EL MUNDO DE MAOUlAVELO
Italia desarmada y desunida
"Hay que agradecer a Maquiavelo que diga abiertamente y sin disimulo lo que los hombres acostumbran hacer, no lo que deben hacer''
FRANCIS BACON

sus escritos inauguran la teoría política modema

Para muchos políticos, El Principe es un libro clave

El Príncipe fue tenido POR Un 'Iibro del demonio"

El infortunio empanó la tarea pública de Maquiavelo

Como Maquiavelo, otro diplomático italiano, Baltasar alcanzo gran éxito con El cortesano (7528), un manual de buenas maneras.

Los condottieri , que proliferaron entre los siglos XIII XIV
.

El 24 de mayo de 1498, Savonarola, el fraile dominico inspirador de la re publica popular a, Florencia, ardió en In boquera por herele (a In derecha un cuadro alusivo Quienes lo habían llevado al poder, no lo defendieron cuando fue acusado de hereje por Ia iglesia.

El papa Alejandro VI apoyó las conquistas de Cesar Borgia .

¿Quien es este personaje de sonrisa burlona, tan similar a la de La Gioconda? Pues nada más ni nada menos que Nicolás Maquiavelo, el autor de El Príncipe, el libro que dio origen a las teorías de la política moderna por su cruda descripción del manejo de] poder. Pero su gran personalidad y sus actividades como funcionario estuvieron muy lejos de las que recomendaba en su aún polémica obra.

joven, arrogante, en actitud retadora pero serena, desde que Donatello la esculpiera en 1435 para los Medici la figura M David (abajo) simboliza la política e Florencia en tiempos de Maquiavelo (izquierda). La ciudad toscana pretendio simular que tenia poder aunque, en realidad, era políticamente débil. La David siguió vinculada a la ciudad cuando en 1501 la república popular de Florencia la encargó el colosal David a Miguel

En julio de 1500 el primer secretario de la segunda Cancillería de Florencia, Nicolás Maquiavelo, tomó conciencia de la realidad mientras estaba de visita en la corte de Luis XII, rey de Francia. En ese momento, advirtió qué poca consideración tenía la república florentina entre los mandatarios franceses. Forjada en la larga guerra contra los reyes de Inglaterra, la monarquía francesa había iniciado su expansión territorial por tierras italianas -que chocaría con los intereses de la corona española de Aragon y sólo respetaba a quienes tenían ejércitos. Y Florencia no los tenía, ni tampoco el resto de los Estados de la primitiva Italia. El mundo de las armas estaba reservado a los condottieri auténticos empresarios de la guerra que ponían sus tropas al servicio del mejor postor. Ejércitos mercenarios, al fin, que a menudo terminaban traicionando a quienes los habían contratado.

EL MOSAICO ITALIANO

En los albores del siglo XVI, Italia estaba fragmentada en reinos, repúblicas y ducados. Los más importantes eran el reino de Nápoles, el Papado, las repúblicas de Venecia, Florencia y Génova y el ducado de Milán. Los Estados italianos vivían en un delicado equilibrio, recelosos, vigilándose constantemente para que ninguno de ellos afectara los particulares intereses de los otros.

LA CARTA DEL PAPADO La existencia del Papado, que también contaba con posesiones territoriales en el centro de la península, modeló el mosaico italiano. Pese a contar con territorios y con súbditos, los Papas cedieron la administración de los poderes temporales a importantes familias locales. De esta forma, su poder terminó convirtiéndose en instrumento de su ambición. Era el caso de los Della Rovere (papas Sixto IV y Julio II), Borgia (Alejandro VI) y Médici (León X y Clemente VII), clanes familiares que utilizaban la tiara de San Pedro para propósitos más terrenales que espirituales. En definitiva, Italia entera estaba sometida a los intereses de sus magnates.

LA NEUTRAL FLORENCIA

Florencia, la ciudad de Maquiavelo, no era ajena a esta situación. Los Médici, la familia más poderosa, era partidaria del equilibrio y de la neutralidad en la política italiana. El esplendor artístico e intelectual de la ciudad -hogar de Leonardo da Vinci, Miguel Angel Buonarroti, Américo Vespucio, Maquiavelo, Donatello y Guicciardini- la hacía vivir en un espejismo. Mientras se desgarraba en conflictos entre facciones, Florencia creía que, gracias a su fama y riquezas, podía liderar el "renacimiento" político de Italia
.JOVEN BURLON Y SIN INFLUENCIAS LLEGA A CANCILLER DE FLORENCIA

La historia de Nicolás Maquiavelo es la de un "glorioso perdedor", la de un "segundón" de la historia. No se trata de un emperador, ni de un profeta, ni de un filósofo, ni siquíera de un feroz guerrero Tan sólo de un honrado servidor del Estado, un instruido ciudadano del popolo grasso -la pequeña burguesía- de Florencia que consiguió desentrañar por primera vez la auténtica naturaleza del poder político. En 1513, condenado ya a la inactividad pública en su casa de campo, quien fuera admirado diplomático y reorganizador militar de la república popular de Florencia tomó la pluma para escribir uno de los textos fundamentales de la historia de las ideas políticas, El Príncipe. Ouince años antes, el 19 de junio de 1498 -apenas veinte días después de la ejecución de Savonarola, el dominico que había propiciado la expulsión de los Medici Maquiavelo, un joven oscuro, sin experiencia política, mujeriego, irreverente y sin amistades influyentes, era nombrado primer secretario de la segunda Cancillería, es decir, del Ministerio de Relaciones Exteriores. Su trabajo consistiría en recabar información y redactar informes sobre los hechos militares y políticos que pudieran afectar a la nueva república. En ese cargo, Maquiavelo se reveló como un hombre siempre dispuesto a concurrir a las cortes con las que Florencia tenía relaciones diplomáticas para cumplir con su cometido.

EL DIPLOMATICO QUE DESCUBRE LA FUERZA DE LAS ARMAS PROPIAS

Dueño de una inteligencia muy sutil, Maquiavelo advierte, durante sus viajes, la debilidad de Florencia, que propugna la via del mezzo, una política exterior encaminada a mantener el equilibrio entre los diferentes Estados de Italia. Maquiavelo también intuye que, desde que Carlos VIII de Francia atravesara la península en 1494, la estrategia florentina y la gloria de Italia tenían los días contados.Descubre, finalmente, que la fuerza de los Estados reside en su potencia militar -como lo demuestra el fracaso final del duque César Borgia, hijo de Rodrigo de Borgia, luego papa Alejandro VI, que unificó los territorios de Romagna bajo el dominio del Papado y al que admi- y, especialmente, en la disciplina y la lealtad de los ejércitos permanentes como los del rey francés. Su sagacidad y sus consejos fueron apreciados por Pedro Soderini, el gonfaloniero gobernador civil- de la república. Cuando, en 1502, el cargo de éste se convirtió en vitalicio, accedió a las peticiones de Maquiavelo sobre la necesidad de que Florencia contara con un ejército propio. Cinco años después, Maquiavelo fue nombrado secretario de los Nove di Milizia, la magistratura encargada de organizar la Ordenanza, el ejército ciudadano. Entre 1504 Y 1507 Maquiavelo se concentró en la nueva mision. Consiguió enrolar a jóvenes campesinos del distrito de Florencia en la nueva infantería y convencer a los florentinos, que tenían muy mala opinión de la gente de armas' Las tropas de Maquiavelo eran aún noveles y poco adiestradas en comparación con las de Francia y España, pero en 1509 reconquistaron la ciudad de Pisa, que había estado en manos francesas y que fue defendida por el condottieri Paolo Vitelli. Maquiavelo saboreó el éxito. Su amigo de la Cancillería, Biagio uonaccorsi, bromeó llamándole "Magnífico c a p i t á n general. Pero esto no duro mucho.

EL REGRESO DE LOS MEDICI CONDENA A MAOUIAVELO AL EXILO Y AL OLVIDO

Fue un breve período de gloria para Maquiavelo; los cambios en la política italiana iban a provocar su desgracia. El Papa, los españoles, los alemanes y los venecianos se habían agrupado en la Liga Santa (1510) contra las ansias expansionistas de Luis XII, el rey de Francia, que habla invadido Milán. En 1512, las tropas españolas pusieron cerco a la neutral Florencia y la saquearon. Pedro Soderini huyó y los españoles legitimaron el regreso de los Médici, partidarios del Papa. Empieza, entonces, el período más trágico de la vida de Maquiavelo. Es destituido de sus cargos e injustamente detenido y torturado por su presunta participación en una conspiración contra los Médici. Alejado de todo cargo político y castigado a un año de destierro fuera de la ciudad, Maquiavelo nunca volverá a ser el mismo. En plena madurez, a los 44 anos, se vio obligado a retirarse, junto con su familia, al campo. Fue un duro golpe parahombre que se consideraba patriota al servicio del Estado, intereses superiores a los que provocaban la estéril lucha de facciones que desgarraban a Florencia e Italia.

LAS FORMAS DE PODER INSPIRAN SUS PRIMERAS OBRAS DE LITERATURA POLITICA

Sin embargo, la fortuna volverá a sonreírle a Maquiavelo por una vertiente insospechada: la literatura. Estudió los clásicos latinos que había guardado su padre y comenzó a escribir Comentarios a las décadas de Tito LIBIO (1513-1518), donde analiza la organización de las repúblicas basándose en el modelo de Roma, a la que propone como ejemplo, y El Príncipe (1513), su obra maestra, con la que alcanzaría fama universal y será objeto de plagio por parte del filósofo Augustino Nifo en 1523.

UNA COMEDIA FRIVOLA LE PERMITE REGRESAR A LA
ACTIVIDAD PUBLICA

Hombre de gran espíritu y dotado de gran sentido del humor, Maquiavelo consiguió vencer parcialmente su amargura con La mandrágora (1518), una comedia teatral que satiriza, al estilo de su admirado Boccaccio, las deshonestas costumbres de la Italia renacentista y que le proporcionó un reconocimiento público que no le dio la gravedad de sus textos políticos. Esta obra desvergonzada y la amistad de los jóvenes de las mejores familias florentinas -que componen la tertulia literaria de Orti Oricellari y que frecuentó desde el verano de 1517- facilitaron el regreso de Maquiavelo a la vida pública. El cardenal Julio de Médici, futuro papa Clemente VII, había leído La mandrágora por indicación de uno de sus alumnos de tertulia y mostró interés por conocerlo. Cuando en 152o, a la muerte de Lorenzo, Julio accedió al poder en Florencia, adscribió a Maquiavelo a los servicios historiográficos de la ciudad. Por encargo suyo, escribirá varios libros de historia y biografías.

LA INESTABILIDAD DE LA REPUBLICA De FLORENCIA FRUSTRA TODOS SUS EMPEÑOS

En 1521 IOS Médici le encargaron algunas gestiones menores de mediación. En una de ellas conoció a Francesco Guicciardini, famoso historiador y diplomático florentino al servicio de Clemente VII Esta amistad le permitió volver a la política como asistente de Guicciardini cuando se preparaban nuevas guerras entre el emperador español Carlos V y el rey francés Francisco 1 con Italia por escenario. Aún vivirá el saqueo de Roma (1527) -que atribuyó a la vía del mezzo florentina-, una nueva expulsión de los Médici de Florencia y la instauración de otra república. Aunque Maquiavelo decía ser republicano, fue apartado de la nueva administración porque El Príncipe había sido considerado impío. Maquiavelo, que en su Historia de Florencia satirizaba a los humanistas, coincidió con ellos en que terminó haciendo más labor política y alcanzando más notoriedad a través de sus escritos que mediante sus actos gubernamentales.

FLORENCIA  y su papel en la patria italiana

Antes de que Maquiavelo exhortara, en el último capítulo de El Príncipe, a expulsar a los "bárbaros" -franceses y españoles- de Italia, ya existía una opinión fundada sobre el papel que jugaba Florencia. A principios del siglo XV, los historiadores Leonardo Bruni y Gregorio Dati consideraban a la ciudad como la heredera de las virtudes republicanas de la antigua Roma y como campeona de la libertad. Dati aseguraba que "la libertad de Italia entera descansa únicamente en manos de los florentinos". Incluso el monje . e Savonarola proclamó: "Pueblo de Florencia, comenzaréis la reforma de Italia entera El propio Julio II, un papa con corazón de condenari suscribió el lema popular de Fuera los bárbaros".



 Savonarola a, el dominico republicano

Entre 1490 Y 1498, Florencia vivió bajo la influencia de Girolamo Savonarola, un dominico visionario que obtuvo muchos seguidores con sus discursos contra la perversión de las costumbres, pecado que atribuyó a los dueños de la ciudad, los Médici. A la muerte de Lorenzo de Médici, "el Magnífico" (1492), Savonarola instauró una república teológica Pero perdió popularidad al enfrentarse al papa Alejandro VI, quien lo excomulgó y condenó a morir en la hoguera, por hereje.

Principe de mala prensa

NICOLÁS MAQUIAVELO HIZO historia en el campo de la filosofía política. Su nombre, transformado en adjetivos tales como maquiavelismo, maquiavelista y maquiavélico, pasó a ser sinónimo de astucia, doblez y perfidia en el lenguaje popular. Y su libro más famoso, El Príncipe, una impecable disección de los resortes del poder político.

M-ANUAL ESTRATEGICO

Acaso Maquiavelo pagó cara su honradez intelectual al hablar sin tapujos de la deshonestidad y corrupción políticas. En política, por maquiavelismo se entiende la doctrina que aconseja el empleo de la mala fe, si es necesario, para sostener el poder de un Estado. El Príncipe, que descubre cómo se ganan, se conservan y se pierden los principados, sigue siendo hoy un "manual estratégico" imprescindible no sólo en el ámbito de la política; también en el mundo de los negocios y de la publicidad. Pero Maquiavelo tuvo (y tiene) mala prensa. Las partes morales de su doctrina suelen quedar relegadas a un segundo plano. La libertad, la teoría de los frenos y equilibrios, dar más poder al pueblo, la independencia nacional, la seguridad, la constitución bien ordenada son fines que, a menudo, se pasan por alto a la hora de hablar de maquiavelismo. Por el contrario, el arsenal de dudosas cualidades como la deslealtad, el fingimiento o el engaño, que también figuran en El Príncipe, sobresalieron como la verdadera esencia de su teoría sobre el poder. De ahí el sentido peyorativo del término maquiavélico. Puede sonar muy maquiavélico: para lograr el triunfo, todo vale. No obstante, es injusto atribuir la inspiración de ciertos modelos de conducta política a Maquiavelo. De hecho, su posición fue más sociológica que teológica y marcó el camino hacia la separación de los poderes del Estado. En honor a la verdad, Maquiavelo no era maquiavélico. Pero, durante siglos, hubo mucho empeño en hacerlo pasar por tal.


¿DE VERAS lo DIJO?

La célebre máxima "El fin justifica los medio? es habitualmente atribuida a Maquiavelo, cuando en realidad no figura en ninguna de sus obras. Con ella se pretende resumir su mala fama y la falta de escrúpulos de su ideario político, conceptos sobre Maquiavelo que persisten al paso M tiempo pese a que muchos autores indican su falsedad. Lo que sí es cierto es que en su obra El Príncipe figuran ideas como "Un príncipe no puede ni debe mantener fidelidad en las promesas cuando la fidelidad redunda en perjuicio propio. Dejando de ladó todo escrúpulo, d be concreta( el plan que proteja su supervivencia".

>LOS HAY MAS CINICOS

Maquiavelo pasa también por ser el precursor de¡ cinismo político, sobre todo por frases como "El príncipe que quiere conservar el poder debe estar dispuesto a ser bueno o no según las circunstancias". Este consejo, propio M contexto político de la Florencia de la época, no es nada comparado con lo que dos siglos más tarde diria Napo eón: Triun ad siempre, aun por el peor medio, y os darán siempre la razón".

MALDICIENDO SU SUERTE

Maquiavelo escribió desde su destierro: "Vuelvo a la hostería, con el posadero, el carnicero, el molinero y dos panaderos. Me encanallo con ellos jugando a los naipes, de lo que nacen infinitas disputas y palabras injuriosas; hay veces que desde San Casciano se nos oye gritar. Y en esta piojería he de zambullirme para que no acabe de enmohecérseme el cerebro, y para desahogar esta malignidad de mi suerte".

>LIBRO DE CABECERA El Príncipe sigue siendo una obra política muy influyente, aunque la valoración sobre su contenido cambia mucho según quien lo lea. Por ejemplo, Napoleón dijo que ,les el único libro que vale la pena leer"; por el contrario, para el filósofo Bertrand Russell era un "manual para gángsters».

1 '.UNOS CONTACTOS A 105 29 años, Maquiavelo trató a Leonardo da Vinci debido al encargo de unas pinturas. Además, Maquiavelo usó sus contactos con el Papa para que un artista con fama de rebelde, Miguel Angel Bucinarroti, accediera a pintar la Capilla Sixtina del Vaticano.

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