Jorge Amado

 

Invento ese marido con dos caras que toda a Mujer quiere tener, creo una mil milagrosa ciudad de Bahia escribio sobre un lugar noble donde los buenos son muy buenos y los malos ,eso.Ysoño un mundo mejor
. Jorge Amado era escritor mas importante de Brasil y también un personaje encantador.
Adiós. Una bahiana de esas que aparecen en la literatura de Jorge Amado, se despide del escritor fallecido el pasado lunes 6. Su último deseo fue que sus cenizas se entierren bajo un mango, en la casa de Bahía donde vivió 40 años.

sonia braga  en la version cinematografica
J
Jorge Amado se canso de guerra cuando solo apenas le faltaban 4 días para cumplir 89 años. Habia nacido el 10 de agosto de 1912 en una, facenda de cacao ropiedad de su padre. dejo de 40 libros escritos que tradujeron a 54 idiomas y que vendieron 50 millones de jemplares..Pero fue igual de importante lo que se llevo: la memoria de una epoca que ya no existe. El siglo xx se ha ido sedimentado en el en sucesivas capas de esperanza y desencanto hasta convertirlo en el testimonio geologico de un mundo perdido ` En su cansancio podían leerse igual que en una piedra antigua - avances del mar de optimismo los avances del mar incondicional en el futuro (que lo llevo a la militancia política en el Par-
tido Comunista y que, en los 40 le confirió una banca de diputado)-las horadaciones de la cárcel durante la dictadura de Getulio vargas y la tortura rugosa de exilio.eL repliegue de ese mar anunciado por la
confesion de lo, crimenes del stalinismo por la caida deUnión Sovietica
también dejó su marca: una hendidura profunda señala a que el tiempo de las utopías había quedado sepultado en un lejano período paleozoico.

El paraído prometido

Ateo devoto, religiosamente descreído, Amado mantuvo, sin embargo, una extraña fe en los paraísos que prometían las mulatas opulentas, las prostitutas virginales y los marginales sabios que poblaban sus historias. Había publicado la primera, El país del Carnaval, en 1931,cuando apenas tenía 19 años.Por entonces, como escritor comprometido hacía gala de un inocente realismo militante con un intenso trasfondo romántico. Pero fue recién cuando le dio rienda suelta a los lazos del corazón y dejó que la idealización romántica se mezclara con la tradición picaresca, que se hizo famoso en todo el mundo.Su éxito internacional alcanza su esplendor con Doña Fío)-.), sus dos maridos, publicada en portugués en 1966 y en español en 1969. En esa época, los jóvenes leían a Amado con fervor revolucionario. En los '70, en Buenos Aires, la gente no iba de shopping ni recorría los bares de Palermo Viejo, sino que salía a caminar, tan cam pante, por la cintura cósmica del sur. Y en esas caminatas, era infaltable un libro de Amado bajo el brazo, un pequeño paraíso de promesas de un mundo mejor escondido y palpitante en el hueco de la axila Hoy, los que entonces eran jóvenes están intoxicados de escepticismo y ni siquiera lloran la muerte de las ideologias. En cuanto a los pa raísos, todo el mundo asegura que son falsos o se han perdido.Intérprete de mujeres Dicen que las mujeres no sabemos lo que queremos. Amado se dio cuenta, sin embargo, de que no es que no lo sepamos, sino que, sencillamente, lo que queremos es imposible. Sólo en el territorio de los sueños o en el del arte el inconsciente puede imponer su lógica contradictoria. Por eso, con Doña Flory sus dos maridos nos regaló exactamente lo que queremos: un hombre de dos caras, empedernidamente mujeriego e incorruptiblemente fiel, aburrido hasta el hartazgo y divertido a más no poder, marido burocrático y amante desaforado. En la realidad, en cambio, siempre hay una mitad que nos falta: o hacemos el amor con un farmacéutico que ama como quien llena planillas o nos desangramos por un Vadinho que ama como Dios manda, pero que nos parte en dos el corazón.
Las grandes epopeyas del sexo, en las que se entrega a la desmesura de la fantasía y el humor, constituyen otro de los grandes atractivos de Amado. Sus historias están recortidas por m ulatas de fuego,facendeiros insaciables, negros y blancos desbordados por el deseo y mujeres capaces de recobrarla virginidad después de la posesión.¿Y en qué otro escenario que no sea la cama -parece preguntarse Amado- pueden enfrentarse de igual a igual hombres y mujeres independientemente de su condición social?

El inventor de Bahía

El escritor cubano Guillermo Cabrera infante afirma que el Londres navideño es un invento de Charles Dickens. Los brasileños tuvieron un inventor de ciudades propio.Jorge Amado inventó Bahía, fundó su magia en la que se mezclan los orixás, el candomblé, las ofrendas a Iemanja Bienvenidos a la tierra dejorge Amado", dice un cartel de acceso a esa ciudad reconociéndole la paternidad de todo milagro bahiano capaz de asombrar a los turistas Amado es un Dickens de sangre africana que reemplazó el inglés por el portugués, la bruma de Londres por la espuma del mar. Y, al igual que él, sintió una atracción irrefrenable por el melodrama creyó que la bondad se encontraba en la pobreza, dividió al mundo en buenos y malos y peleó, decidido, del lado de los buenos.Tuvo, sin embargo, una ventaja: mientras Dickens escribía novelas por entregas en los periódicos, Amado conoció la televisión y, en consecuencia, la telenovela, también un género por entregas pero de mayor difusión, al que admiraba y al que, con su esquematismo y sus estereotipos, le rindió tributo en su literatura.

Quizás por eso alcanzó un éxito masivo que generó, a la par que una adhesión de público multitudinaria, el recelo de cierta crítica y el rechazo manifiesto del mundillo universitario. Lo suyo era, decididamente, el culebrón sociosentimental. Esta es la razón por la que lo enorgullecía que sus historias fueran llevadas al teleteatro y que millones de mujeres, identificadas con sus heroínas, mojaran los porotos con lágrimas mientras preparaban la feijoada. La emoción n era el meJ r reconocimiento. Para todo romántico que se precie, después de todo, una buena historia debe escribirse, como dice el bolero, con sangre, con tinta-sangre del corazón.

por Monica Lopez ocon de revista LUNA


 

 

 

bahiana despide al escritor

bahia

con su esposa

Amado y Cahetano Veloso

jorge Amado

"AMADO

LUEGO DE EUROPA, MIRO

TODO CON NUEVOS OJOS.

AS¡ NACIO SU GALERIA DE

RETRATOS FEMENINOS."
por:LUCIANA STEGAGNO PICCHIO

 



Cuando muere un anciano, se trata siempre de una muerte anunciada. Sin embargo, a pesar de ese inefable cumplimiento del rito, de lo que se extrae del archivo del diario, la búsqueda de testimonios de amigos, el anecdotario de sus últimos momentos, en toda muerte hay siempre un margen de originalidad y sorpresa. Y es eso lo que vamos a tratar de recordar. Durante años, recogimos las últimas palabras de los grandes: el "más luz" de Goethe, el "nous deux'' de Bernanos "mis ojos" de Fernando Pessoa. Tal vez lo que conservemos de Jorge Amado sea el consejo enigmático y surrealista que él puso en boca de su personaje Quincas D'Agua "Que cada uno se ocupe de su entierro". Lo citábamos apenas conocida la noticia de su muerte, ocurrida pocos días antes de que cumpliera 89 años. Y ahora, al escribir con más tiempo estas líneas, es como si sintiera por primera vez el dolor de la muerte de Jorge Amado. Esta es la sorpresa que él me tenía reservada. La de morir dos veces, como su Quincas D'agua que, en un gesto de rechazo a la formalidad y la obviedad de una muerte anunciada, se inventó tina muerte distinta, personal, a solas con el mar de Bahía.
Fui amiga de Jorge Amado durante más de medio siglo. Lo conocí en Roma, en 1948, a través de Dario Puccini, en vísperas de las clases que para Jorge representaban el sueño -que luego se desvanecióde un intervalo italiano en su peregrinar de exiliado. La amistad, sin embargo, floreció en 1959, cuando, durante mi primer viaje a Bahía, vi cómo una multitud vestida de blanco le rendía homenaje como a un pai de santo. Fue como abrir de par en par las puertas de la tolerancia universal pero también una manera de comprender a fondo la frase que luego sería la base de todo discurso: Brasil es un país de cosas y gustos diversos.
La casa de Jorge, su familia, su mujer Zelia, sus hijos Paloma y Joao Jorge, sus amigos blancos y negros, caboclos y mulatos, escritores y músicos, sus historias, en las cuales personajes como Jubiab, Gabriela, Doña Flor, Teresa Batista, vivían y obraban tal vez con más intensidad que las personas de carne y hueso; todo eso pasó desde entonces a formar parte de mi mundo y de mi manera de ser.
Una multitud de recuerdos en una sinestesia de colores, sonidos y perfumes, convierte en una sonrisa las lágrimas que asoman al pensar que Jorge ya no está entre nosotros. No es verdad: cada vez que un lector de cualquier país se acerque al caleidoscopio que él creó, se repetirá el milagro. Y no importa si ese acercamiento se hace a través de la lectura de las páginas de la novela o de la historieta que ésta generó, si se ve una película en la cual las criaturas que él inventó siguen teniendo la cara y la figura de Sonia Braga o las de al guna de sus jóvenes reencamaciones.
Cada vez que un viajero llegue a Bahía de Todos los Santos, la casa azul 4 Jorge Amado, la Fundación que se creó instancias de Jorge y sus amigos en la pla za del Pelourinho de Salvador, donde se ponía en la picota a los esclavos negros, recordarán cómo la realidad que tiene ante sí es producto de la feliz combinación de realidad y creaciones fabulosas, de la alegria y de la capacidad de crear vida de Jorge Amado.Esta hora de profundo dolor, pero también de sonrisas y de una nueva consciencia, canceló de un solo golpe los últimos meses sombríos en los que sabíamos que Jorge Amado -enfermo del corazón desde hacía años- estaba delicado y que, en una suerte de limbo de la vida y la memoria, en su casa de Bahía y en compañía de Zelia, se disponía a recorrer el camino que nos espera a todos. Gracias, Jorge, por todo lo que nos diste y por la sonrisa con la que hoy te recordamos.Gracias, sobre todo, por tus novelas. Hablamos tanto de ellas, demorándonos en sus pausas en la fractura que la crítica siempre estableció entre tus obras. Por un lado estaba el primer Jorge Amado, el de novelas como Cacao, El país del carnaval, Sudor, Jubiab Tierras del sin fin y tantas otras, que revelaron a los lectores de todo t 1 mundo un inédito subproletariado multirraciaí que intentaba un dificil ascenso social en Brasil. Por otro lado, estaba el segundo Jorge Amado que, sin renegar de ninguna de sus experiencias anteriores y ya de vuelta en su país tras el exilio europeo, sabía mirar su patria con nuevos ojos y con la pasión del que acababa de regresar. Así fue que inició su galería de retratos femeni nos Gabriela, clavo y canela, Teresa Batista, cansada de guerra, Doña flor y sus dos maridos, Tieta de Agreste, que era como la otra cara de una humanidad distinta. Hoy, sin embargo, es como si el carácter irreversible de la muerte hubiera puesto un punto final a esa serie de imágenes, como si hubiera cerrado la sucesión de fo-
tografías correspondientes a cada nueva publicación de un personaje de Jorge Amado que tenía la plasticidad de un retrato. De este retrato definitivo, Jorge Amado surge como personaje acabado su obra ya no está fracturada en dos seg
mentos sino que constituye un todo unitario coherente y fascinante.

. Traduccion de Cecilia Beltramo

 



 

El gran capitan

No es extrano que un viajero apenas llegado a Bahía reciba el curioso saludo de "Bienvenido a la tierra de Jorge Amado, el hombre más querido". Pero Amado podría haber nacido en cualquier otra parte y haber sido, de todos modos, el hombre más querido. Recuerdo nuestro primer encuentro en París, a comienzos de los 80. Como siempre, llevaba de la mano a Zelia su compañera con mayúscula y yo, que estaba lleno de preguntas, me quedé como atontado contemplando (21 extraño y delicado viaje de la sangre a través sus manos unidas. Veía las venas azules como el cielo de Bahía tocándose bajo la piel, como compartiendo hasta el más íntimo secreto
Jorge Amado, el gran capitán de a blanca cabellera, dijo de pronto: ¿Y tú? ¿Eres callado por convicción o por fe?" Aclarados los,motivos del silencio inicial, nació entré. nos~ una amistad que fue alimentándose .en los sucesivos encuentros con las discusiones políticas, porque Jorge Amado defendía sus ideas con la misma pasión con la que se enfrentaba a la literatura. A fines de los 80, dos días enteros mantuvimos una acalorada discusión sobre las características que debía tener la izquierda para ser creíble. Recuerdo que yo insistía en la necesidad de dar el justo peso al problema ecologico y que- Amado insístía en en primer plano el temible fantasma de la desocupación. En de terminado inomento, golpeó la mesa con el puño y exclamó: "Te conozco, te conozco muy bien y por eso no te entiendo. No puede ser que para ti valga más la supervivencia de una lechuga que los intereses de ia clase obrera". A partir de ese momento nuestras conversaciones posteriores comenzaron con esta pregunta suya: "Y, cómo andan tus lechugas?", a lo que yo respondía: "Muy bien, y si tus obreros no siguieran comiéndoselas ya habrían tomado el poder"

 


 

 

 

origen de datos: clarin cultura 12/08/2001

Poesía y desgarro

por:LYGIA FAGUNDES TELLES

El que haya visto una ^cascada de agua en Brasil seguramente' estará de acuerdo conmigo: la obra de Jorge Amado tiene esa misma fuerza brutal del agua llena de espuma que se precipita con una fuerza incontenible. E inevitable. Sin embargo, atención: la belleza poética de esa imagen no impide sentir que la intención del escritor es política o ideológica. Un escritor que es un testigo valiente y participa de una época y una sociedad, Un escritor que, con un estilo muy a menudo poético, impregnado de lirismo, nombra y denuncia los males de esa sociedad y esa época.
En una declaración sobre su obra, Jorge Amado afirma: "Mis personajes derivan de la suma de las personas que forman parte de mi vida". Así, de la realidad a la ficción, vemos deambular por sus novelas y cuentos a la gente real de Brasil: trabajadores y desocupados; niños con toda la gracia triste de un pueblo que en ocasiones es tan alegre;.íah! el carnaval... De un pueblo que podrá ser alegre (como escribió un joven músico), pero no es feliz.
¡Los fabulosos personajes de Jorge Amado! En ese desfile vemos pasar a los poderosos dirigentes políticos locales y también a las prostitutas. Vemos a las damas purítanas* y a los libertinos. Vemos a los soñadores apasionados y a los canallas. En resumen esta muestra de la especie humana es de una riqueza extraordinaria.
El escritor construye con seriedad una obra comprometida. Al ritmo del mar que a veces es implacable y, en ocasiones, dulce como una balada, en medio del exuberante escenario brasileño de una naturaleza pródiga y generosa, Jorge Amado teje los hilos de su denuncia. Seduce para denunciar, ríe para revelar su inconformismo respecto de nuestro sistema político, que es terriblemente injusto. ¡Un país de contrastes!, dicen los turistas, esos seres volubles que, según el poeta Drummond de Andrade, descansan en la playa, se untan el cuerpo con aceites perfumados y olvidan. El escritor, sin embargo, es consciente de que, en esos famosos contrastes (opulencia y miseria), late el corazón indignado de la nación.
Podríamos dividir la obra de Jorge Amado en dos etapas; en la primera, yo ubicaría sus primeras novelas, esas que me apasionaron cuando era una joven estudiante: Jubiab Mar muerto y Tierras del sin fin. Son las llamadas novelas de Bahía. En un reciente trabajo sobre nuestra literatura, el profesor y crítico Alderado Castello habla mucho de esos textos inspirados en corrientes políticas y sociales que empezaban a aparecer entonces: "Así, de narración en narración, se van acentuando la ternura y el sentimiento lírico que traducen el amor del autor a su país, sin que por ello se vean afectados el contenido crítico y la intención intención de denunciar, de combatir y de cambiar". Son esos libros en que la tierra se nutre de sangre", testimonio de los campesinos que la doblegaron.
En la segunda etapa, quiero destacar dos hermosos libros, Gabriela, clavo y canela k, La muerte y la muerte de Quincas Berro Dagua, ambos admirables. Con extraordinaria espontaneidad y mucha inteligencia, el escritor acentúa el erotismo y desafía al puritanismo. Es un universo divertido y, al mismo tiempo, desgarrador. Doloroso. Un universo que nos hace llorar y reír y que, finalmente, nos ofrece como compensación el consuelo del arte. El una vez, Daniel Mordzinski lo lo fotografió meciéndose en una hamaca. aJorge Amado adoraba esa foto y la mostraba a todos los que iban a verlo a París o Bahía. "El Paraíso tiene que ser así. Holgazanear en una hamaca durante toda la eternidad", decía Su sentido del humor desconcertaba a muchos que le manifestaban su resentimiento con la Academia de Suecia que le negó un Nóbel de Literatura mas que merecido D. Amado decía:  se preocupen, si le dieron el Nóbel de la Paz a Kissigner es lógico que no me lo den a mí". Hoy, mientras escribo estas líneas, sé que Jorge Amado se acostó para siempre en su hamaca. La brisa de Bahía lo refresca y lo hace soñar. Su modo de ser, pacificador y sereno, es parte de ni¡ memoria, y de él me llega el orgullo vital de sus palabras: "Yo soy Jorge Amado, comunista, gracias a Dios".

 
  Por Eric Nepomuceno* origen de datos: pagina 12

Hay un cierto equívoco en afirmar que Jorge Amado era el escritor más popular de Brasil. Lo era, pero iba más allá: en su caso, el fácil y burdo juego de palabras se hace inevitable. Jorge era un hombre amado en Salvador de Bahía, el escritor más leído por los brasileños en todos los tiempos, una figura entrañable en la vida de¡ país. Más que enseñar a Brasil personajes e imágenes de Bahía y del noroeste, lo que Jorge Amado ha hecho es enseñarles a los brasileños lo que efectivamente son o podrían ser. Admitía, con cierta candura melancólica, que siempre quiso transformar al mundo: "A todos los hombres les gustaría cambiar el mundo. ¿,Por qué a los escritores no? Desde luego, no lo he logrado, pero seguiré intentándolo". Sus libros tampoco sirvieron para cambiar el mundo, pero lograron cambiar la vida de muchos, enseñándoles lo que podrían haber sido, lo que quizá fuesen. Mientras la crítica brasileña trató su obra con ciertas restricciones -en algunos casos, restricciones severas-, entre los lectores, lo que vale decir también entre sus compañeros de oficio, la receptiva vidad era seguramente otra. Jamás pretendí ser un gran escritor", decía Jorge Amado, "lo que siempre quise fue escribir para ser leído y estimado". Ese logro nadie se lo podrá negar. Desde sus primeros libros, de fuerte crítica social y un rigor estructural bastante apreciable, hasta los de una supuesta "segunda etapa" (que él siempre rechazó), nacida luego de su alejamiento del Partido Comunista, en 1956. los lectores se identificaron de inmediato con sus iramas, escenarios y personajes. Su popularidad rompió mundos a partir del marco divisor de su obra, Gabriela, clavo v canela, de 1958. Pero el más vendido de sus libros -alrededor de seis millones de ejemplares solamente en Brasil- es el duro y contundente Los capitanes de la arena, de 1937, tiempos de su plena militancia en el PC, relato crudo de la vida de los niños callejeros de Salvador de Bahía. Jorge Amado se popularizó a partir de figuras extraídas de un universo sensual y de cierta manera idealizado de Bahía. Pero la más popular de sus obras es precisamente la que refleja el cotidiano crudo y perverso de la niñez abandonada. En su monumental Historia concisa de la literatura brasileña, Alfredo Bosi, uno de los baluartes de la crítica de este país, ha sido durísimo con el autor de Gabriela: luego de tildarlo de claro ejemplo de "populismo literario", Bosi dictaminó que en ese caso "bastó con el paso del tiempo para que el engaño se deshiciera". El compositor Antonio Carlos Jobim solía decir que, en Brasil, el éxito individual es consíderado ofensa personal por todos los demás. La verdad es que parte importante de la crítica brasileña jamás le perdonó a Jorge Amado que se hubiese tomado tan popular, haber logrado un proceso de inmediata y profunda identificación entre el público y sus personajes. Más acertado estuvo Antonio Cándido, gran icono de la crítica literaria en Brasil, al registrar que Jorge Amado logró "penetrar en la poesía del pueblo, estilizarla, transformarla en creación propia, traer al proletario y al trabajador rural, al negro y al blanco, para su experiencia artística, pues siempre quiso y supo vivir la de ellos". Este habrá sido su mayor logro, éste será el origen de su condena por los críticos académicos: Jorge Amado permitió que el pueblo brasileño invadiera su literatura. Desde sus primeras obras de fuerte crítica social, hasta las últimas, plenas de poesía y cariño por figuras populares, Jorge Amado jamás dejó de ser un militante en el sentido más amplio de la palabra. Era un militante de la vida.
Los amigos y los que han convivido con él se llevarán para siempre la memoria de su inmensa y sensible generosidad. El pueblo de Brasil lo recordará como uno de los suyos, como su intérprete más cercano, más sencillo.
En los terrenos de santos de Bahía existen 10 obás elegidas por los dioses, los hombres blancos protectores del pueblo, los sabios amigos de los abandonados. Jorge Amado ha sido oba a lo largo de más de treinta años. Ese ha sido su mejor reconocimiento.

* Escritor, traductor -Y periodista brasileño.