A diferencia de Jesucristo o Buda, Mahoma no sólo fue el fundador de una  religión sino también un líder  político: logró unir a un montón de tribus en una nación que, en sus primeros diez años de expansión (636- 646), conquistó Siria, Egipto y Mesopotamia. Ademas de cumplir e1 mandat0 de "guerra santa contra los infieles", los seguidores de Mahoma actuaron impulsados por objetivos políticos y económicos. En lo cultural, el mundo islámico superó ampliamente a la civilización europea medieval y realizó grandes avances en ciencias como la matemática, la medicina y la química. Con el tiempo, la religión musulmana tomó un giro fundamentalista que ha perdurado hasta hoy: como ejemplo basta mencionar la reciente destrucción de estatuas de Buda por los talibanes en Afganistán.