HERMANOS MAX
Con la fuerza de su siguiente éxito en Broadway, "Animal crackers"(1928-29), el equipo firmó un contrato de cinco películas con Paramount, que estaba explorando talentos para sus nuevos filmes sonoros. "Cocoanuts" (1929) y "Animal crackers" ( 1930), fueron filmadas en una sala de sonido de Paramount. Aunque las limitaciones de la temprana tecnología del sonido forzó a los Marx a suavizar estilo de comedia energética y su tendencia al diálogo improvisado, la película llevó al equipo al tipo de humor caótico. Cada uno de los cuatro hermanos se volvió identificable por su propio personaje: Groucho, siempre el líder del grupo, usaba un bigote pintado con grasa, llevaba un cigarro, y retrataba a un trepador social sin tacto, que cantaba y lanzaba juegos de palabras e insultos a todo interlocutor; el pianista Chico, vestía un sombrero puntiagudo y ropas ridículas, y hablaba con un exagerado acento italiano; Harpo, con peluca roja, era como un payaso, que nunca hablaba en las películas, pero encantaba con sus solos de arpa; y Zeppo era el lastimoso chiflado que solo a veces conseguía a la chica. La vida, el mejor guión de
Groucno UNA INVESTIGACION REVELA TODO LO QUE USTED QUERIA SABER
SOBRE LOS HERMANOS MARX Y NO VIO EN EL CINE
JORGECARNEVALEX
cometer una biografía definitiva de Groucho Marx,
al cabo de una espesa bibliografía que suma
medio centenar de libros, parece una temeridad o un exceso.
Stefan Kanfer
-redactor y editor jefe del semanario Time por
más de veinte años- encara la tarea dispuesto a llevar a cabo una
investigación más intensa y abarcadora. ¿Quién
fue Groucho en definitiva? ¿Ese icono de cejas
espesas y bigote pintado que disparaba réplicas filosas mordisqueando su
cigarro para encanto de varias generaciones de americanos? ¿Un señor
malhumorado que maltrataba a sus mujeres y hacía jugosas diferencias en la
Bolsa? ¿Un megalómano que vivió hasta el final
edificando su propia leyenda? Kanfer, en 500
páginas que se leen de | un tirón, escribe el mejor
guión para la mejor película inédita de los Marx. Fuera de la escena, se dice,
los cómicos son tipos secos, amargos y atormentados.
Fatty Arbuckie mató a su amante en una
fiesta, Chaplin habría cometido estupro,
Buster Keaton
murió en la miseria y Ab-bott y
Costello se odiaban. Kanfer, fatigando archivos
y bibliotecas, asegura que los Marx, desde los tiempos del
vodevil hasta fines a los
'30, eran los
mismos dentro y fuera de un escenario. En el teatro y en la pantalla, Chico
era el pianista de mirada tormentosa que
perseguía rubias, Harpo
, mudo, tocaba la mandolina o la emprendía
abocinazos mientras
Groucho, avanzando a las zancadas con el cigarro en la diestra, era el
arribista dispuesto a sacar la mayor ventaja.
Los estadounidenses castigados por el crack de
Wall Street veían
en el trío a los supremos vengadores de tanta infamia. En la vida diaria, una
conducta semejante puede convertirse en la peor
pesadilla. Si Chico perdió fortunas en las mesas de
juego y con las mujeres, Groucho, un conservador que jugaba de liberal, no
sabía expresarse sin sus bromas acidas. En las
tablas, luego de pisarle la cola de los mejores vestidos a la sufrida
Mar-garet Dumont,
exclamaba: "Todo cuanto hay en usted me recuerda a usted. Excepto usted".
En la vida real, a punto de separarse de Ruth, su primera mujer, con quien
convivió 11 años, durante una cena íntima, le dice a la
anfitriona con la mejor sonrisa:
"¿En qué prisión pediste la receta de ésto?".
Dos de sus tres mujeres sucumbieron en el alcoholismo. Una suerte que también
acompañó a su hija. En la intimidad, la idea de la felicidad para Groucho era
sentarse a leer The
New Yorkero a
Somerset Mahgham, acunado por las melodías
de Gilbert y Sullivan.
Amasó una fortuna con sabias inversiones y en su juventud le gustaba
almorzar con Dorothy
Parker en el Hotel
Algonquin. Fue tapa de Time en dos oportunidades y su
ego engordó considerablemente cuando
J.B.PriestIey lo definió como
"Rabelais atrapado en celuloide". En Francia,
Anto-nin Artaud
los asimilaba al surrealis-mo:"Los
Marx con sus disparates lúcidos han creado un himno a la anarquía y a la
revolución absoluta". Pero los lunáticos implacables de Animal
Crackers y The
Co-coanuts, esas locas y desordenadas películas
de la Paramount, al culminar los
'30 eran pura rutina. Por esa época, los Marx
apenas se frecuentaban en los estudios. Fueron una familia unida mientras
vivió Minnie, su madre y
manager. De ahí en adelante se reunían para
algún aniversario o para salvar de la quiebra a Chico. En los
'70, luego de recibir ese Oscar honorario que
Marlene Dietnch calificó
como "el Oscar de la muerte, porque te lo dan cuando estás con un pie en la
tumba", Woody Alien
le preguntó ansioso si tenía planes para otra película. "No, muchacho: tengo
planes para morirme". Y cumplió su palabra en el
invierno de 1977, a los 86 años de haberlo visto todo. En los funerales,
alguien recordó que pocos días antes un cronista imprudente le había
preguntado cómo le gustaría que lo recordaran. "Vivo", respondió
Groucho y se lo quedó mirando.
Las tres últimas películas de los hermanos Marx de Paramount -"Monkey business" (1931) "Horse feathers" (1932) y "Duck soup" (1933)- no tuvieron mucha popularidad, aunque ahora son vistas como las comedias más inspiradas del equipo. Los antiguos escritores fueron reemplazados y la dirección estuvo a cargo de grandes comediantes como Norman Z. McLeod. El equipo de Paramount desplazó a los típicos guiones de Hollywood para simplemente ceder espacio en la pantalla para que los Marx hagan sus rutinas.
Más adelante, el equipo (menos Zeppo) fue tomado por los estudios Metro Goldwin Mayer , con la producción a cargo de Irving Thalberg. Reinsertando las usuales historias de Hollywood, él estableció a los hermanos como figuras más simpáticas y ofreció historias de amor para la audiencia que no gustaba del humor destructivo del equipo. Con estos elementos, más la vuelta de Kaufman y Ryskind , los dos filmes de Thalberg "A night at the Opera" (1935) y "A day at the races" (1937), revivieron su popularidad. Pero la muerte del mejor productor de Hollywood en 1937 marcó el final de los filmes de gran habilidad de los hermanos Marx.
Después de la guerra, los hermanos se reunieron para filmar "A night in Casablanca" (1946) y "Love happy" (1949), películas que recibieron muy malas críticas.
En los años '50, cada uno de los tres hermanos continuó actuando en radio, televisión y cine, quedando Groucho como el más exitoso con su gran show de radio y televisión "You bet your life" (1947-61). Los tres aparecieron en roles separados en el film de Irwin Allen "The story of Mankind" (1957) y fueron reunidos brevemente en la transmisión televisiva "The incredible jewel robbery" (1959). Después de que Chico y Harpo murieron, Groucho continuó escribiendo y apareció en televisión. Aceptó un Oscar honorario para los hermanos Marx en 1974, tres años antes de su muerte.