Aunque siempre tuvo fama de aburrida, durante la Edad Media se gestaron muchos cambios importantes. Hubo grandes imperios, como el carolingio o el germánico, y el siglo XI marcó la cumbre del sistema feudal. En el siglo XII, después de setecientos años, renació la ciudad romo centro de desarrollo. Con la urbanización se fortaleció la burguesía y compitió con los señores feudales. En esa lucha social, la burguesía se alió a los reyes, que recuperaron su poderío. La Iglesia se convirtió en la institución fundamental de la sociedad, transmisora de cultura, pero muy intolerante  en lo religioso. Fue una época apocalíptica: la peste  negra mató a veinticinco millones de personas entre 1346 y 1352. Y una época delirantemente heroica: durante dos siglos se llevaron a cabo las Cruzadas, que mezclaron propósitos religiosos, políticos y económicos, y sin quererlo desencadenaron un rico intercambio entre Occidente y Oriente.