A1 final de la
Edad Media, la Península Ibérica estaba dividida en cuatro
reinos cristianos -Castilla, Aragón, Navarra y Portugal- y uno musulmán
-Granada-. El más grande y poderoso era Castilla. Pero a mediados,
del siglo XV Castilla estaba sumida en la más profunda anarquía,
dominada por nobles y clérigos más poderosos que la desprestigiada
monarquía. Fue en este clima de pugnas civiles y de nobles desobedientes,
en el que la futura reina de Castilla aprendió las recetas que aplicaría,
con firmeza, en el futuro.
INSTRUMENTOS DE PODER
Por eso, cuando por fin alcanzó el poder, se
dedicó, junto a su marido, a asentar el autoritarismo monárquico.
Para llevar a cabo este propósito no sólo crearon organismos
como la Santa Hermandad (1476) -un cuerpo de policía estable que
defendía a las personas y a las propiedades del asalto de nobles
rebeldes- sino que también sanearon las arcas reales -las rentas
ordinarias de la Corona pasaron de 15o millones de maravedíes (148o)a
300 millones (1504)-, renovaron la administración de Justicia y
tuvieron ocupada a la nobleza levantisca en la conquista de Granada, en
la defensa de los derechos de la Corona en Italia e, incluso, en la flamante
conquista del Nuevo Mundo.Como ocurriera
con la nobleza, también el clero experimentó el impulso
de los Reyes Católicos. La instauración de la Inquisición
mantuvo ocupado a un clero que había estado muy ocioso en cuestiones
de fe, pero muy activo en lo relativo al poder temporal.
EL ENEMIGO EXTRANJERO
La clave de la unidad fue hallada en la lucha contra
el enemigo común, real o imaginario. En una época fueron
Portugal y Francia; luego, Granada. Más tarde, judíos y
mudéjares y, por último, los propios conversos. En un clima
de extendida inquina anticonversa en Castilla y Andalucía, la reina
Isabel cedió al odio racial; el cual, según algunos autores,
condicionaba su propia autoridad. El antijudaísmo estaba muy enraizado
tanto entre sus seguidores más leales como en la pequeña
nobleza y la clase media urbana.La propia Corona estuvo implicada en la
propaganda contra judíos y mudéjares, considerados infiltrados
por el creciente poder turco. Tal vez fue la mancha que Isabel quiso lavar
cuando, en su testamento, defendió la necesidad de proteger a los
indios de las ansias esclavistas de algunos conquistadores españoles.
"Al emprender el descubrimiento se había tenido en mira ganar
almas para el Cielo, y no esclavos para la Tierra", dejó escrito
la reina que había apoyado a Colón en su expedición
oceánica.
UNA SIMPLE INFANTA SIN MAS PORVENIR QUE EL MATRIMONIO
El 22 de abril de 1451, cuando nace Isabel, no todo
fue alegría. Su madre la reina Isabel de Portugal, habia defraudado
profundamente a su marido, el rey Juan II de Castilla, traer al mundo
en su residencia Madrigal de las Altas Torres (Avila) una niña.
El monarca esperaba un varón con el que amenazar a su primer hijo
y heredero al trono, el discolo y disoluto Enrique -nacido 2 años
antes del matrimonio con su prima María de Aragón-. El destino
del rey tendría que esperar aún dcs años más,
hasta que nació Alfonso.Con dos hermanos por delante e la línea
sucesoria, a Isabel le correspondía un papel secundario. A la muerte
de su padre, en 1454, su POr venir se reducía a protagonizar un
boda convenida por las necesidades del reino. Sin mayores expectativa:
su infancia transcurrió en el castillo de Arévalo (Segovia),
lejos de la corte de Enrique IV, con su hermano Alfonso y su madre, enloquecida
por el confinamiento. Cinco décadas después, la infanta
s había convertido en la última reina del período
de la Reconquista -los ochos siglo que llevó la expulsión
de, los musulmanes de la península ibérica-, La primera
de España y patrocinadora de unos de los mayores acontecimientos
de la historia: el descubrimientc de un nuevo mundo.
COMO HEREDERA,IMPUSO EL FIN DE LA GUERRA EN EL
REINO CASTELLANO
Isabel tenía once años cuando su hermano
mayor, el rey Enrique IV la llevó a la corte, Allí la infanta
asistió al naufragio de la autoridad de Enrique, un monarca abúlico,
amante de la caza y de los escarceos amorosos y dominado por los intereses
de una turbulenta y poderosa nobleza.Cuando, en 1468, el conflicto entre
quienes estaban a favor y en contra del rey -legitimistas y subversivos-
terminó por implicarla, Isabel logró imponer sus prudentes
designios a los mismos nobles levantiscos que, tres años atrás,
habían iniciado la guerra civil con la coronación de su
hermano Alfonso, fallecido en agosto de ese año.Isabel impuso la
pacificación del reino mediante el pacto de Guisando. La infanta
reconocía la legitimidad de su hermano mayor; a cambio, Enrique
IV convertía a Isabel en la heredera al trono en contra de su hija
Juana la Beltraneja", a quien se consideraba fruto de la relación
entre lareina Juana de Portugal con el favorito del rey, Beltrán
de la Cueva.
ENRIQUE IV LA DESHEREDO POR CASARSE CON SU PRIMO FERNANDO
La paz volvió a colocar a Isabel frente al destino
lógico de una infanta: casarse. Como heredera de Castilla, tenía
un atractivo patrimonio. Y su tío, el rey Juan IIde Aragón,
ya había pugnado con el padre de Isabel por el trono de Castilla
años antes de que ella naciera. Ahora, sin embargo, el soberano
aragonés proponía como pretendiente de Isabel a su hijo
Fernando, un año más joven que su prima hermana. Para la
larga guerra que mantenía con sus súbditos de Cataluña,
necesitaba conseguir la neutralidad de Castilla.Finalmente, el 19 de octubre
de 1469, en Valladolid, se casaban los J . jóvenes príncipes,
sin el consentímiento del rey castellano y con una aprobación
papal falsa que accedía al casamiento aunque se trataba de primos.
Ante el altar coincidían dos almas gemelas, con similares antecedentes
y con reinos que habían sufrido Conflictos civiles.En una carta
a Enrique IV, Isabel dijo que su boda respondía a su propio deseo
de unidad dinástica. ,Aseguró que los intereses familiares
aconsejaban el enlace aragonés "considerando la unidad de
nuestra antigua progenie". Recordaba también a su tío-abuelo,
Fernando de Antequera, que aconsejó las bodas entre las dos ramas
de los Trastámara. Sintiéndose,
traicionado, Enrique IV repudió a su hermana y volvió a
nombrar heredera a su hija Juana, a la que casó por poderes con
Carlos, duque de Guyena, pretendiente de Isabel y hermano del rey Luis
XI de Francia.
La expulsión de los judíos
El 31 de marzo de 1492, los Reyes Católicos
firmaron el decreto de expulsión de los judíos -lienzo de¡
pintor español Emilio Sala y Francés, Museo de las Bellas
Artes, Granada- que se negaran a convertirse al catolicismo. Cuatro meses
después, cerca de 300.000 personas abandonaron España
UN MARIDO DE CONVENIENCIA:'AL QUE CUIDO Y AL QUE TAMBIEN AMO
El enlace fue, ante todo, una boda de conveniencia.
Sin embargo, frente e mal ejemplo de su hermano, le talante de su primo,
Fernando, que había dirigido batallas desde los 13 años,
debió cautivar a Isabel, Fernando era inteligente, locuazya
tenía dos hijos ilegítimos. La vida de Isabel cambió
cuando conoció Fernando. "Amaba mucho a su marido, y cuidábale
fuera de toda medida afirmó Hernando del Pulgar el cronista
real.
Reino vasallo
Al iniciarse las hostilidades, el reino de Granada era vasallo del de
Castilla. Buscando un Pretexto paTa la invasión, ¡sabe] y Fernando reclama
por al sultán Muley Hacén que pagase sus débitos. "En mi reino ya no se
labra oro, sino hierro para los cristianos", fue su respuesta. Al poco
tiempo sus huestes tomaron Zahara, en manos de los cristianos.
Guerras internas
En 1481, el reino de Granada comprendía las actuales provincias de
Almaría, Granada y Málaga y estaba azotado
por las pugnas palaciegas
entre el sultán, Muley Hacen, su hijo, Boabdil, y
El Zagal, hermano y tío de
los anteriores. El conflicto interno fue alentado
rey Fernando que
liberó a Boatur ?En dos ocasiones en
las que fue hecho prisionero.
El irey Boabdil
Boabdil -traducción del nombre árabe Abu Abd Allah-, el último de los
reyes moros de Granada, gobernó con el nombre de Muhammad XI Conocido por
los cristianos como "el rey Chico" y por los musulmanes como "el
desventurado", se quedó en Granada tiempo después de la derrota.
Desterrado a las Alpujarras, finalmente se fue a Africa
EL "Gran Capitán
Conocido corno el "Gran Capitán" por su bravura, dotes estratégicas y
caballerosidad, Gonzalo Femández de Córdoba (1453-1515) negoció los
términos de la rendición de la ciudad con el rey Boabdil. De la
experiencia militar de la guerra de Granada surgió el prirner ejército
permanente de Europa, producto del ingenio de Gonzalo de Córdoba.
La toma de granada
Con la capitulación de la ciudad de
Granada, concluían una guerra de diez años, una Reconquista de ocho siglos
y la última de las guerras santas contra el poder del Islam en Europa.
UNA GUERRA FUE CLAVE PARA RESOLVER
ALGUNAS DESAVENENCIAS
Por encima de lo estaba la Corona. Sin contar con su esposo, el 12 de
diciembre de 1474 Isabel se proclamó, en Segovia, reina de Castilla al
morir Enrique IV Enterado Fernando, intentó amonestar a su esposa y hacer
. valer sus propios derechos. El contencioso se resolvióen la Concordia de
Segovia: Fernando sería rey de Castilla, "mientras ella viviere''. De
aquella reunión surgió el lema "Tanto monta, monta tanto, Isabel como
Fernando", que puede interpretarse como "Tan honorable es uno como lo es
el otro; Isabel como Fernando".Las desavenencias cesaron al estallar la
guerra contra los partidarios de Juana, "la Beltraneja". La lucha terminó
por unir definitivamente sus destinos, hasta el punto de que se
convirtieron en uno de los matrimonios reales más célebres. Fue el primer
conflicto que afrontaron juntos y en el que unidos vencieron a los reyes
Alfonso V de Portugal y Luis XI de Francia. En enero de 1479 moría Juan 11
de Aragon y Fernando se convertía en nuevo soberano.
Inquisición
Isabel I obtuvo, en 1482, la autorización del papa Sixto IV para el
restablecimiento de la Inquisición bajo el poder real. Se trataba de una
institución destinada a velar por la integridad de la fe católica. El
monje dominico Tomás de Torquemada (1420-1498) -arriba- fue el primer
inquisidor general. Durante su mandato, miles de personas acusadas de
herejía fueron torturadas y enviadas a la hoguera, especialmente en
Andalucía. Otros inquisidores fueron Fray Diego Deza y el cardenal
Francillo Jiménez de Cisneros encargados de perseguir a los herejes
TRANSFORMO UN ESTADO FEUDAL EN EL
PRIMERO DE LOS
REINOS MODERNOS
Por aquel entonces, Isabel tenía 28 años y tres hijos, y se manifestó como
la personalidad política más importante de la historia de Castilla. Con el
apoyo de su marido, la joven monarca emprendió la transformación del mayor
de los reinos cristianos de la península ibérica en un Estado moderno. Los
Reyes Católicos evitaron las revueltas nobiliarias con inteligencia y
diplomacia. Lograron vincular a los nobles, los eclesiásticos y la
población urbana con las actividades de la corte. También revocaron
permisos extravagantes que favorecían a los nobles. Por otra parte,
contaron con el apoyo del Papa: gracias a su autorización, pudieron
controlar la Inquisición (1482). Además, convirtieron la toma de Granada
en la última Cruzada contra el Islam y, por iniciativa de Isabel,
obtuvieron la administración de las poderosas y ricas órdenes militares
(1488). Concluida la Reconquista de España, expulsados los judíos y
descubierto el Nuevo Mundo, el papa Alejandro VI les otorgaba, en 1496, el
título de Reyes Católicos, es decir, universales.
BodaS reales para sellar afianzas
Fue precisamente al suscribir el tratado de paz con Portugal cuando Isabel
y Fernando estrenaron su política de alianzas matrimoniales. Concertaron
el casamiento de su hija mayor, Isabel (1470-1498), con el príncipe
Alfonso, heredero de Alfonso V de Portugal. La necesidad de conseguir la
paz los llevó incluso a proponer el enlace de su único hijo varón, Juan de
Aragon, que apenas tenía un año, con Juana la Beltraneja". Sin embargo, la
princesa Juana rechazó la oferta e ingresó en un convento. Luego, los
Reyes Católicos utilizaron las alianzas matrimoniales para aislar
políticamente a Francia, casando a sus hijos con los herederos de las
monarquías en disputa con el rey francés -el Sacro Imperio Romano
Germánico, Inglaterra y Flandes-.
Entusiasta del plan de Colón
La reina de Castilla apoyó con entusiasmo los planes de Colón para llegar
a las Indias por una nueva ruta oceánica. También en ello se advierte la
gran influencia que los hombres de Iglesia ejercieron sobre Isabel. Fray
Juan Pérez, el monje del monasterio de La Rábida que animó a Colón a
entrevistarse con ella, había sido su confesor. En Granada, fue la primera
en aceptar las exigencias de Colón, en las Capitulaciones de Santa Fe.
LA INTOLERANCIA RELIGIOSA
TANTO ISABEL COMO FERNANDO procuraron a toda costa la
unidad racial y religiosa de España. Gobernantes absolutos, tenían claro
que su Estado se fundaba sobre la uniformidad. Así, por la fuerza, Isabel
y Fernando pusieron fin a ocho siglos de invasión árabe. Por otro lado,
también intentaron terminar con la presencia semítica del tronco de la
cultura española. Entre los estertores del feudalismo español, los mundos
del Islam occidental y el judeo-español fueron borrados del mapa.
En España, la celebración de la toma de Granada por los Reyes Católicos
abre cada año las heridas del pasado. Se las considera como un golpe a la
herencia multicultural del país y, también, como el restablecimiento de la
fe cristiana y de la unidad nacional. Por eso, en la capital granadina
aquel 2 de enero de 1492 se conmemora en medio de la polémica. Algunos
reclaman una fiesta de las diferentes culturas y de la reconciliación de
los pueblos del Mediterráneo. otros se aferran al protocolo del
ceremonial, con vivas a Granada, a España y a los mismos Reyes Católicos.
Con su título de Reyes Católicos, Isabel y Fernando habían vinculado el
trono y el altar. El Tribunal de la Santa Inquisición, con la colaboración
papal, fue un arma política en sus manos. Primero arrremetieron, de forma
selectiva contra los judíos "conversos". Luego, contra los musulmanes
mudéjares. Fue una época de intolerancia durante la cual no faltaron las
"cabezas de turco".
Esta intolerancia, salvando las distancias, tiene su reflejo en conflictos
mucho más recientes, como el ocurrido en los Balcanes, a fines del siglo
XX, donde el odio étnico estuvo presente.
>APROBACION FALSA
Como ¡sabe¡ y Fernando eran primos hermanos necesitaban una dispensa
-aprobación- de la Iglesia para casarse. Pero como el papa Julio 11
simpatizaba con el rey Enrique IV, opuesto a la boda de su hermana, debió
recurrirse a una falsificación del cardenal de Toledo, Alfonso Carrillo.
Dos años después del matrimonio, en 1471, la dispensa sería legalizada
gracias al cardenal Rodrigo de Borja.
>LA CRUZ Y LA ESPADA
La reina Isabel tuvo dos aguerridos religiosos bajo su mando: el cardenal
Mendoza, que espada en mano gritaba a los enemigos: "¡Traidores, acá está
el cardenal!", y el cardenal Cisneros, que participó activamente, entre
'507 Y 15o9, en la conquista española del norte de Africa.
>LLORAR POR GRANADA
Según una leyenda, el rey árabe Boabdil, tras la pérdida de Granada y
cuando estaba camino al exilio, echó una última mirada a la Alhambra y se
puso a lloran Su madre, Aixa, lo recriminó: "Llora, llora como mujer por
lo que no supiste defender como hombre".
CUENTAS IRONiCAS
La reina Isabel tenía especial deferencia por el general Gonzalo Fernández
de Córdoba, llamado el "Gran Capitán". Al morir Isabel, el rey Fernando le
exigió'que justificara sus gastos, pese a que había conquistado el reino
de Nápoles para la Corona. Las cuentas del "Gran Capitán", leídas en la
Corte, asignaban gastos millonarios en concepto de "guantes perfumados
para que los soldados no oliesen el hedor de la batalla", "campanas
desgastadas de tanto repicar por las victorias de nuestro glorioso
ejército", "frailes, monjas y pobres que rogaron a Dios por nosotros" y
una gran cantidad para él mismo por la paciencia mía en escuchar a un rey
que pide cuentas al que le regaló un reino». Sin embargo, el rey ordenó
que jamás se volviera a tratar el asunto.
>CULTA Y PROTECTORA
la reina Isabel hablaba latín y tenía más de 400 libros -poesía, novela
caballeresca, textos jurídicos, políticos y religiosos...-. Su cultura y
fe la llevaron a organizar el Secretariado de Asuntos Indios (1503) en
favor de los indios, frente al maltrato de muchos conquistadores.