SILVINA OCAMPO

 

OCAMPO, SILVINA (Argentina) 

ocampo

 

Cuentista, de las mejores y más originales de Hispanoamérica, en cuya literatura no es fácil encontrarle antecedentes. Aunque vivió rodeada de escritores (su marido Adolfo Bioy Casares, Borges, Bianco, Wilcock, su hermana Victoria), no hay influencias de ninguno de ellos en su obra. Fue una mujer retraída, algo excéntrica; nunca dio reportajes.
Nació en Buenos Aires en 1903, de una rica familia patricia, la menor de varias hermanas mujeres. De joven pasó largas temporadas en Europa, estudió pintura, con Giorgio de Chirico entre otros, y empezó a publicar tarde: su primer libro es De 1937, Viaje olvidado (se ha hecho notar que las iniciales del título coinciden con las de su hermana mayor, para entonces ya célebre directora de la revista Sur). Son cuentos breves, de forma y estilo algo vacilantes, demoradas viñetas infantiles con algunos rasgos realistas (la diferencia entre ricos y pobres, por ejemplo) que no volverían a aparecer. Sus primeros relatos memorables están en un libro de 1948, Autobiografía de Arena. Los cuentos de madurez se encuentran en la Furia (1959) y Las Invitadas (1961); en Los días de la noche (1970) la tensión decae. En dos volúmenes muy posteriores, Y así sucesivamente (1987) y Comería frente al espejo (1988) revierte a la forma de la viñeta o el poema en prosa. El mundo que describen sus cuentos es inhumano, sádico, sombrío, con abundancia de niños y mujeres infantiles, de casas y jardines cerrados al exterior. Crímenes, traiciones y tragedias suceden bajo una mirada de ambigua ingenuidad e invariable indiferencia.
También fue poeta; en este rubro, su obra es una suerte de ejercicio artesanal y laborioso (a veces ejercicio de versificación, a veces sin versificación): Enumeración de la patria (1942), Espacios métricos (1945), Los sonetos del jardín (1946), Poemas de amor desesperado (1949), Los nombres (1953), Lo amargo por dulce (1962), Amarillo celeste (1972).
Colaboró con Bordes y Bioy Casares en la compilación de la Antología de la literatura fantástica (1940), escribió con J. R. Wilcock una tragedia en verso, Los Traidores (1956), y con Bioy Casares una novela policial, Los que aman odian (1946). Hizo traducciones de poesía, entre otras la obra completa de Emily Dikinson, redactó los textos para un libro de fotografías Arboles de Buenos Aires (1979), y en la década de 1970 publicó varios libros para niños: El cofre volante (1974), El tobogán (1975), El caballo alado (1976), La naranja maravillosa (1977) y Canto escolar (1979). Murió en 1993.


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