El comienzo del tercer milenio prueba que la Historia nunca termina de escribirse del todo, y que los pronósticos de los futurólogos casi siempre fracasan. El resurgimiento de beligerantes nacionalismos en la región de los Balcanes y el férreo funda mentalismo de algunos países islámicos parecen ir a contramano de la tan glorificada globalización, en la que los Estados Unidos ejercen su papel de policía internacional, más por intereses estratégicos que por un deseo de verdadera justicia. Dentro del marco de una civilización tecnológicamente muy avanzada, la gente de varios países del globo sigue guerreando por motivos religiosos o étnicos. El "nuevo orden mundial", instaurado a partir del fin del comunismo, no trajo una sociedad más justar por el contrario, las desigualdades entre ricos y pobres se han acentuado. En América Latina, las democracias se fortalecieron; pero sus economías siguen a la deriva. Han habido grandes avances científicos, como la i decodificación del Genoma : Humano; pero la ciencia no ha podido evitar devastadoras hambrunas. En • conclusión: la Historia del hombre continúa, como desde hace muchos miles de años, con sus proezas y - miserias, cambiante y familiar, pero siempre con la indeclinable esperanza de construir un mundo mejor.