Sandro Botticelli

La historia de nastagio degli onesti

Leonardo Da Vinci (1452-1519)

LA MIRADA DEL NIÑO

PIONERO  DE TODO

LOS TRUCOS DELGENIO

EL TRATADO DE LA PINTURA

Es el arquetipo por excelencia del hombre integral del Renacimiento. Considerado 
como el genio más completo de todos los tiempos, su obra abarca no sólo el campo 
de las artes, sino también el de las ciencias físicas y naturales y el de la 
filosofía. Leonardo fue un personaje del futuro. Hace casi cinco siglos que 
murió, pero estuvo más despierto que la mayoría de los hombres y mujeres que hoy 
están a punto de cruzar la frontera del tercer milenio.
Científico y artista, supo combinar como nadie la razón con la intuición y la 
seriedad más rigurosa con el espíritu lúdico. Su figura no cabe en ningún molde 
ni admite etiquetas, porque con la misma pasión y maestría fue pintor, escritor, 
cocinero, ingeniero, biólogo, creador de acertijos y juegos de palabras, 
escultor, inventor, artesano, humorista, botánico, filósofo, arquitecto, 
físico... e investigador de los secretos últimos de la realidad. En él, los 
opuestos se integran y las paradojas se reconcilian. Leonardo da Vinci fue un 
hombre que despertó cuando todos los demás seguían durmiendo, como escribió 
Dimitri Merejovski. Aunque no muy conocida, existe en él una dimensión esotérica 
que emana de su figura e impregna toda su vida y su obra. El conocimiento que 
Leonardo tenía sobre lo oculto se trasluce en su pintura y, sobre todo, en sus 
abundantes escritos, plagados de pensamientos y observaciones que revelan su 
profundo saber sobre los enigmas de la existencia. Todo su monumental corpus de 
trabajo está teñido por este contacto con lo que está más allá de los niveles 
ordinarios de percepción. 

Leonardo nació en Vinci, población cercana a Florencia el 15 de abril de 1452. 
Hombre singular, genio indiscutible, personaje del Renacimiento Italiano, 
escultor, ingeniero, inventor, dibujante y pintor. 
Fue hijo ilegítimo, pero hasta los 24 años, único del notario ser Piero y de una 
campesina muy joven Caterina (su padre tuvo luego otros once hijos en terceras y 
cuartas nupcias). Por ese motivo así como por las costumbres de la burguesía 
toscana de la época, el joven Leonardo recibió una educación buena y heterogénea 
en el seno de la familia paterna. Pudo dedicarse sin trabas en los más distintos 
campos: en rudimentos literarios, pero sobre todo en la música y en las artes 
figurativas. Esto hizo que a los quince años su padre lo colocara en el taller 
de Andrea de Verrocchio, cuyas enseñanzas compartió con Sandro Botiticelli y a 
los veinte pudiese inscribirse en la corporación de San Lucas. Estas breves 
noticias ya nos dan una idea y perfilan algunos de los trazos esenciales de la 
elevada y compleja talla universal de Leonardo y de su posición respecto a la 
civilización del Renacimiento de aquel entonces en uno de los centros clave: la 
Toscana florentina y de los Médicis. 
Su vida artística se puede dividir en cuatro períodos: florentino (1452-82), 
milanés (1489-99), período de vida errante (1500-16) y el último que abarca tres 
años, el de su exilio voluntario en Francia, en la corte de Francisco I. 
De su estancia en la corporación de San Lucas se tienen pocas noticias, pero "La 
Anunciación" (Ufizi) para San Bartolomé de Monteoliveto, donde la fusión de la 
luz y la sombra anuncia el "sfumato" leonardesco, tan encontrados en su obra 
pictórica más representativa.


Como pintor, Leonardo sobresale por ser: 
Un maestro del claroscuro, capaz de modelar con sutileza cualquier forma 
gracias a los juegos de luz y sombra. 
Un especialista de la composición "clásica": logra simetría, triángulo y 
solidez sin cansar. 
Un refinado colorista, escoge cuidadosamente los colores en gamas y matices 
que contribuyen a la creación de una atmósfera que da unidad al cuadro. 
Un perfecto dibujante: no se le escapa ningun detalle y el escorzo de la mano 
de la Virgen de las Rocas es digno de Mantegna. 
Un cuidadoso analista de las expresiones del rostro, en particular un 
maravilloso intérprete de la dulzura femenina. 
El creador de la misteriosa sonrisa de la Gioconda: este aspecto es parte de 
lo anterior. La sonrisa de la mujer nace en la comisura de sus labios y se 
encuentra en la mayoría de sus rostros femeninos, hasta inclusive en su San 
Juan.

En 1481 los monjes de San Donato de Scopeto, cerca de Florencia, le encargan la 
"Adoración de los Reyes Magos" y un "San Jerónimo" (1482 Pinacoteca Vaticana), 
en el que en un ambiente claroscuro asocia la figura al ambiente de la caverna, 
anticipo del de la "Virgen de las Rocas". En este período la mentalidad de 
Leonardo se desarrolla en contacto con la cultura humanística florentina. 
Mientras se dedicaba a otros trabajos que emprendía, como fueron: hidráulica, 
ingeniería y escultura, pintó dos grandes obras: la "Virgen de las Rocas" 
(1483-93, Louvre), lo suave ambiguo de los tipos y la fusión pictórica entre la 
figura y el ambiente hacen de ellas una muestra de la poesía figurativa de 
Leonardo. La segunda gran obra de su período milanés es la "Santa Cena" o 
"Ultima Cena" como también suele llamarse (1499, refectorio de Santa María delle 
Grazie), en la que abandona el esquema geométrico, supliéndolo por un nuevo 
ritmo, en una perspectiva arquitectónica casi maciza. 
Permaneció en Milán hasta 1500, después se trasladó primero a Mantua, donde 
retrató a "Isabel de Este" (Louvre), más tarde a Venecia y finalmente volvió a 
Florencia. En la capital toscana, también dedicado a su búsqueda científica, 
inicia una nueva era y pinta dos obras capitales, "Santa Ana" (1501, Londres 
Royal Academy) y "La Gioconda" (1503, Louvre), acaso retrato de Mona Lisa, es el 
único de los realizados por LEONARDO cuya paternidad no ha sido discutida. 
Siempre fue considerada como la cima del arte del retrato de todos los tiempos. 
En ella alcanza perfección extraordinaria el "sfumato", del que ya anteriormente 
hemos hablado. No solo ha sido copiada infinidad de veces, sino además objeto de 
deformaciones y manipulaciones. 
Por su universalismo y naturalismo, Leonardo transforma el orden gótico. A la 
perspectiva lineal añade la perspectiva atmosférica. En sus escritos elaboró 
teorías científicas de la perspectiva, de la anatomía, del color y de las 
sombras. 
La obra científica de Leonardo, en especial sus originales contribuciones a la 
mecánica de los sólidos y de los fluidos, sus invenciones, quedó casi 
desconocida de sus contemporáneos. 
A Leonardo no le interesaba la gloria, ni las riquezas, ni el reconocimiento de 
sus contemporáneos. Dos años antes de morir, se instaló en el castillo de Cloux, 
cerca de Amboise, en el valle del Loira. Ocupó su tiempo en poner en orden sus 
manuscritos, en dibujar visiones cósmicas y en recrear amorosamente, pincelada a 
pincelada, su cuadro más amado: el retrato de la dama misteriosa que conocemos 
como La Gioconda. Junto con la inquietante figura de San Juan, fueron los dos 
únicos cuadros que conservó a su lado hasta el último momento. 
En su testamento dejó una pequeña viña, un vestido, algunos ducados para sus 
sirvientes, y sus manuscritos, que legó a su fiel Menzi. Vivió como un 
"infiltrado" en la sociedad de su época, pero su cordura y su sentido común le 
ayudaron a sobrevivir sin crearse demasiados problemas. Tenía que ganarse la 
vida y fue cuidadoso con sus protectores.
Hasta cierto punto la iglesia fue su primer cliente, pero no resistió la 
tentación de cuajar sus pinturas religiosas de simbolismos heréticos. Murió en 
soledad y trabajando. Para muchos, su legado es el patrimonio artístico de valor 
incalculable que dejaba para la Humanidad. Para algunos pocos, su verdadero 
legado va más allá. Lo más importante de su herencia puede que haya estado 
protegido por un sistema de apertura retardada, que ahora mismo está a punto de 
activarse y desvelarnos su contenido. Justo en estos momentos de cambio global y 
de profunda transformación, es cuando se hace necesario ampliar las fronteras 
mentales para internarnos en otras dimensiones de la realidad. Algo en lo que 
Leonardo, sin duda, también fue un maestro.
A continuación nombraré y describiré características del artista que se 
relacionan directamente con su obra.
LA MIRADA DEL NIÑO
Leonardo fue un maestro en combinar la mirada del niño con la experiencia del 
adulto. Una de las claves de su genialidad reside en su forma de percibir la 
realidad, directamente relacionada con la activación de sus capacidades 
cerebrales. Ya se ha convertido en un tópico la afirmación de que los seres 
humanos sólo utilizan menos de un diez por ciento de su poder mental. Leonardo 
es un ejemplo de lo que puede conseguir una persona cuando se activa en ella 
parte de ese potencial dormido.
Su habilidad para integrar el pensamiento racional (que separa para comprender) 
con el pensamiento analógico (que une y relaciona cosas aparentemente 
diferentes) fue tan magistral que excede, con mucho, el marco histórico y 
cultural en el que vivió. Su luz interna se proyecta hasta nuestros días, 
iluminando el camino de aquellos que comienzan a desarrollar sus potencialidades 
latentes. De hecho, es ahora cuando comienzan a revelarse las facetas ocultas de 
Leonardo, quizá porque hasta ahora el mundo no estaba preparado para 
comprenderlas. 

PIONERO DE TODO
Leonardo fue precursor de Bacon y de Galileo; antes de Copérnico escribió que 
"il sole no si mouve"; anticipó la teoría de la gravedad doscientos años antes 
de que se formulara y descubrió también lo que Newton llamaría más tarde "el 
espectro solar". Pero en este caso, como en tantos otros, Leonardo no especula 
ni se pierde en divagaciones teóricas; simplemente aplica lo que descubre, y así 
plasma en los reflejos de una gota de agua los efectos de la descomposición de 
la luz por refracción en un prisma. No es de extrañar que la contemplación de 
sus obras subyugue e inspire de un modo tan intenso. 
El pensamiento de Da Vinci revela también que su conciencia dio un salto 
cuántico. "La pittura è una cosa mentale" anotó. Esta cita resuena en la misma 
frecuencia que la afirmación de Eddington acerca de que la materia del Universo 
es materia mental. Ciertamente, como explica la nueva física, el Universo 
comienza a parecerse más a un gran pensamiento que a otra cosa. Para Leonardo, 
los límites de la realidad los pone uno mismo. Las fronteras no están fuera, 
sino dentro de la propia mente, y por eso afirma que "todos nuestros 
conocimientos tienen su origen en nuestras percepciones".
LOS TRUCOS DEL GENIO
Da Vinci trabajó activamente sobre su propia persona. Su primer campo de 
experimentación fue él mismo, su cuerpo y su mente. Y en sus manuscritos nos 
dejó información más que suficiente para saber cómo lo hacía. Veamos algunas de 
las técnicas personales que empleaba: 
Equilibrio de los dos hemisferios cerebrales. El de la conciencia está ligado 
con los procesos bioquímicos del cerebro. Nuestro mundo está organizado de 
manera que el hemisferio izquierdo (lineal, ordenado, analítico, objetivo, 
lógico) tiene más actividad que el derecho (espacial, aleatorio, intuitivo, 
sensual y creativo).
Una de las formas en que ambos tipos de ondas cerebrales pueden armonizarse es 
utilizando las dos manos y practicando la acción opuesta a la que se está 
acostumbrado. Es bien sabido que Leonardo utilizaba la escritura especular, que 
sólo puede leerse con la ayuda de un espejo. Siempre se ha dicho que lo hacía 
para ocultar el contenido de sus notas. Una explicación tanto más absurda cuanto 
que se sabe que Da Vinci preparaba sus cuadernos para que fueran publicados, y 
además muchos de ellos están escritos dirigiéndose de forma personalizada al 
lector. Resulta mucho más coherente con la personalidad de Leonardo pensar que 
su escritura especular era una de sus técnicas personales.
Visualización y trabajo con imágenes interiores. Leonardo afirma "mirar en su 
memoria" y recomienda practicarlo cuando se está tendido en la cama"Volver con 
la imaginación a lo que me interesa es un notable ejercicio", dice. Detallista y 
minucioso en sus descripciones, matiza que para él hay dos formas de trabajar 
con la imaginación conscientemente dirigida: "recrear internamente las cosas que 
ya han pasado, o imaginar las cosas que pasarán".ntenido inmaterial

LEONARDO DA VINCI - de " El Tratado de la Pintura":
Reglas del pintor


"Aquel que no ama, en igual manera, todas las cosas que están contenidas en la 
pintura, no será universal; como uno al cual no le gustan los paisajes; y 
considera que son cosas de breve y simple investigación. Como dijo nuestro 
Boticelli, que este estudio era inútil, porque es suficiente lanzar una esponja, 
llena de diversos colores, en un muro, para dejar en él una mancha donde se 
puede ver un bello paisaje. Si bien es cierto, que en esta mancha se ven varias 
invenciones, de aquello que el hombre quiere buscar en ella, es decir, cabezas 
de hombres, animales diversos, batallas, escollos, mares, nubes, bosques y otras 
cosas similares; y hace como el sónido de las campanas, en los cuales, se puede 
entender lo que tú quieres. Pero, aunque estas manchas te dan invenciones, ellas 
te enseñan que no terminan en ningún particular. Y este pintor hizo paisajes muy 
tristes…"

Modo de aumentar y despertar el ingenio a varias invenciones
"No dejaré de colocar entre estas reglas, una nueva invención de investigación 
para el conocimiento, la cual, aunque parezca pequeña, es casi digna de risa, 
sin embargo, es de gran utilidad, para despertar el ingenio a varias 
invenciones. Esta es si tú vuelves a mirar en algunos muros sucios de varias 
manchas o en piedras de varios tipos. Si tendrás que inventar algunos lugares, 
podrás ver allí de diversas maneras, semejanzas entre diversos paisajes, 
adornados por montañas, ríos, piedras, árboles, grandes llanuras, valles y 
colinas; aún Uds. podrán ver diversas batallas y acciones preparadas de figuras 
extrañas, aires de rostros y vestimentas e infinitas cosas, las cuales, podrás 
transformar en una forma completa y buena; que interviene en muros y piedras 
similares, como del sónido de las campanas, que en los repiques de ellas, tú 
escucharás cada nombre y vocablo que tú te imaginarás. No menospreciar este 
parecer mío, el cual te recuerda que no sea demasiado esfuerzo, detenerte 
algunas veces a ver, en las manchas de los muros o en las cenizas del fuego, o 
nubes, o fangos, o en otros lugares parecidos, en los cuales, si estarán bien 
considerados por ti, encontrarás invenciones maravillosas, que despiertan el 
ingenio del pintor a nuevas invenciones como composiciones de batallas, de 
animales y de hombres, como de varios composiciones de paisajes y de cosas 
monstruosas, como diablos y cosas parecidas, porque te harán honor, porque el 
ingenio se despierta con las cosas confusas. Pero, antes debes saber bien hacer 
todos los miembros de aquellas cosas que deseas representar, o sea, los miembros 
de los animales, así como, los miembros de países, es decir, piedras, plantas y 
cosas similares ...".

En este fragmento se observa uno de los escritos de Leonardo, en el cual 
el da consejos y tecnicas a los jovenes pintores o recien iniciados.

Sandro Botticelli (1445 – 1510)

Si hablásemos de Alessandro di Mariano Filipepi, quizá nadie sabría quién fue 
este hombre. Pues ni más ni menos que Sandro Botticelli.
Este genio de la pintura nace en 1445 en Florencia. Y su nombre: Botticelli es 
el diminutivo italiano de la palabra "Botijo". No sabemos por qué. Quizá por ser 
hijo de un curtidor o tal vez por ser un apodo familiar, o si lo adquirio cuando 
no era más que un ayudante del orfebre florentino. Con exactitud no se sabe. No 
importa.
Es Botticelli una de las más grandes figuras del Arte Renacentista. Con estilo 
personalisimo, elegancia en el trazo carácter signado por la melancolía y una 
fuerza espectacular.
Tantas facetas tuvo este artista que le encontramos como discípulo de Fran 
Filippo Lippi como aprendiz de grabador con Antonio del Pallajuolo, del que sin 
duda aprendió el dominio de la línea. Luego aparece junto a Andrea del 
Verrocchio y su influencia en Botticelli es evidente. 
Bottcelli protegido de los Médici, en 1490 al ser expulsados de Florencia dejan 
al pintor sumido en un profunda crisis religiosa, acosado entre la austeridad y 
la reforma. No abandonó la ciudad, y allí muere el 17 de mayo de 1510. Sus obras 
posteriores, como la Pietá (principios de la década de 1490, Museo Poldi 
Pezzoli, Milán) y sobre todo la Natividad mística (década de 1490, National 
Gallery, Londres) y la Crucifixión mística (1496, Fogg Art Museum, Cambridge, 
Massachusetts) expresan una intensa devoción religiosa, y un retroceso en el 
desarrollo de su estilo.
Una de sus obras mas importantes es El nacimiento de Venus, fue encargado a 
Sandro Boticelli por Lorenzo de Medici en 1482. Es una combinación mágica de 
Astrología y mitología clásica, emerge de ella un cúmulo importante de 
influencias cristianas. Estilos lineales, casi aéreos logran un efecto sutil, 
etéreo. 

LA HISTORIA DE NASTAGIO DEGLI ONESTI

Esta es una de las grandes obras de este Autor. Las tres tablas que con el 
título genérico de "La historia de Nastagio degli Onesti" se formaron 
originariamente parte de una serie de cuatro pintadas por Botticelli para la 
ilustre familia florentina de los Pucci.
El conjunto ilustraba uno de los cuentos narrados por Boccaccio en el 
"Decameron", la novela octava de la quinta jornada, que lleva por título "El 
infierno de los amantes crueles".
Las tablas permanecieron en Florencia, en manos de los Pucci, hasta 1868. 
Pasaron después por distintos propietarios hasta que, en 1929, don Francisco de 
Asís Cambó compró las tres primeras a los herederos de Joseph Spiridon. En 1941, 
el propio Cambó las donó al Museo del Prado. La cuarta tabla se encuentra en la 
actualidad en una colección privada norteamericana.
Todo hace suponer que el conjunto conformaba la cabecera de una cama nupcial o 
que decoraba los cuatro frentes de un arcón de boda o "cassone", destinado a 
guardar el ajuar de la novia. Asímismo, hay quién considera que fue pintado para 
unas "spalliere", o casetones de madera con los que se revestían por entonces 
las paredes de las habitaciones principales de las casas nobles florentinas, 
para resguardarlas del frío y de la humedad. 
La autoría de estas pinturas -que ya en el siglo XVI fue atribuída por Vasari a 
Botticelli- ha sido no obstante muy discutida por la crítica especializada, a la 
vista de las disparidades de ejecución que se aprecian en ellas y que revelan en 
algunas de sus partes la intervención de colaboradores. En la actualidad se 
tiende a admitir, a tenor del carácter unitario que presentan, que no toda la 
realización de las mismas es obra autógrafa de Botticelli, pero que sí lo fue su 
concepción global y la dirección de la composición.
Debieron ser realizadas en 1483 con motivo del enlace de dos miembros de las 
familias Pucci y Bini, cuyos escudos aparecen en los marcos y en alguna de las 
escenas.
Botticelli se ajusta muy fielmente al relato de Boccaccio en sus más mínimos 
detalles. El carácter narrativo de la serie se ve así enfatizado por la 
inclusión en un mismo panel, a la manera medieval, de varios episodios 
sucesivos.


FUENTE:w w w . m o n o g r a f i a s . c o m

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