GABO GARCIA MARQUEZ

 

 

hoy me sorprendo yo mismo de la enorme lotería que ha sido ese tropiezo en mi vida." Por primera vez, el escritor colombiano Gabriel García Márquez habló sobre su enfermedad. Hace un año, cuando se enteró de que padecía cáncer linfático, debió someterse a tres meses de tratamiento, pero, sobre todo, esta experiencia lo impulsó a reorientar su vida, según le contó al diario El Tiempo, de Bogotá. "Por el temor de no tener tiempo para terminar los tres tomos de mis memorias y dos libros de cuentos que tenía a medias, reduje al mínimo las relaciones con mis amigos, desconecté el Teléfono, cancelé los viajes y toda clase de compromisos pendientes y futuros y me encerré a escribir todos los días sin interrupción desde las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde, expresa el Premio Nobel, quien el año próximo publicará el primero de los tres tomos de sus memorias, Vivir para contarlo. De alrededor de unas 900 páginas, empieza con la vida de sus abuelos maternos y los amores de sus padres a principios de siglo y termina en 1955, cuando publicó su ópera prima La bojarasca y viajó a Europa como corresponsal de El Espectador .El segundo volumen, cuya escritura espera comenzar en enero, seguirá hasta la publicación en 1967 de la novela Cien años de soledad y el tercero será el recuerdo de sus relaciones personales con seis o siete presiden tes de distintos países. "Lo único que me preocupa es que me muera por la vergüenza de que crean que yo escribí algo tan cursi, dijo sobre la carta apócrifa que desde hace varios meses circula por internet como de su autoría, en la que se declara enfermo de muerte y se despide de la vida. Según explica el novelista, se trata de un texto elaborado por un ventrílocuo mexicano que lo escribió para su muñeco y alguien se lo robó para divulgarlo. "Lo que más me sorprendió es que mis lectores pudieran creer que fue escrito por mí", dice indignado. 

REALISMO MÁGICO

Otra muestra de la reanudación de la actividad  de García Márquez es la respuesta que devolvió a las críticas del canciller venezolano José Vicente Rangel, quien cuestionó la información de la revista Cambio ‑en la cual el escritor es socio y presidente del consejo editorial‑ sobre las relaciones del gobierno del presidente Hugo Chávez con la guerrilla colombiana. El término elegido por el canciller para desacreditar la nota fue el de "realismo mágico", en obvia referencia al estilo literario que tuvo su boom en los '70 y del que el colombiano es su máximo exponente. "La primera condición del realismo mágico es que sea un hecho rigurosamente cierto que, sin embargo, parece fantástico. Muy pocos países del mundo lo demuestran mejor que mi muy querida Venezuela", contestó. En la reciente Feria del Libro de Guadalajara, México, se lo vio más delgado pero muy repuesto. Para Gabo, a los 72 años, la vida y la literatura volvieron a inventarse.

 

.origen de datos: revista luna nº859

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GARCIA MARQUEZ

 

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CON FIDEL CASTRO