CLEOPATRA

 

Cleopatra VII (c.69-30 a.C.), reina de Egipto (51-30 a.C.), último miembro de la dinastía Tolemaica. Cleopatra era hija de Tolomeo XII Auletes, rey de Egipto. A la muerte de su padre en el 51 a.C., Cleopatra, que entonces contaba con 17 años aproximadamente, y su hermano, Tolomeo XIII, de unos 12, le sucedieron conjuntamente en el trono de Egipto a condición de que contrajeran matrimonio. En el tercer año de su reinado, Tolomeo, alentado por sus asesores, asumió el control exclusivo del gobierno y empujó a Cleopatra al exilio. Ésta, rápidamente, reunió un ejército en Siria, aunque fue incapaz de defender su pretensión hasta la llegada a Alejandría, en el 48 a.C., de Julio César, quien se convirtió en su amante y apoyó su causa. En el 47 a.C. Tolomeo XIII murió en combate y César proclamó a Cleopatra reina de Egipto.

 Cleopatra fue entonces obligada a casarse con su hermano menor, Tolomeo XIV, de aproximadamente 11 años. Después de poner el gobierno conjunto sobre una base segura, Cleopatra viajó a Roma, donde vivió como concubina del César. Tuvo un hijo, Cesarión, que afirmaba que era hijo de César. Después del asesinato de este último en el 44 a.C., Cleopatra regresó a Egipto, donde se dice que envenenó a Tolomeo XIV y convirtió a Cesarión en su corregente (con el nombre de Tolomeo XV). Dudó en alinearse en la guerra civil que siguió a la muerte de César y en el 41 a.C. fue convocada en Tarso (actualmente en Turquía) por Marco Antonio, que entonces gobernaba los territorios de Oriente, para que explicara su conducta. Éste se enamoró de ella y regresaron a Alejandría, donde vivieron juntos durante algún tiempo. En el 40 a.C. Marco Antonio fue obligado a volver a Roma, donde contrajo matrimonio con Octavia, hermana de Octavio, más tarde el emperador Augusto. Tras su partida, Cleopatra tuvo mellizos. En el 36 a.C. Marco Antonio viajó a Oriente como jefe de una expedición contra los partos. Mandó llamar a Cleopatra, quien se reunió con él en Antioquía. Se casaron y nació un tercer hijo. En el 34 a.C., después de una campaña de éxitos contra los partos, Marco Antonio celebró su triunfo en Alejandría y él y Cleopatra anunciaron formalmente la división del antiguo Imperio de Alejandro Magno entre Cleopatra y sus hijos. Marco Antonio continuó viviendo en Egipto y en el 32 a.C. Octavio declaró la guerra a la pareja y Marco Antonio se divorció de Octavia.

 Cleopatra insistió en tomar parte en la campaña. En la batalla de Actium en el 31 a.C., creyendo que la derrota de Marco Antonio era inevitable, retiró su flota y ambos huyeron a Alejandría. Poco después, Marco Antonio, engañado por un informe falso de la muerte de Cleopatra, se suicidó. Sabiendo que Octavio pretendía exhibirla por su triunfo en Roma, Cleopatra también se quitó la vida, probablemente envenenándose, según una antigua tradición, por la picadura de una áspide. Cesarión, el último de los Tolomeos, fue condenado a muerte por Octavio, y Egipto pasó a manos romanas.

 La vida de Cleopatra ha servido de base para muchas creaciones literarias, de entre las que sobresalen las obras teatrales Antonio y Cleopatra (1606-1607) de William Shakespeare, Todo por amor (1678) del autor teatral inglés John Dryden y César y Cleopatra (1901) del dramaturgo inglés George Bernard Shaw.

 

  ORIGEN DE DATOS: ENCICLOPEDIA ENCARTA 2001

 

CLEOPATRA

 

Cleopatra VII

Este bajorrelieve del siglo I a.C. hallado en Alejandría representa casi con seguridad a la reina egipcia Cleopatra VII, último miembro de la dinastía Tolemaica y uno de los personajes históricos más famosos de la edad antigua. Unida sentimentalmente de forma sucesiva a los dirigentes romanos Julio César y Marco Antonio, se suicidó en el 30 a.C.

Private Collection/Werner Forman Archive

 

La última reina de Egipto fue víctima de los designios imperiales de Roma, a los que intentó oponerse con su inteligencia y su   su habilidad. Cleopatra le debe a los romanos su leyenda. 
 Amante de Julio César y de Marco Antonio los hombres más poderosos de su tiempo, su memoria quedó ligada a la de ellos y a la de sus rivales. papel de madre, esposa y gobernante.
esginfe

Cleopatra trató de recuperar el poder de Egipto , la gran esfinge de Gizeh Egipto cuya nariz, destruida, fue tan famosa como la de la última reina del Nilo.

Estatua de Cleopatra Vil realizada en basalto negro. Esculpida entre los años 51 Y 3o a.C., representa probablemente a la reina que sedujo al experimentado Julio César.
piramide

piramide

"Poseía una voluptuosidad infinita al hablar Su belleza no causaba admiración y asombro, pero su trato era tal, que resultaba imposible no rendirse.( PLUTARCO)

Muy hábil

Cleopatra  fue la última reina de Egipto. Por encima de la leyenda, la "reina de reinas" se mostró como la más capaz de los soberanos lágidas. Demostró gran sagacidad cuando aprendió demótico -la lengua de los nativos egipcios- y otros idiomas, lo que le permitió llevar personalmente la política exterior. Aprovechó los conflictos internos de Roma a favor de Egipto. Y no olvidó su 'papel ni aún siendo esposa de Marco Antonio, al que exigió contraprestaciones por su ayuda contra los partos.
isis

Imagen de la diosa isis identificada con Cleopatra por la dinastía de los Ptolomeo, que gobernó Egipto.

Elizabeth Taylor encarnó a una de las Cleopatras más sensuales del cine (Cleopatras, 1963). Su idilio con Marco Antonio/Richard
Burton se transformó en un tórrido romance real. 
moneda

La nariz de Cleopatra sobresale en esta moneda de la época romana.

"Si la nariz de cleopatra «hubiese sido más corta la faz del mundo habria sido otra

BLAISE PASCAL
Filósofo y matemático francés


¿FEA PETISA Y GORDA? En abril de 2001, se exhibieron en el Museo Británico (Londres), once estatuas que pusieron en duda la eterna imagen de Cleopatra: la mítica reina era más bien desafortunada físicamente. Según estas estatuas, era fea y gorda. Y hay expertos que aseguran que no medía más de i,5o metro. Pero a los pocos días, desde Egipto, llegó la réplica. Los investigadores locales aconsejaron guiarse por los grabados del templo de Dendera -en la localidad de Oena-, que la muestran como una mujer bella y llena de encantos.


>DE TODO, MENOS LINDA

En el año 32 a.C., Octavio, cónsul romano, acusó públicamente a Cleopatra de adoración animal, uso de magia, embriaguez, droga, incesto y lujuria desenfrenada. En la declaración oficial de guerra a Egipto, ni siquiera se mencionó el nombre de Marco Antonio.


>EL DEDO ACUSADOR

La mala imagen de Cleopatra en Roma fue directamente fomentada por Ciceron político, filósofo y orador romano que definió a Egipto como "El imperio del mal" y a Cleopatra como la Serpiente del Nilo". El pueblo y el Senado de Roma creyeron su versión.


>SE TRAGO UNA PERLA

En una ocasión, tras realizar una apuesta con Marco Antonio, la reina de Egipto se arrancó un pendiente, disolvió la perla de éste en una copa de vinagre y se la tomó.


UNA BROMA SALADA

Las fiestas volvieron perezoso a Marco Antonio, quien se pasaba las horas pescando. Un día, descubrió un arenque salado en su anzuelo, puesto allí por orden de Cleopatra. la reina se acercó y le dijo: "Tus capturas deben ser ciudades, provincias y reinos».

Brazalete de oro de Cleopatra que se conserva en el Museo de Napoles (Italia).
MUERTE

MUERTE

MUERTE

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EL MUNDO DE CLEOPATRA

A unque parezca mentira, por las venas de Cleopatra no corría ni una gota de sangre egipcia. La última reina de Egipto era descendiente de Ptolomeo Lagos, el general de Alejandro Magno que fundó la dinastía Lágida -o Ptolornea- de Egipto, la más duradera de su milenaria historia. En el 69 a.C., cuando nació Cleopatra VII, hacía más de dos siglos que su familia reinaba en Alejandría. Los alejandrinos también conocían las consecuencias de los conflictos palaciegos que caracterizaron a la dinastía.

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MEDIACION ROMANA

Las costumbres de la monarquía lágida, que aprobaba el incesto real para mantener la pureza del linaje y la activa participación de las mujeres en el gobierno, provocaron continuas luchas por el acceso al trono de uno de los reinos más ricos de la Antigüedad.
En estas luchas dinásticas, la ambiciosa Roma se avino a mediar siempre entre los contendientes. Eso ocurrió cuando Ptolomeo XII Auletes, el padre de Cleopatra, reclamó la ayuda del Senado romano para recuperar el trono que le había usurpado su propia hija Berenice. Cuando Pompeyo, al que Auletes declaró protector del futuro heredero, se lo devolvió, el monarca ordenó asesinar a su hija. En este clima de intrigas constantes, crueldad y asesinatos dinásticos, na-
ció y se crió la que sería última reina griega de Egipto:Cleopatra.

PASADO DE ESPLENDOR

Su antepasado, Ptolomeo I Soter (305-283 a.C.), fundador del Museo y la Biblioteca de Alejandría, había hecho de aquella ciudad la capital de un imperio que Cleopatra pretendía recuperar en competencia directa con Roma. Pero no sólo era la pasión por la cultura lo que distinguía a la estirpe de Ptolomeo.


LA REINA QUE EMPEZO A SEDUCIR A CESAR ENVUELTA
EN UNA ALFOMBRA

La lucha por el trono de Egipto volvió a repetirse tras la muerte del padre de Cleopatra (51 a.C.), Ptolomeo XII De un lado, estaban los partidarios de Ptolomeo XIII, su hermano de lo años. Del otro, ella que, con 17 años, era regente.
Sin embargo, los acontecimientos de la guerra civil romana, provocada por el enfrentamiento entre César y Pompeyo, se mezclaron en la pugna dinástica. En ese momento de la historia, Cleopatra mostró su talla de reina. Supo combinar la impericia de sus enemigos con su audacia para salir victoriosa en la lucha por el trono de Alejandría.
Derrotado en Farsalia (48 a.C.), Pompeyo acudió a Egipto a buscar el auxilio de sus aliados. Pero Potino, ministro de Ptolomeo XIII, lo mandó asesinar para atraer de este modo las simpatías de César para su causa. El cálculo resultó erróneo porque César era magnánimo con sus enemigos y porque Pompeyo había sido marido de su hija Julia.
Entonces, Cleopatra entró en la leyenda. Envuelta en una alfombra, según la tradición, se infiltró clandestinamente en los aposentos de César para poder exponerle sus demandas. Durante el encuentro, la reina consiguió seducir al general romano: el escritor griego Plutarco asegura que esa misma noche durmieron juntos. Pese a ello, César intentó aproximar las dos facciones. Pero, poco después, los partidarios de Ptolomeo XIII iniciaron una guerra en la que César y Cleopatra resultarían victoriosos.

LA "SERPIENTE DEL NILO" PROVOCO LA HOSTILIDAD DE LOS ROMANOS

Para sellar su alianza política y sentimental, César y Cleopatra emprendieron un fastuoso crucero por el Nilo que utilizaron para demostrar su poder por todo Egipto. Poco después, Cleopatra daba a luz a Ptolomeo César, hijo de Julio y más conocido como Cesarión.
Después de vencer a Farnaces, el rey del Ponto, en una campaña que por su facilidad provocó la frase "vini, vid¡, vici" ("vine, vi y vencí"), César regresó a Roma, desde donde reclamó la presencia de Cleopatra a su lado. La triunfadora de Egipto, acompañada de Casarión y su nuevo hermano-marido, Ptolomeo XIV, de 13 años, ofreció a los romanos la imagen de una joven soberana rebosante de poder, riquezas y orgullo.
Pero en Roma se inició la "leyenda negra" de Cleopatra. Como se creía que César y Cleopatra serían reyes de Roma, los patricios -la clase altaencendieron el odio contra ella. Ciceron el gran orador, fue especialmente rencoroso. En su correspondencia, se refería a Cleopatra como la "Serpiente del Nilo" y como un peligro para la República romana. 'Todo el mal procede de Alejandría", aseguraba.
Cuando César erigió una estatua dedicada a Cleopatra-Venus, Roma relacionó las ansias monárquicas de César con su influencia. Los romanos no estaban dispuestos a rendir pleitesía a la reina de un Estado al que consideraban vasallo. El asesinato de César en el Senado (44 a.C.) marcó el final de esta campaña de desprestigio hacia Cleopatra.

Sus amores

Pese a la inquina de los historiadores romanos, Su Antonio deshizo la fama de licenciosa que tenía Cleopatra y escribió: "Con seguridad sólo se pueden citar sus amores con César y [Marco] Antonio. ¡Es muy poco, si se piensa en la vida agitada que llevaban las romanas de la misma época!" Tanto César (abajo) como M* arco Antonio fueron, en cambio, promiscuos reconocidos. El mismo historiador recoge, sin embargo, que entre todas las amantes que tuvo César "a la que más amó fue a Cleopatra". También Marco Antonio dio fe de su amor por Cleopatra cuando en una carta dirigida a Octavio escribió: "¿Qué te ha cambiado? ¿Que sea mi amante una reina? Es mi esposa, y no de ayer, sino desde hace nueve años. ( ... ) ¿Qué importa el lugar o la mujer a quien deseas?".

cesar


EN SU PRIMERA CITA, TAMBIEN DESLUMBRO A MARCO ANTONIO

La reacción de Cleopatra ante el asesinato no se hizo esperar. Había perdido a su aliado en Roma y decidío volver a Alejandría. Una vez allí para evitar nuevos conflictos dinásticos, mandó ejecutar a Ptolomec XIV Esta vez, su hijo Cesarión, dc sólo tres años, accedió al trono a. lado de Cleopatra como Ptolomec XV. Sería el último Ptolomeo Lágida.
A la muerte de César se entable una nueva guerra civil. De un lado se encontraban los republicanos asesinos de César -encabezados poi Casio y Bruto-, y en el otro los partidarios del general -Marco Antonio Lépido y Octavio-. Además, en este campo se estaba larvando una carrera por el poder entre el veterano Marco Antonio, designado come cónsul, y el hijo adoptivo y sobrinc nieto del fallecido y heredero legal de César, Octavio.
Derrotados los partidarios de Casio y Bruto, Marco Antonio inició un viaje por Oriente que lo llevaría a conocer a Cleopatra. El encuentre fue en la ciudad siria de Tarso, Marco Antonio, que aspiraba a vencer a los partos -dueños de un imperio, establecido en el 25o a.C., y rivales de Roma en la lucha por Armenia y la Mesopotamia- mandó llamar a Cleopatra para saber si podía contar con su apoyo.
La entrada de Cleopatra en una suntuosa y lujosa nave y los agasajos que le ofreció -entre ellos un banquete que habría durado cuatro días- conquistaron la voluntad del romano. Ella tenía 28 años Y él, 42. El romance floreció inevitablemente.

NAVE


UNA SINGULAR 'VIDA INIMITABLE" CAUTIVA AL FUTURO DUEÑO DE ORIENTE

De aquel primer contacto, Cleopatra consiguió la condena a muerte para su hermana Arsinoe quien, incluso presa en Roma por su alianza con Ptolomeo XIII, le había creado situaciones comprometidas en el reino. Marco Antonio abandono a su esposa Fulvia y ganó, a cambio, una aliada que le permitiría ser el hombre más poderoso entre sus contemporáneos durante una década.
El segundo encuentro se produjo en Alejandría, donde Marco Antonio pasó un año disfrutando de los placeres y privilegios que le gustaban y que le ofrecía la ciudad helenística: gimnasios, conferencias, banquetes, fiestas, juergas, santuarios Plutarco asegura que fue finalmente la propia Cleopatra quien lo arrancó de la indolencia de esta "vida inimitable" o "arnimétobien" -como ellos rnismos llamaban a su grupo, que llevaba una vida desenfrenada-.
Pero, mientras Cleopatra daba a luz a los gemelos Cleopatra Selene (luna) y Alejandro Helios (sol), hijos de Marco Antonio, éste se iba a Grecia a negociar con Octavio, su rival. El motivo: Fulvia, la abandonada esposa, había promovido una rebelión contra Octavio.
Los dos gobernantes pactarían en la ciudad de Brindis¡ una nueva paz junto a Lépido a fines del 4o a.C. y se repart irían las zonas de influencia. El Oriente correspondió a Marco Antonio, Occidente a Octavio y Africa a Lépido. Viudo de Fulvia, Marco Antonio se casó con Octavia, hermana de su oponente, con la que también tendría descendencia.

MARCO ANTONIO RECUPERA PARA CLEOPATRA EL IMPERIO LAGIDA

Después que la intervención de Octavia calmó las tensiones entre su marido y su, hermano, en el verano de 37 a.C., Marco Antonio partió inesperadamente hacia Antioquia, en Siria, donde se volvió a reunir con Cleopatra. 
¿Fue amor o la necesidad, más perentoria para, su prestigio, de iniciar una campaña contra los amenazantes partos que ocupaban parte del Asia romana lo que llevó al reencuentro? Sea lo que fuere, lo primero que hizo la pareja fue casarse, según el ritual egipcio que, al contrario del romano, permitía la poligamia. Esposa del dueño de Oriente, Cleopatra empezó a mostrar sus ambiciones. Marco Antonio le dio el reino de Calcis, la costa siria, Chipre y territorios de Ci- Creta y udea. La guerra con los artos ocupó las vidas de los nuevos espo sos durante los dos años siguientes Asistido por su esposa durante la campaña, Marco Antonio cedío públicamente las nuevas conquistar a sus hijos -mientras estuvo en e. frente nací¿> el tercer hijo de la pareja, Ptolomeo Filadelfo- a los que dic los títulos de reyes. Egipto recupera ba así el esplendor de los primeros lágidas.
En Roma, un Octavio temerosc del poder de Marco Antonio, empezó a desprestigiarlos, máxime cuandc éste cambió a su hermana poi Cleopatra. Enardeció al Senado cor la lectura del testamento de Marcc Antonio en el que legaba territorios romanos a los reyes de Egipto.
La guerra, que se hizo inevitable terminó con los sueños imperiales de Cleopatra y consolidó los dE Octavio en la batalla naval de Accic (31 a.C.), frente a las costas griegas y ganada por Roma. Tiempo después, todo terminaría Marco Antonio y Cleopatra se suicidaron.


Un a batalla que cambió el mundo

En la época romana hay dos batallas que estuvieron a punto de cambiar la historia. Una fue Cannas (218 a.C.), donde los romanos enfrentaron al general cartaginés Aníbal; la otra, ocurrió frente a las costas de Accio (31 a.C.), y fue contra Cleopatra y Marco Antonio. A pesar de que la primera se libró a las puertas de Roma, el enfrentamiento naval fue descripto por los historiadores romanos como la batalla donde se decidía la "suerte del mundo". El triunfo de Octavio dio origen del imperio más duradero de la Antigüedad -cuatro siglos- y a la consolidación del Mediterráneo como el "Mare Nostrum" romano.

Medidas ala altura de las dificultades

Los primeros años del reinado de Cleopatra, que llegó al trono a los 18 años, fueron difíciles. Las cosechas fueron perjudicadas por las inundaciones del Nilo y hubo conflictos con Siria. Luego Julio César llegó a Egipto y Cleopatra se fue a Roma. A su regreso, volvió a encontrarse con serios problemas: el trono había sido usurpado por un falso Ptolomeo XIII, había crisis económica y epidemias. La reina tomó medidas drásticas. Distribuyó los granos que guardaba el Estado entre el pueblo, reconstruyó la armada, impulsó la libertad de comercio y reintegró a Egipto a la economía internacional. El reino se recuperó.

EL PODER DE LA SEDUCCION

HAN PASADO MÁS DE 20 SIGLOS desde que la reina del Nilo decidió terminar con su vida, pero su poder de fascinación permanece intacto entre los que la consideran el paradigma por excelencia de "la mujer fatal". ¿Tanta era la belleza de Cleopatra? ¿Era tan arrebatador su atractivo como para que los hombres más poderosos de su tiempo quedaran subyugados?
Los avatares de su vida, el exotismo que rodea a su figura, los amores contrariados que pautaron su biografía fueron los ingredientes que utilizaron los guionistas de Hollywood para agrandar su figura. Actrices de gran belleza, como Liz Taylor, Sophia Loren o Vivien Leigh, redondearon la leyenda. El mito de Cleopatra se constituía como verdad casi irrebatible.
Sin embargo, hasta el propio Plutarco, escritor romano, riguroso biógrafo de vidas paralelas que se pierden en el tiempo, puso las cosas en su lugar al señalar la verdadera esencia del encanto de la reina egipcia: "Su belleza no era tal que deslumbrase o que dejase parados a los que la veían; pero su trato tenía un atractivo inevitable, y su figura, ayudada de su labia y de una gracia inherente a su conversación, parecía que dejaba clavado un aguijón en el ánimo". Según la descripción del autor cla sico, la proverbial belleza de Cleopatra no habría residido tant en su físico como en su carácter Más aún, en 20oi hubo una polemica entre expertos británicos egipcios luego que los primeros aseguraron que Cleopatra fue petisa, fea y gorda
Pero para entonces, otras mujeres habían esgrimido sus encanto para alcanzar sus fines. Por ejer plo, Mata Hari, la seductora bailarina y espía, que durante la Primera, Guerra Mundial se ganó la confianza de los poderosos y que fue fusilada por ello. Pero el mito de un Cleopatra bella y seductora permnece más allá de las últimas suposiciones realizadas en Londres.



¿POR QUE LA SERPIENTE? Cleopatra se suicidó provocando la mordedura de un áspid, una pequeña serpiente que Iras y Carmión, sus esclavas, ocultaron en una cesta con higos para burlar la vigilancia romana. No es casual que Cleopatra recurriera a una serpiente para morir: según la tradición, la cobra real hembra caminaba delante de los faraones para destruir a sus enemigos. En una cesta de higos, un áspid resultaba menos aparatoso que una cobra.

LA NARIZ DE LA ESFINGE

La segunda nariz más famosa de Egipto, la de la esfinge de Gizeh, ya no existe. Su mutilación se atribuye a los disparos de cañón efectuados desde la meseta de las pirámides durante el enfrentamiento de Napoleón con los mamelucos.


CALENDARIO JULIANO

Durante su permanencia en Roma, Cleopatra le regaló a Julio César un calendario, llamado "Juliano" en su honor. Había sido creado por el astrónomo
Sosígenes.

BIOGRAFIA