirada humana
de sus retratados sin importarle sus rangos sociales, fueran enanos
deformes, la realeza o el papa Inocencio X Pero aún fue
más allá, al plasmar la expresión de los
animales. El perro adormilado de El príncipe Baltasar Carlos,
cazador o el desafiante ciervo de Cabeza de venado denotan su
sensibilidad hacia los animales, algo poco común en una
época de cacerías.
>DEMASIADO AUTENTICO
Al papa Inocencio X no le gustó, en
principio, el retrato que le hizo Velázquez porque era
troppo vero (demasiado auténtico). Pero, tras la impresión
inicial, acabó entusiasmado y le regaló al pintor
una cadena de oro. De esta obra se hicieron numerosas réplicas.
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