Antoine de SaintExupery
volando,
veía al mundo desde otra perspectiva, diferente de la de los demás. En la
estrecha carlinga de sus aviones, en lucha contra los elementos desatados, el
aristócrata se descubrió a sí mismo, forjó un sólido concepto del deber y
la responsabilidad, y alimentó ideales humanistas. Poco después de terminada
la Primera Guerra Mundial, SaintExupéry se comprometió con Louise de
Vilmorin, una joven hermosa, elegante, escritora talentosa y heredera de un
banquero que ni sabía cuánta plata tenía. El padre veía con recelo a ese
conde sin dinero, enredado en libros, poesías y aviones. Unas semanas antes
de la boda, SaintExupéry se subió a un biplano que no conocía en las
afueras de París y se estrelló a poco de despegar: fractura de cráneo y
conmoción cerebral. " El banquero confirmó sus temores y lo puso entre
la espada y la pared dice Elsa Aparicio de Pico, secretaria de la sede
argentina de la Asociación Los amigos de Antoine de SaintExupéry. El tenía
22 años y el padre de la novia le dijo:'0 mi hija o el avión'. Y ganó el
avión." SaintExupéry
había instalado un aeropuerto para la escala en Puerto Santa Cruz, a unos 50
kilómetros de allí, ellos también reclamaron el suyo. Le escribieron amargas
cartas de reproche por no haber entendido el futuro de ese pueblo ni el valor
estratégico de su ubicación: "Vamos a instalar el aeropuerto, a pesar
suyo", amenazaron .Y lo hicieron, y un día lo invitaron para que lo
inaugurara. Alguien le dijo a SainExupéry que la pista era corta, pero ellos
volvieron a la carga: Poco importa contó SaintExupéry que le respondieron 'Venga
a inaugurar nuestro aeródromo sin aterrizar. Nuestros ciudadanos estarán muy
felices si su avión sobrevuela nuestras cabezas el día de la inauguración. No
lo podemos hacer si no vemos un avión.'Y un día, cuando descendía hacia el
sur, previne a la pequeña ciudad y me fui a inaugurar ese terreno con un vuelo
sin aterrizaje. Durante una hora efectué por encima de ellos vueltas y picadas,
y luego continué mi viaje. ¿Conoce usted algo más exaltante que ese
entusiasmo y esa juventud de corazón?"
su
epopeya
y la de sus
compañeros
pilotos‑ en su
novela
Vuelo
nocturno, se
enamoró de los
páramos
patagónicos, y en los
verdes
campos entrerrianos encontró la musa inspiradora de su
obra
cumbre, El
Principito, traducido
a más de 90
idiomas
y el libro más popular de Francia y uno de los
más
vendido de todos los
tiempos
después de la Biblia.Vivió
solo,quince meses en la Argentina, pero quedó marcado para toda la vida. Aquí
inauguró una línea aérea, consiguió mujer, hizo un retrato de
Antoine de SaíntExupéry, este hombre alto, robusto, con movimientos de oso,
nariz
corta y respingada, ojos saltones y un mirar sernidonnido, murió a los
44 años
durante una misión de guerra: su
avión
despegó desde la isla de Córcega una hermosa mañana de verano para tornar
fotografías de la Francia ocupada por los
nazis,
pero nunca volvió a la base. Su
muerte
es un enigma y está atravesada por las paradojas: demasiado viejo para volar,
con el cuerpo estragado por cinco accidentes de los
que
había salido vivo
por
milagro,
los jefes
aliados le habían concedido el honor de luchar por su
país
gracias a su
reputación,
la última vez que el radar lo
tuvo
en su
pantalla
volaba cerca de la costa de Marsella, a menos de 30
minutos
de Lyon, el lugar donde había nacido.
“Mamita mía, no estoy muy seguro de haber vivido después de la
infancia", había escrito a su madre con arrasadora melancolía. Como el
pequeño príncipe de su
fábula,
que vivía en un
asteroide
remoto del cielo, un día desapareció y se transformó en leyenda.
29
de
junio de 1900
y
quedó huérfano de padre a los
cuatro
años. Su
madre
pasó a ser clave en su
vida
de aristócrata empobrecido y nómade. Del castillo
paterno
se mudó al de sus
tías
por la ruina económica, mientras Saint-Exupéry acumulaba retos de los
jesuitas
no sólo por su
"horrorosa
ortografía" sino por su
indisciplina,
sus
distracciones
y la impenitente costumbre de escribir en papeluchos poesías combinadas con
dibujos que nada tenían que ver con la clase.
Tercer hijo del conde lean-Marie de SaintExupéry y Marie Boyer de Fonscolombe,
nació el
A partir de 1919,
después
de un fallido intento de ingreso a la Escuela Naval, pasó 15
meses
estudiando dibujo en Bellas Artes y dos años rnás tarde fue alistado como
soldado en un campo de aviación del ejército. Allí se las arregló para tomar
clases de pilotaje en secreto. Quedó maravillado:
SaintExupéry llegó a volar más allá del 1 de Magallanes, sobre la Tierra del
Fue lejos de las multitudes urbanas, más se al mirada: "Aquí el sol se
acuesta a las diez de la noche. Todo es verde. Aldeas sobre el césped .Y gente
que, de tanto apiñarse en tomo, tan simpática...". Pero si en las largas
travesías hacia el sur desplegó las alas de la imaginación, el reconocimiento
de la ruta hasta Asunción del Paraguay volando bajo, siguiendo las vías
del ferrocarril ,los aviones apenas contaban con brújula y al habría de
seducirlo para siempre. Su ex entrerriana fue perturbadora, y está narrada en
el capítulo Oasis de
su libro Tierra de Hombres. un viaje de inspección para controlar al los
quince aeródromos diseminados en el país, vio un campo verde y liso a orillas
de Uruguay, cerca de Concordia. Pensó que podría ser, una pista de aterrizaje
alternativa y bajo a inspec
El piloto volvería varias veces a ese lugar, al encuentro de sus "amigos
deliciosos" que "vivían en un castillo de leyenda, una casa donde se
aspiraba como incienso ese olor de vieja biblioteca que vale por todos los
perfumes del mundo. "
Edda tenía 9 años y Suzanme, 14. En 1932, ya en Francia, Saint‑Exupéry
escribió una nota periodística en una revista de París con un título
sugerente: Las princesitas argentinas. Resulta inevitable asociar su experiencia
entrerriana con la fábula infantil que lo haría famoso en el planeta.
"Ahí está el esbozo de El Principito ‑dice Elsa de Picon esas dos
chicas que eran muy especiales, y sobre todo con la impresión que le causó
Edda. Ellas domesticaban bichos. Alas ovejas Suzanne les decía ¡Vamos!, y las
ovejas la seguían. Edda había domesticado un hurón, que comía en su mesa y
la seguía a todos lados. Su papá criaba abejas. Y Edda decía que a las abejas
no les gustaba el ruido. Ella me contó:'Cuando nosotras queríamos que se
fueran, gritábamos'. Un día, Saint
A Edda, SaintExupéry le parecía "un gigante bueno". El escritor
medía casi dos metros de altura y apenas podía entrar en la carlinga de los
aviones. Enamorado del cielo y el desierto, cuando no volaba, escribía. Un
meticuloso: podía romper cien páginas antes de publicar una sola. Decía que
más que escritor, era un corrector. Tachaba y borroneaba, anotaba ideas y
frases en servilletas de bar: sus compañeros lo veían en los hangares,
inclinado sobre los barriles de combustible, las manos sucias de grasa, la
lapicera sobre el papel. De su pluma goteaba la melancolía por la felicidad
perdida en la infancia. Contemplaba su propio pasado con un sentimiento de
pérdida.
En el castillo de San Carlos fantaseó con abandonar su vida errante y quedarse.
Acaso, criar abejas. Llamaba "mis princesitas" a Edda y Suzanne
SaintExupéry recordaría muchos años mas tarde
Edda Fuchs les decía: "Ten ciudado o
Un día de 1964 llegó un periodista francés a la casa de las hermanas
Fuclisipara comprobar si de verdad habían e)dstido. El mundo literario francés
siempre sospechó que eran fruto de la imaginación del escritor. Al final de su
capítulo Oasis, el autor se pregunta: "¿Qué se habrá hecho de esas
jóvenes? Sin duda se han casado. llega un día en que la mujer se despierta en
la joven... ( ... ) Entonces, se presenta un imbécil. Se le entrega el corazón
que es un jardín salvaje, a él, que sólo ama los parques cuidados. Y el
imbécil lleva, en esclavitud, a la princesa".
Elsa de Pico cuenta que, una vez, Edda Fuchs escapó de la reserva con que
guardaba sus recuerdos y le confesó que cuando leyó ese capítulo del libro,
ahogada por las lágrimas, tenía 19 años. "Corrí a mirarme al
espejo", le dijo.
Como si fuera un sortilegio, ni Edda ni Suzanne se casaron jamás. Suzanne
enseñó francés en Concordia pero nunca pudo dejar la granja ni los animales.
Edda se convirtió en una mujer elegante y atractiva que administró campos
durante muchos años. Al periodista francés, le dijo: "Me acordaba de él
cuando tenía flirts. Me marcó, en cierta forma. No sé si fue el destino, o
algo superior".
Allí, en las verdes cuchillas entrerrianas, quedó la fantasía de un amor no
realizado, un oasis platónico y deslumbrante, la fuente de inspiración de El
Principito. 'Tas coincidencias son abrumadoras ,enfatiza Elsa de Pico. El avión
roto, el accidente, el señor malhumorado, la desolación del desierto: en esa
época, el monte de espinillos era un desierto. ¿ Quién te ve? ¿ Quién te
ayuda? Y una vocecita que sale y le dice: i Qué tonto! i No vio la cueva!
"
SaintExupéry voló en la Argentina más que en ninguna otra etapa de suvida.
Hizo no menos de 30 travesías a los Andes porque le aburría el trabajo
administrativo. "Yo vivo verdaderamente cuando vuelo", dejó escrito.
Cuando estaba en Buenos Aires, pasaba el tiempo con sus amigos de la Aeroposta,
charlando, comiendo generosamente con vino francés y terminando la noche en
alguno de los cabarés de la época. Los argentinos que
lo conocieron lo recuerdan como simpático, accesible, pero, a la vez,
autoritario. Se imponía fisicamente, siempre había un cigarrillo en sus labios
y tenía un hablar algo tartamudo, una voz que "oscilaba entre el
cognac y el licor de cassís". Como jefe de línea era férreo. No suspendió
los servicios aéreos el día en que un avión se estrelló con saldo trágico
en el Río de la Plata, El correo debía partir a cualquier costo, ni las averías
del motor nilos huracanes dela Patagonianilas debilidades humanas podíanretrasar
laepopeya. Más deunavez, SaintExupéry experimenté la terrible sensación de
ser empujado por los vientos del sur más poderosos que el motor de su avión
hacia el océano. "Cada vuelo es una victoria que asegura el
siguiente." Y así terminó con el aislamiento del sur: porbarco, Buenos
Aires distaba 15 días de Río Gallegos; el avión lo redujo a 17 horas.
El
encuentro empezó de esta manera, porque el conde era muy afecto, a veces, a las
bromas pesadas. Era 1930, caía el gobierno radical y los bienes del marido de
Consuelo habían sido confiscados por la dictadura. Estaba en bancarrota, pero
tenía a su lado a un aviador poeta totalmente enamorado de ella. Se casaron por
Iglesia en abril de 1931 y vivieron, como pudieron, los últimos trece años de
vida del escritor: una convivencia tormentosa, donde abundaron las mutuas
infidelidades, todo potenciado por las largas ausencias de un hombre errante.
Para su boda, Consuelo prefirió una mantilla
negra al tradicional velo blanco,las fotos tomadas aquel día resultanban
extrañamente tristes.No tuvieron hijos, pero la problemática relación
continuó hasta
el final: "Amar, sólo amar que callejón sin salida! Y el oscuro
sentmiento de un deber, más grande que el de amar?. Como un misionero,
necesitaba consagrarse a los demás, se sentía responsable de hacer actos de
servicio. Y, además, Saint exupery había encontrado en el avión el vehculo
para la evasión,no podía
avanzar sin mirar con nostalgia el pasasdo. Allí estaban el paraíso perdido
del sahara,el oasis de
Concordia, el ancho cielo de la patagonia...
La
historia más conmovedora de los raids por el extremo
sur de la Argentina ocurrió cuando, enterados los pocos habitatantes del paso
Ibañez (hoy Comandante Luis Piedrabuena) de que
Su vida está atravesada por el viaje y la partida.
I
ero el hechizo argentino para el escritor es innegable: antes de casarse,
invita a su madre a visitarlo a Buenos Aires. En su niñez, Antoine era el
preferido de sus hijos y lo llamaba "El rey sol", por sus rulos
dorados. Durante un mes y medio no se despega de ella y la lleva en su avión
hasta los confines de la línea. Cuando vuelven a Francia se entera de que la
empresa había quebrado: Argentina es la felicidad perdida. Ya es nostalgia para
su pluma. En 1933 le escribe a Rufino Luro Cambaceres: "No hay en mi vida
período alguno que prefiera al que he vivido con ustedes".
Consuelo Suncin volvió una vez más a Buenos Aires, en 1968, y simplemente evocó
así a SaintExupéry: "Cambiaba un brillante por un telescopio. Tanto sentía
a las estrellas".
Hasta que sobrevino la Segunda Guerra, el conde de Saint‑Exupéry conoció
la gloria literaria. Su novela corta Vuelo
nocturno se convirtió en un éxito porque describía la épica de la
naciente aviación comercial: una prosa cargada de sentimientos nobles hacia sus
semejantes, una oda para homenajear a sus camaradas y un intento para descubrir
la solidaridad humana. Pero la guerra lo sumió en una desolación insoportable:
'francia ha sido ocupada por el enemigo se lamentó. El país ha ingresado a un
mundo de silencio". En Lisboa donde se había exiliado se enteró de la
muerte de su gran amigo Henri Guillaumet. Cuatro años antes había muerto también
en un accidente aéreo Jean Mermoz. "Soy el único que queda, no tengo un
solo camarada en el mundo a quien decirle:'¿Te acordás?'."
Sus proyectos de vuelo desde hacía años fracasaban: primeroun accidente truncó
su raid París.Saigón y ahora la aventura de unir Nueva York con la Patagonia
había terminado con su avión destrozado en Centroamérica. Como aviador, a
pesar de su audacia y habilidad, era distraído e impredecible. A la concentración,
prefería la ensoñación del
Charles De Gaulle lo odiaba y el escritor veía en ese general a un caudillo
arbitrario que sólo ambicionaba el poder personal. El, sólo quería la salvación
de Francia. La patria le dolía y él no sabía cómo ayudarla.
El Lightning P38 americano era un avión complejo para SaintExupéry. Gracias a
sus intrigas y a su prestigio logró que lo alistaran al escuadrón de
reconocimiento fotográfico. El reglamento
indicaba
que podía ser volado por personas que no
superasen los 32 años. El tenía apenas 44 años,
podía entrar en el cockpit estrecho y en uno de sus vuelos de práctica
estrelló el avión en el aterrizaje. Le escribió una última carta a
Consuelo “Si alguna vez no vuelvo, no me llores, eso pasa
rápido. Las balas perforan el cuerpo como abejas
atraviesan el aire".
El enigma de su muerte persiste.¿cayó bajo la metralla de uno o dos aviones alemanes que lo interceptaron ? ¿Se
suicidó con su avión adolorido por su infelicidad, su cuerpo cansado por
mundo que ya sentía ajeno?, perdió el conocimiento por
falta de oxigeno y se estrelló en el mar?
Un buzo marsellés asegura haber encontrado los
restos de su avión a 100 metros de profundidad y un pescador dice que
encontró su pulsera entre las redes.
Su propia madre se resistió a creer en su muerte y durante años repitió que
vivía recluido un convento. Pero antes de morir ella pidió "Déjenlo
reposar en paz, allí dónde esta” De la Argentina se llevó todos los paraísos
en el corazón. En Concordia quedaron 1os fantasmas de un
castillo en ruinas; en Buenos, en una casona de la calle Tagle, murmuran
los secretos que se conservaron con Consuelo; en la península de Valdez ,el contorno de la isla de los Pájaros, que inspiró el dibujo de
El
Principito donde una boa se
traga a un elefante; en la playa de Ostende ,una , habitación del Gran Hotel
donde imaginó una de sus novelas; en General Pacheco, un galpón que hoy sirve
de deposito ,en bahía blanca, aquel cadete que le compraba los cigarrilos; en Río
Gallegos, el hangar donde guardaba los aviones, un casco de cuero ajado por mil
tormentas y sus antiparras de vuelo
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