ELENA GARRO

 

ELENA GARRO

 

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GARRO, ELENA (México).

por Cesar Aira

 Nació en Puebla en 1920. Fue bailarina y coreógrafo en su juventud. A los diecisiete años se casó con Octavio Paz, con quien vivió en México y en Europa. Su primer libro fue una novela, Los recuerdos del porvenir (el título es un verso de Carlos Pellicer). "En 1953, estando enferma en Berna y después de un estruendoso tratamiento de cortisona escribí Los recuerdos del porvenir... aclamación crítica y ganó el Premio Villaurrutia. La narración echa mano de un recuerdo peculiar: la prosopopeya; es un pueblo, entre lo tétrico y lo fantasmal, de los que puso de moda Agustín Yáñez (y llevó a su decisivo estadio místico Rulfo), el que cuenta la historia, que tiene una delicada magia de escamoteos con el tiempo. A la luz de lo que fue después la carrera de la autora, los críticos han seguido mencionando este libro como su obra principal. En realidad, el genio peculiar de Elena Garro apenas si asoma tímidamente aquí. Lo mismo puede decirse de su libro siguiente, La semana de colores (1964), cuentos. Con estos dos libros, y uno anterior, de teatro, Un hogar sólido y otras piezas en un acto (1958), quedó clausura su producción visible durante quince años, mientras se desarrollaba una compleja peripecia personal. El matrimonio con Octavio Paz se deshizo en los peores términos posibles, y la escritora, en compañía de su hija Helena Paz, salió del país (uno de los motivos determinantes fue una serie de denuncias contra intelectuales que hizo en ocasión de la matanza de Tlatelolco en 1968), y emprendió una larga huída por distintos países, que la llevó a España y después a París, donde se radicó.

En 1978 se puso en escena una pieza

"CRÍMENES Y TRAICIONES SUCEDEN EN LOS CUENTOS DE OCAMPO BAJO UNA MIRADA INDIFERENTE."

suya, Felipe Ángeles, que salió en libró al año siguiente. Y de inmediato dos extraordinarias novelas: Andamos huyendo Lola (1980) y Testimonios sobre Mariana (1981). La primera es en realidad una serie de once relatos encadenados que siguen la huída de dos mujeres, Leh y su hija Lucía, acompañadas por dos trémulos gatitos, Lola y Petrushka, por México, Nueva York y España, perseguidas por un poder invisible, omnipresente, y muy eficaz, rodeadas de enemigos, acusados de constituir un peligro para la sociedad y el Estado, rechazadas por la historia, pero también protegidas tenuemente, por las fuerzas de la imaginación y la literatura. Sus andanzas constituyen una épica de la debilidad indestructible, de la supervivencia entre amenazas excesivas, del triunfo de lo femenino sobre lo masculino. Testimonios sobre Mariana no es inferior, pero su recepción se vio afectada por el hecho evidente de que es una novela en clave, un ajuste de cuentas con su ex marido (que aparece bajo el transparente disfraz del arquitecto "Augusto", un vil trepador, intrigante, sádico, adulón de los surrealistas, monstruo en toda la línea), con Bioy Casares ("Vicente", un sórdido gigoló) y otros. La autora se justificó contradictoriamente diciendo que no era una novela en clave, y que si lo era tenía derecho a serlo porque ella también había aparecido como personaje en novelas de algunos de ¡os afectados (en La Pérdida M Reino, de Bianco, y en El sueño de los héroes, de Bioy). El libro, más allá de ser un documento paranoico, es una conmovedora novela: Mariana es la típica heroína autobiográfica de Elena Garro, un "caso" peligroso, una amenaza para la carrera de su marido, que pone en acción a sus secuaces y termina asesinando a Mariana y a su hija, que de todos modos persisten como amenaza póstuma. La acción sucede en el París de los años de posguerra, y componen el texto tres "testimonios" de otros tantos personajes. Según la autora, fue escrita en México en 1964.
Siguieron otras dos novelas, Reencuentro de personajes (1982) y la casa junto al río (1983). En esta última la fugitiva, aquí llamada Consuelo (y sin hija, por excepción) se encuentra en un pueblito español, víctima de una inextricable conspiración político-criminal, y termina asesinada. Reencuentro de personajes, extensa y magistral, concentrado de horror paranoico presenta otra vez a la protagonista víctima, Verónica, varada en París por las maniobras de un amante asombrosamente diabólico. Esta novela es un arriesgado, y muy logrado, experimento de "literatura dentro de la literatura": aparecen personajes de Scott Fítzgerald y Evelyn Waugh, integrados en una perfecta trama criminal; aquí Elena Garro termina haciendo la teoría más convincente de la novela en clave".
Hacia 1993, Elena Garro volvió a México, después de casi veinticinco años de exíl ¡o. Al año siguiente se radicó en Cuernavaca, siempre en compañía de su hija. Durante la década fueron apareciendo libros al parecer escritos muchos años antes, en una sucesión deslumbrante y no apaciguada. Y Matarazzo no llamó (1991), fechado "París, 1960 es una sombría novela de delaciones, de lo mejor de la autora. Inés (1995), probablemente su mejor novela, vuelve a poner en escena a la madre y la hija, perseguidas por un ex marido tan brutal y diabólico que a su lado el Augusto de Testimonios sobre Mariana parece casi benévolo. De 1996 son Un corazón en un bote de basura, novela corta, algo más liviana; Busca mi esquela. Primer amor, dos relatos, el segundo ambientado en la Francia de posguerra, donde una madre y su hija, Bárbara y Bárbara, huyendo de diversas acechanzas, unen sus destinos a los de los jóvenes prisioneros alemanes; y Un traje rojo para un duelo, novela muy densa, ambientada en México, con una madre y una hija, Natalia e Irene, perseguidas por un ex marido sádico y su familia. Por último, El accidente y otros cuentos inéditos (1997) son tres cuentos extraordinarios, que aluden a libros anteriores de la autora: «La invitación" a Recuerdos del porvenir, de terna político mexicano y un juego perverso con el tiempo; "Luna de miel" a Testimonios sobre Mariana, con la reaparición de "Vicente", otra vez en su papel de seductor cobarde y vacilante; y "El accidente", vertiginosa novelita policial en el estilo de Chandler, a Un corazón en un bote de basura. Por último, La Vida empieza a las tres (1997) es otro volumen con tres relatos. En forma póstuma se publicó una novela larga, Mi hermanita Magdalena (1998), ambientada en México, París y Ascona, con el ya habitual marido monstruo, secundado esta vez por una suegra no menos malévola.
Entre lo publicado en los últimos años, hay que agregar dos libros de no ficción: 1937: memorias de España (1992), es un delicioso relato del viaje que un grupo de intelectuales mexicanos hicieron a la España en guerra para apoyar la República, entre ellos los casi niños Elena Carro y Octavio Paz, recién casados. Y Revolucionarios mexicanos (1997), recopilación de artículos escritos para la revista Por Qué en 1962, centrados en la figura y carrera de Francisco 1. Madero, apasionados y vindicativos.
En cuanto a su teatro, muy estudiado y apreciado, está contenido (excepto Felipe Ángeles, drama histórico muy documentado sobre el héroe maceraste) en el volumen Un hogar sólido, de 1958. Se trata de once obras en un acto que combinan elementos costumbristas, y hasta folclóricos, del México rural, con otros poéticos y fantásticos, todas con muy eficaces mecanismos escénicos. La única pieza larga, en tres actos, La dama boba, es un juego de "teatro dentro del teatro dentro del teatro". Murió en Cuernvaca en 1998.