Mujer llorando, 1945 Oleo sobre tela
Donación Simón Schimberg, 1970
Nacido en una plantación de café del Estado de São Paulo, Cândido
Torcuato Portinari se traslada a Río de Janeiro, en 1918, para estudiar
pintura. Una década más tarde, en 1928 recibe una beca para viajar a
Europa, donde permanece hasta 1931. De vuelta en Río, aborda el Arte
político y expone en sus telas y murales el drama de los trabajadores
agrícolas brasileños y otros temas de naturaleza social, con una pintura
expresionista. Ejecuta frescos en el edificio del Ministerio de Educación
y Salud Pública de Río (1937-43, diseño de Lúcio Costa); la Biblioteca del
Congreso, de Washington; y la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York,
entre otros. Más tarde, referirá sus murales y telas a asuntos religiosos
(Iglesia de San Fransisco, en Pampulha, Belo Horizonte). El precursos del
arte político del Brasil es Emiliano di Cavalcanti, que hacia 1925 centra
sus óleos y dibujos en la vida de los marginados urbanos.
Una década después, en 1935, Cândido Portinari obtenía un premio en la
Exposición Internacional de Pinturas Carnegie, de Pitsburgh (Estados Unidos), por su tela Café, donde resume la explotación de los peones en
los cafetales. Ya hemos dicho, a propósito del argentino Antonio Berni, que el Arte político rechaza tanto la propaganda partidaria como el ideologismo doctrinario.
Estas puntualizaciones han de tenerse en cuenta, por cierto, en el caso de
Portinari y de la obra suya que aquí presentamos. el arftista no elabora
proclamas ni aduce teorías: es un testigo social que observa desde una
posición ética a los desamparados. Su manera expresionista adquiere en
esta tela un raro dramatismo .
Fuente: Prof. Jorge Glusberg
Director Museo Nacional de Bellas Artes |

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