LA SALUD DE SAN MARTIN

Por Valeria Shapira


enfermedades de san martin   


Para La Nación

 

<"Sino puedo tomarlas mulas que necesito me voy a pie(....) El tiempo me falta para todo, el dinero ídem, la salud mala, pero así vamos tírando hasta la “tremenda". Transcurre 1816. .E destinatario de la carta es Tomas Guído. Su autor, el hombre que.«enfermo de sus viejos achaques, dolorido, extenuado, febril' como lo describe Ricardo Rojas  cumplirá la hazaña de los Andes y triunfará en Chacabuco. Unos meses después de la batalla, será Guido quien escribirá a Buenos Aires: "El estado del señor General San Martín es, de sumo grave y desespero de su vida. La preocupación siempre fue de los otros. El Libertador, en cambio, mantuvo una admirable fortaleza frente a sus enfermedades.

  Un gran madrugador

  Madrugador, de cortos desayunos. Matero, de mate con galleta. Pelo negro, "ojos de cóndor", dice Rojas en "El santo de la espada". Siempre delgado. En su historia clínica no hay registro de las llamadas enfermedades de la infancia, y en este punto existe acuerdo entre los diversos trabajos sobre su vida. También es sabido que como expresó Bartolomé Mítre.
La hematemesis es la eliminación de sangre del estómago por la boca. En la hemoptisis, el origen de la sangre es pulmonar. La primera es "sangre oscura que se acompaña de calor y cosquilleo laringotraqueal; la segunda, rutilante, roja, está precedida por tos" ("Neumotísiología en la práctica clínica María Cristina De Salvo y colaboradores). La hematemesis puede estar presente en los pacientes con úlcera, la hemoptisis es característica en los tuberculosos. La mayoría de los autores se ha inclinado por la primera hipótesis, la de la úlcera gastroduodenal. Otros trabajos, como "Las enfer­medades del General don José de San martín del doctor Mario Dreyer  indican que Ia úlcera lo atormentó durante 36 años, desde 1814, en que una hematemesis marcó la iniciación clínica". Argumenta el autor que "en la hematemesis, la iniciación y la terminación de la hemorragia son bruscas. En esta característica encuadra la pérdida de sangre del General San Martín".
A pesar de que las citas médicas de la época no especifican el diagnóstico, hay otros autores como Aníbal Ruiz Moreno y Antonio Guerrino que coinciden en gran medida con la descripción de Dreyer.
Otra de las hipótesis, menos difundida, es la que sostiene Adolfo Galatoire en "Cuáles fueron las enfermedades de San Martín". Para este médico, el General padeció una tuberculosis fibrosa. "Se ha consi­derado su longevidad (pues San Martín ha llegado a los 72 años) como una circunstancia que descar­ta la existencia de la tuberculosis.
Algunos autores así lo afirman por el desconocimiento de que una de las características de las tuberculosis, fibrosas es lo prolongado de su evolución, que le permite al enfer
 "su muerte empezó por los ojos": la ceguera que se manifestó en Europa llegó a continuación de una frustrada operación de cataratas. La lista de enfermedades atribuidas a San Martín es extensa: úlcera gastroduodenal, tuberculosis, asma, cólera, gota. El punto de conflicto entre ambas posiciones opuestas recae en el origen de su disnea y, principalmente, en la procedencia de los vómitos de sangre que padeció San Martín. Hematemesis o hemoptisis: esa es la cuestión que queda por resolver
La hematemesis es la eliminación de sangre del estómago por la boca. En la hemoptisis, el origen de la sangre es pulmonar. La primera es "sangre oscura que se acompaña de calor y cosquilleo laringotraqueal; la segunda, rutilante, roja, está precedida por tos" ("Neumotísiología en la práctica clínica María Cristina De Salvo y colaboradores). La hematemesis puede estar presente en los pacientes con úlcera, la hemoptisis es característica en los tuberculosos. La mayoría de los autores se ha inclinado por la primera hipótesis, la de la úlcera gastroduodenal. Otros trabajos, como "Las enfer­medades del General don José de San martín del doctor Mario Dreyer  indican que Ia úlcera lo atormentó durante 36 años, desde 1814, en que una hematemesis marcó la iniciación clínica". Argumenta el autor que "en la hematemesis, la iniciación y la terminación de la hemorragia son bruscas. En esta característica encuadra la pérdida de sangre del General San Martín".
A pesar de que las citas médicas de la época no especifican el diagnóstico, hay otros autores como Aníbal Ruiz Moreno y Antonio Guerrino que coinciden en gran medida con la descripción de Dreyer.
Otra de las hipótesis, menos difundida, es la que sostiene Adolfo Galatoire en "Cuáles fueron las enfermedades de San Martín". Para este médico, el General padeció una tuberculosis fibrosa. "Se ha consi­derado su longevidad (pues San Martín ha llegado a los 72 años) como una circunstancia que descar­ta la existencia de la tuberculosis.
Algunos autores así lo afirman por el desconocimiento de que una de las características de las tuberculosis, fibrosas es lo prolongado de su evolución, que le permite al enfemo una larga existencia. Viven sufriendo, pero viven muchos años",dice Galatoire. El general Guido cita a,menudo el problema reumático. 'sufiría ata­ques agudos de gota, entorpeciendo la articulación de la muñeca de la mano derecha".

        Opio y láudano

            San Martín, poco amigo de los médicos, enfrenta sus males con opio y láudano. Sufre  pero trabaja sin descanso. Dice Dreyer: "En  la época en que padeció sus enferme­dades, era poco lo que la medicina podía hacer por él. Había concluido su hazaña de dar libertad a tres países e iniciado su voluntariado os­tracismo cuando recién en 1826 ha­bían comenzado los estudios serios de anatomía patológica de la tuberculosis y, por esa misma época, Cruveilhier descubría la úlcera redonda de estómago" El momento histórico en el que vivió explica por qué la interpreta­ción semiológica de los vómitos de sangre resulta poco consistente faltaban los rayos X de Rbentgen descubiertos en 1895, el conoci­miento del bacilo causante de la tuberculosis y la ayuda de las transfusiones de sangre, realizadas por pri­mera vez en Buenos Aires por el argentino Luis Agote, en 1914.
 Si la de los Andes fue su mayor hazaña, el hecho de haberla cumpli­do "atormentado por dolores" que le impidieron "apearse del caballo"afirma Dreyer la torna más heroica. Cuando San Martín salió de Mendoza, "un peón, en las alforjas conducía remedios y otras provisio­nes para el jefe, casi siempre enfermo", dice Rojas. Había demorado dos anos en "montar su máquina de guerra y llegábale el momento de moverla" Por esa gran idea sufrió de insomnio. "Lo que no me deja dormir no son los enemigos sino cómo atrave­sar esos inmensos montes expresaba el General, que solía comenzarcon sus tareas alrededor de las cua­tro de la mañana. Hay también referencias al cólera que habría padecido después de 1830. («Mi hija fue atacada  del modo más terrible
escribió a O'Higgins, yo caí enfermo de la misma epidemia dos días después  aunque varios autores creen se trató de una gastroenterítis o una fiebre tifoidea. Sobran, además, las referencias sobre sus heridas y traumatismos de guerra, entre las que se destaca el episodio del combate de San Lorenzo, en el que dos soldados salvaron su vida cuando el Libertador se encontró atrapado por su caballo.
Sobre la muerte del General, es sabido que el acta de defunción no menciona la causa. Según Mitre, "el aneurisma que llevó siempre en su seno amortiguó las palpitaciones de su gran corazón".
A la luz de otras teorías, aparecen factores como el de una hemorragia causada por complicaciones de su úlcera. El incansable general sintió Ia fatiga de la muerte" el 17 de agosto de 1850. Enfrentó a la tremenda en Francia, deseando que su corazón descansara en Buenos Aires.

 

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