Bernardo Alberto Houssay Laffont
(Buenos Aires, 1887 - Buenos Aires, 1917)

Médico y fisiólogo. Realizó importantes investigaciones sobre endocrinología, farmacologia,
nutrición, etc. Premio Nobel de Medicina (1947), por su descubrimiento de la función
hormonal de la pituitaria.

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HOUSSAY PREMIO NOBEL DE MEDICINA

Bernardo AlbertoHoussay Médico y fisiólogo
Nació en Buenos Aires el 10 de abril de 1887.
Murió en Buenos Aires el 21 de setiembre de 1971.

La investigación científica fundamental busca desinteresadamente el conocimiento de la verdad O el estudio de los principios y mecanismos clásicos”

Fundó institututos  de’ investigación científica

Creó el CONICETy fue su primer primer presidente

Recibió el Nobel por sus estudios sobre hipofisis

Bernardo Houssay fue una figura clave de la ciencia local. Estudió Farmacia y luego Medicina para dedicarse por completo a la experimentación. Se destacaron sus trabajos sobre la acción de los extractos hipofisianos. Recibió el Nobel
en 1947. El CONICET, organismo de apoyo oficial a la ciencia,
forma parte de su importante legado.

El telegrama que anunciaba su nominación para el premio Nobel de Medicina y Fisiología (a la izquierda, el diploma que le entregó la Academía Sueca) fue recibido por Houssay en la sala de su casa, en Viamonte 2790,junto a SUS hijos y
a Josefina Vanguas, su secretaria.

La figura de Houssay trascendía el ámbito cientifico debido a sus característiéas personales

En 7943 escribió una serie de preceptos que guiaban su trayectoria y que se conoce como el Credo de Houssay.

Los avances para combatir diferentes enfermedades han sido enormes desde la época de houssay

Houssay integro  el equipo de rugby de la Facultad de Medicina  y se destacó en atletismo obteniendo marcas cercanas al récord sudamericano de su época.

Al año de haber sido jubilado obligatoriamente la Real  Academia carolingia  de Suecia le otorgó el Nóbel de Medicina y Fisiología

 el museo ’CASA MUSEO BERNARDO HOUSSAY
En Vlamonte 2790 donde  vivió hasta poco antes de su muerte, se guardan 127 medallas y condecoraciones ,18togas,286 diplomas y 1200 trabajos publicados,objetos
y correspondencia personal de Houssay ,

el libro

BERNARDO A. HOUSSÁY (1961)
En la colección Argcntinos en !a ciencia,el doctor Abel Sánchcz Diaz publicó una semblanza cronolágica de la actividad desarrollada por Houssay,que incluye biografias s suyas de otros colegas (Ediciones culturales Argentinas

BERNARO A. HOUSSAY Recibió El, PREMIO NOBEL DE MEDICINA Y FISIOLOGÍA EN 1947. La Academia Sueca distinguía así su trabajo que permitió avances para la lucha contra la diabetes. Desde 1919 dirigió el Instituto de Fisiología de la universidad de Buenos Aires, del que fue separado en 1943 por razones políticas. Trasladó entonces su actividad al Instituto de Biología Experimental, donde trabajó junto con Eduardo Braun, Menéndez, Luis Federico Leloir y Juan T., Lewis. Fue uno de los impulsores primer presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas (CONICET). Su vivienda, hoy "Casa' Museo Bernardo A. Houssay", encarna, el homenaje al hombre de ciencia.

Bernardo Houssay nació en Buenos Aires en 1887. En 1900 se graduó de bachiller y en 1904 de farmacéutico. En 1911 ya tenía el doctorado de Medicina. De 1907 a 1915 se desempeñó -como ayudante, primero, y como jefe, después- en trabajos de fisiología. En la Facultad de Veterinaria dictó Cátedra de esa materia entre 1910 y 1919 ; interinamente, ocupó la jefatura de patología y fisiología, y del serpentario del Instituto Bacteriológico, entre 1915 y 1919. Fue profesor de la Facultad de Medicina de la UBA de 1919 a 1946, y en esta misma facultad fue consejero y director del Instituto de Fisiología, y miembro del Consejo Superior de la Universidad. También ocupó el cargo de presidente de la Academia Nacional de Medicina.
Houssay siguió siempre una línea manifiestamente ascendente en el cultivo y profundización de la ciencia de la fisiología, y en 1947 obtuvo el Premio Nobel de Medicina, compartido con los esposos Carlos F. Cori y Gerty T. Radnitz. La labor de Houssay está estrechamente relacionada con la de los esposos Cori, razón ésta del premio en conjunto
Houssay fue propulsor de importantes investigaciones en el campo de la fisiología, labor científica que ha influido en gran medida en el adelanto de los conocimientos humanos, y fundó una escuela de la que han surgido prestigiosos egresados que continuaron su labor.
Fueron de gran trascendencia sus investigaciones sobre las funciones de la hipófisis, las glánduas suprarrenales, las sustancias minerales del plasma, trabajos en los que tuvo la eficaz colaboración de médicos fisiólogos argentinos que siguieron el trabajo de su maestro con pasión y visión científica. Uno de los primeros descubrimientos de Houssay consistió en la demostración de que el metabolismo de los hidratos de carbono, tanto en estado normal como en la diabetes, está regulado por las glándulas de secreción interna, demostrándose que la insuficiencia hipofisiaria determina una fuerte sensibilidad a la insulina. Esta acción es conocida en fisiología como "fenómeno de Houssay". La administración de lóbulo anterior de hipófisis corrige este trastorno, produciendo un aumento de la resistencia a la insulina. Se comprobó, además, que la extirpación de la hipófisis atenúa en forma parcial ostensible la intensidad de la diabetes, demostrando así la acción diabetógena de la hipófisis. Se encontró también que las glándulas suprarrenales ejercen una acción similar a la de la hipófisis, como así la tiroides, pero ésta más atenuada.
La distinción a Houssay fue conferida, por tanto, por su "descubrimiento del significado del metabolismo de los hidratos de carbono relacionados con el lóbulo anterior de la hipófisis". Hasta este descubrimiento, no se supo que la eliminación de dicho lóbulo inhibía a la diabetes, por lo que se dedujo que éste impedía la utilización apropiada del azúcar ; de allí que la insulina no sea la única hormona a considerar en la diabetes.
La escuela de Houssay ha obtenido resultados fructíferos. Entre los trabajos de mayor trascendencia se destacan los estudios llevados a término sobre el rol de las glándulas de secreción interna en la formación y utilización de las proteínas, de los hidratos de carbono y de las grasas; investigaciones sobre la circulación de la sangre, los ruidos del corazón; la existencia de la llamada hipertensina; los fenómenos pulsátiles; trastornos de la circulación coronaria y bloqueos del corazón. En todos los trabajos intervinieron prestigiosos médicos, entre ellos Leloir, discípulo de Houssay, y también ganador del Premio Nobel. 
Esta escuela siguió trabajando en numerosas investigaciones, entre ellas estudios sobre las funciones de la hipófisis en relación con el crecimiento, sobre otras glándulas de secreción interna, las funciones sexuales y de nutrición, etc. No menos importantes son los trabajos sobre la suprarrenal, las sustancias minerales del plasma, los venenos de las serpientes y arácnidos, las acción farmacológica de muchas plantas del país, la intoxicación cianhídrica, el sistema neuromuscular, la urobilina, los pigmentos biliares, la fisiología dentaria, el papel del flúor, la formación y destino del indoxilo, etc. La lista de los títulos de Houssay es extensa, por lo que sólo mencionaremos algunos y fotos
G
anador del primer premio Nobel de ciencias para nuestro país, Bernardo Houssay tuvo el mérito de iniciar una escuela de investigación y producción científica en la Argentina en el área de la fisiología. Y una tradición. En cierto modo fue uno de los grandes impulsores de la investigación científica en la Argentina. Nació en la ciudad de Buenos Aires el 10 de abril de 1887. Su padre había nacido en Francia y llegó al Río de la Plata con títulos de abogado y doctor en Filosofía, era poseedor de una vasta cultura y estaba dotado de una memoria tal que podía leer una página entera y repetirla luego con asombrosa exactitud. Houssay demostró haber heredado la gran inteligencia paterna. Desde muy pequeño se aficionó a la lectura de manera que no dedicaba casi tiempo a los juegos infantiles. Estudió los primeros dos grados de la enseñanza primaria con docentes privados. Ingresó a un colegio con la idea de cursar el tercer grado pero quince días después de haber iniciado las clases, por tener una preparación muy superior a la de sus compañeros, fue promovido a cuarto grado; y un mes después a quinto. A este ritmo terminó la escuela primaria con sólo nueve años de edad y a los trece había logrado el diploma de bachiller. En el año 1901 se inscribió en la escuela de Farmacia que entonces formaba parte de la Facultad de Ciencias Médicas, con catorce años recién cumplidos era el alumno de mayores calificaciones. Una vez recibido de farmacéutico inició sus estudios de Medicina, graduándose con diploma de honor a los veintitrés años.Fue practicante interno de Medicina en el Hospital Nacional de Clínicas. Desde 1908 y durante tres años se desempeñó como ayudante de la cátedra de fisiología del profesor Piñero. En 1910 asumió en forma interina la cátedra de Fisiología en la Facultad de Agronomía y Veterinaria, de la que luego se haría cargo en forma definitiva ganando su lugar por concurso. Esta función, que ejerció hasta 1919, le dio la posibilidad de un gran aprendizaje y de realizar importantes tareas. Contemporáneamente se desempeñó como Jefe de Investigaciones del Instituto Bacteriológico -dependiente del entonces Departamento Nacional de Higiene- donde creó el departamento de Fisiología Patológica, espacio donde pudo desarrollar considerables estudios de los venenos de víboras, arañas y otros animales.En 1919 fue nombrado profesor titular de Fisiología de la Facultad de Medicina. A partir de ese momento renunció a toda otra actividad profesional y se dedicó con dedicación completa a su real vocación: la investigación experimental y la docencia. Fue entonces que a propuesta suya y siguiendo sus indicaciones se creó el Instituto de Fisiología de la Facultad de Medicina de Buenos Aires, para el que fue nombrado Director. Desde entonces pasaba todos sus días en el Instituto realizando experimentos, dirigiendo y guiando a los discípulos y dictando clases. Su actividad no sabía de días feriados y su remuneración era muy inferior a muchas que le habían ofrecido desde el exterior, pero era su deseo quedarse en su país y formar investigadores. Efectivamente, logró crear una brillante escuela de fisiología de la que salieron los primeros profesores universitarios de Fisiología del país y numerosos investigadores argentinos y extranjeros, especialmente sudamericanos. Rápidamente, el Instituto se convirtió en un centro de excelencia mundial en el área de la investigación científica.Los trabajos más trascendentes del doctor Houssay se desarrollaron en el campo de la endocrinología. Esta rama de la medicina se dedica al estudio del desarrollo, las funciones y las enfermedades de las glándulas endocrinas: órganos cuyas células producen una secreción, hormonas, que desempeña diversas funciones en el organismo y que vierten directamente a la sangre; son glándulas endocrinas, por ejemplo, las suprarrenales, los ovarios, los testículos y la hipófisis. Al estudio de ésta última se dedicó Houssay, impulsado, según algunas biografías, por el tratamiento de un paciente que presentaba un tumor en esa glándula.Estos estudios desembocarían en descubrimientos que fueron valorados internacionalmente como notables contribuciones a los estudios de fisiología humana.Los trabajos de Houssay contribuyeron al conocimiento de las causas de una enfermedad conocida desde muy antiguo, la diabetes. Ya se sabía que el origen de la diabetes era la dificultad del cuerpo para metabolizar o procesar los hidratos de carbono, y que esta dificultad provocaba un exceso de glucosa (azúcar) en la sangre. En 1889, se descubrió que la causa radicaba en el páncreas (una glándula). Pero recién en 1921 se identificó la insulina: hormona liberada por el páncreas que impide el exceso de azúcar en la sangre. Al funcionar incorrectamente el páncreas, se produce insuficiente insulina y aparece la diabetes.Houssay se dedicó a investigar qué papel tenía la hipófisis en la diabetes. Descubrió entonces que perros diabéticos mejoraban cuando se les extirpaba la hipófisis y que su diabetes se agravaba cuando se les inyectaba una hormona producida por la hipófisis. Con estos estudios, el grupo de Houssay logró comprender el rol de la hipófisis en los procesos metabólicos de los carbohidratos y en la diabetes, lo que sirvió de base para el trabajo de otros investigadores acerca del rol de diferentes glándulas endocrinas.En 1947, la Academia Sueca le otorgó el premio Nobel de Fisiología y Medicina por su descubrimiento del papel de la hormona liberada por la hipófisis en el metabolismo de los azúcares.El Instituto de Fisiología empezó a figurar entre los más importantes del mundo y Houssay recibió a numerosos estudiosos extranjeros que acudieron a trabajar bajo su dirección. Así, cada año, trabajaban en el Instituto más de ochenta investigadores, entre los que se incluían varios latinoamericanos que alcanzarían luego brillo propio.También Houssay, quien creía que el desarrollo científico debía expandirse y no depender de unos pocos hombres, alentó la creación de otros institutos de Fisiología como el de la Facultad de Medicina de Rosario, entre muchos otros.En el año 1943 el gobierno peronista, por motivos políticos, interrumpió las tareas del Instituto de Fisiología y despidió a Houssay de la cátedra que conducía. En 1945 fue reincorporado en sus funciones pero sólo hasta el año siguiente. Finalmente, al caer el peronismo en 1955 recuperó sus cargos. Mientras las dificultades con el gobierno del general Perón lo mantuvieron al margen de la Universidad de Buenos Aires, Houssay desechó varios interesantes ofrecimientos para continuar su carrera en el exterior y, con apoyo privado, especialmente de la Fundación Sauberan, pudo continuar la labor de investigación, junto con algunos de sus colaboradores habituales, en el Instituto Experimental de Biología y Medicina creado a tal efecto e instalado en un barrio de Palermo. Más de mil trabajos sobre endocrinología, nutrición, farmacología, patología experimental, glándulas suprarrenales, páncreas, hipertensión, diabetes y otras tantas áreas de la fisiología componen la cosecha de aquel equipo de trabajo.En 1945, menos ocupado que de costumbre, pudo concretar su proyecto de redactar Fisiología Humana, un texto que no tardó en conocerse como "la fisiología de Houssay" que contribuyó notablemente a la formación de muchas generaciones de médicos argentinos y americanos. El propio Houssay redactó capítulos importantes tales como La Fisiología de la Sangre y la Fisiología de las glándulas de secreción interna. Las varias ediciones de esta obra se tradujeron a los más importantes idiomas. Además del premio Nobel, Houssay recibió, entre otros, el premio Nacional de Ciencias; el premio Charles Wickle, otorgado por la Universidad de Toronto (Canadá); la medalla Banting de la American Diabetes Association de Norteamérica; el premio de la American Pharmaceutical Manufacture de Nueva York y el premio Baly Medal de Inglaterra. Fue miembro del Consejo Directivo y Vicedecano de la Facultad de Medicina, presidente de la Academia Nacional de Medicina y miembro honorario de varias decenas de sociedades biológicas, médicas y científicas de todo el mundo. En el año 1970, cuando se realizó en Buenos Aires el Séptimo Congreso de la Federación Internacional de Diabetes, se lo designó presidente de su Comité Ejecutivo.Durante toda su carrera mostró una fuerte voluntad de defender el desarrollo de la investigación científica en Argentina. Permanentemente hizo explícita su decisión de ejercer su vocación en el país, aún cuando recibía ofrecimientos permanentes de distintos centros científicos del mundo que le proponían mejores condiciones de trabajo. Al respecto, Houssay decía: "La ciencia no tiene patria, pero el hombre de ciencia la tiene. Por mi parte, no acepté posiciones de profesor en los Estados Unidos y no pienso dejar mi país, porque aspiro a luchar para contribuir a que llegue a ser alguna vez una potencia científica de primera clase."En el contexto de esta decisión en 1934 creó la Asociación para el Progreso de las Ciencias, a través de la cual se lograron, entre otros frutos, becas de perfeccionamiento en el extranjero y en el país que fueron aprovechadas por aquellos que mostraron el propósito de dedicarse a investigar en biología. Además, proyectó un plan metódico para la formación de investigadores que establecía una carrera científica y un sistema de becas de perfeccionamiento. Esta iniciativa se basaba en el concepto de que un buen investigador sólo puede ser resultado de una carrera suficientemente larga y guiada por los mejores hombres de ciencia del mundo. Pero realizar esta idea no fue fácil: recién lo logró en 1958 cuando se creó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que más tarde derivaría en el actual Consejo Superior de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Esta entidad, que él mismo presidió, pudo dar un importante impulso a la investigación en distintas ramas del saber.Las publicaciones que llevan su firma -en las más importantes revistas nacionales y extranjeras- son muy numerosas y no se agotan en trabajos técnicos: pueden encontrarse también numerosas biografías de grandes nombres de la fisiología y de la biología.Bernardo Alberto Houssay murió el 21 de setiembre de 1971. Además de su trabajo, dejó como legado decenas de discípulos que lograrían renombre universal, como Luis Federico Leloir quién llegaría a ser premio Nobel de Química en 1970.En 1972, la OEA -Organización de Estados Americanos- instituyó el premio Bernardo Houssay para galardonar a los más importantes investigadores del continente americano.

HISTORIAS:Premoniciones. A pocos días del premio Nobel a Houssay, el 3 de noviembre de 1947, se fundó el Instituto de Investigaciones Científicas de la Fundación Campomar. Su director, Luis E Leloir, auguró un gran futuro para la ciencia argentina. Dos décadas después, el 27 de octubre de 1970, Leloir recibía el premio Nobel de Química.

A 50 años del premio nobel de Bernardo Houssay

Carlos Borches y Alejandro Doria

Camino a Estocolmo, sobre un barco y rodeado sólo por el Atlántico, Houssay estaba lejos de su ámbito de aulas y laboratorios, de aquellos lugares cotidianos que lo vieron convertirse en farmacéutico a los 17 años y en doctor en medicina a los 24. Pero el viaje no era casual, sino consecuencia de muchos años de trabajo coherente: el Instituto Carolino Quirúrgico Médico de Estocolmo lo había galardonado -en forma conjunta con los esposos Gerty y Carl Cori- con el Premio Nobel de Medicina. Para esta distinción, el Instituto había tenido en cuenta los trabajos del científico argentino que determinaron el papel de la anterohipófisis como reguladora del metabolismo de los hidratos de carbono. Houssay había iniciado esta línea de investigación cuando, siendo estudiante de medicina, realizaba las prácticas en el Hospital de Clínicas de la UBA. Cuentan sus biógrafos que el tratamiento de un paciente que presentaba un tumor en la hipófisis lo llevó a encarar estudios sistemáticos sobre el funcionamiento de esta glándula. Para esto, retomó las técnicas que unos años atrás se habían empleado para aislar la adrenalina producida por las glándulas suprarrenales, combinando acciones quirúrgicas (extirpación e injertos), biológicas (aplicación in vivo de extractos de glándulas) y acciones químicas para aislar componentes activos de los extractos glandulares. En épocas donde no existía el correo electrónico, ni rápidos viajes al otro extremo del planeta, trabó relación mediante correspondencia con Hervey Cushing, considerado el padre de la cirugía cerebral. Desde los EE.UU., Cushing le envió varios trabajos científicos que dieron base a Houssay para iniciar sus estudios. El argentino experimentó con perros a los que les había extirpado la hipófisis y que, tras la operación, demostraron, primero, severos trastornos de crecimiento y, en segunda instancia, reacciones hipoglucémicas cuando se les aplicaban pequeñas cantidades de insulina -descubierta un año atrás, en 1922, y preparada en el laboratorio dirigido por Houssay. Estos trabajos, realizados en un medio tan alejado de lo principales centros científicos del mundo, pero no por eso desatentos a las novedades revolucionarias que se estaban dando en el campo de la fisiología, permitieron al grupo de Houssay comprender el rol de la hipófisis en los procesos metabólicos de los carbohidratos y en la diabetes. De esta manera se cerraba el ciclo que había iniciado el fisiólogo francés Claude Bernard con los descubrimientos sobre la función glicógena del hígado, en 1848. A partir de mediados del siglo pasado, la fisiología había comenzado un indiscutible proceso de transformación. Houssay se refería al respecto: "Esta ciencia había sufrido una gran crisis de crecimiento dando lugar a numerosas ramas, que luego se separaron de la fisiología, como lo son la bioquímica, biofísica, nutrición, patología y farmacología". Las ramas a las que hacía mención Houssay tenían espacio en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME), por él fundado y mediante el cual generaba las condiciones necesarias para que jóvenes investigadores -como, por ejemplo, su brillante discípulo Luis Federico Leloir- pudieran trazar nuevos rumbos para la ciencia argentina. Pero pese a contar con su propio instituto, Houssay mantuvo intactas sus raices en la Facultad de Medicina, donde no estaba exento de frecuentes cuestionamientos por parte de sus pares. La casa de estudios, de tradición conservadora, encontraba un factor desestabilizador en los proyectos de Houssay, que ponían en tela de juicio la actividad docente tal como se desarrollaba entonces. El nobel no admitía la docencia universitaria sin investigación científica, por lo cual impulsaba fervientemente el cargo full time para los profesores. Esto amenazaba el modelo imperante: dedicación parcial a la docencia -que permitía adquirir prestigio- y atención privada en rentables consultorios. Aquellas eran épocas de dicotomías, en que medio país no toleraba a la otra mitad, y la ciencia no escapaba a la coyuntura. En 1946, con el advenimiento de Juan Domingo Perón, Houssay fue jubilado de su puesto de profesor y director del Instituto de Fisiología de la Facultad de Medicina y, alejado de la universidad, concentró toda su labor en el IBYME, desechando de esta manera los ofrecimientos recibidos de varios institutos científicos del extranjero. Este "exilio interno" tenía un porqué. Vinculado con los sectores más tradicionales de la Argentina, Houssay no había logrado asimilar el acceso al poder, de la mano de Hipólito Yrigoyen, de los sectores medios de la sociedad, y mucho menos la irrupción de la clase obrera, encolumnada detrás de Perón. Con el golpe de estado de 1955 Houssay recuperó su lugar en la Facultad de Medicina. Uno de los grandes logros de la época fue la materialización de su reclamo, lanzado ya en el 30 desde la Asociación para el Progreso de las Ciencias: la creación de un Consejo Nacional de Ciencia y Técnica (Conicet). Su prestigio académico y sus relaciones con el poder permitieron que el entonces presidente de facto, el general Eugenio Aramburu, firmara un decreto creando el Consejo, organismo que con el correr de los años se convertiría en uno de los más importantes sitios de producción científica en el país. El otro eje de la investigación estaba en la Universidad de Buenos Aires, que, en la década del 60, ya no era la misma institución en la cual se había formado Houssay. Ahora la UBA se había convertido en un ámbito bullicioso que, además de contar con una brillante producción de conocimientos, se encontraba inmersa en el debate político de la época, con la realidad nacional y mundial dentro de los claustros, y con participación, no sólo de un estudiantado efervescente, sino también de los trabajadores no-docentes y sus luchas gremiales. Esta ebullición, que amenazaba con cambios sociales, espantaba al prestigioso fisiólogo, que iba camino a cumplir 80 años y, pese a su edad, continuaba batallando por lo que creía justo. Hasta el final de sus días -falleció el 21 de septiembre del 71- no dejó de recorrer laboratorios, ni de recibir en su despacho a colegas y discípulos, fiel a las líneas que había escrito como un hito más en su camino: "Quiero dedicarme al desarrollo del país donde nací, me formé, tengo amigos, nacieron mis hijos, luché, aprendí y enseñé".

PENSAMIENTO DE HOUSSAY

"La Universidad es el centro de la actividad intelectual superior, y cumple así un papel social de la más elevada jerarquía. Su función consiste en crear los conocimientos, propagarlos, desarrollar y disciplinar a la inteligencia, formar los hombres más selectos por su cultura y capacidad. Como bases fundamentales de su acción debe enseñar el respeto a la verdad, desarrollar la aptitud de buscarla con acierto, e inculcar la noción de que es un deber el servicio social".
"Todo este régimen universitario defectuoso y deplorable, agravado por la intromisión de la política externa, ha creado un malestar permanente entre los alumnos, que notan que no aprenden bien, y que miran al profesor como un opresor que los aprieta en los exámenes, más que verlo como a un compañero de trabajo que enseña con su ejemplo y su experiencia. Este malestar y este antagonismo engendran las asociaciones y los movimientos estudiantiles que no tienen razón de ser y que serían incomprensibles en las buenas universidades de las grandes naciones civilizadas".
"La primera función de la Universidad es investigar, para crear conocimientos. La potencia de un país y hasta su independencia, dependen de su adelanto técnico mantenido por la investigación permanente. El cultivo de las ciencias fundamentales es la base de las aplicaciones prácticas posibles".
"El gobierno universitario debe estar exclusivamente en manos de los profesores titulares. La administración estará a cargo de un Director o Decano y de un Consejo administrativo. (...) La participación de los estudiantes será útil transitoriamente, mientras la experiencia demuestre que ejercen la influencia moralizadora. Con el adelanto universitario será innecesaria, como lo es en las grandes naciones".
"La ciencia no tiene patria, pero el hombre de ciencia la tiene. Por mi parte no acepté posiciones de profesor en los Estados Unidos y no pienso dejar mi país, porque aspiro a luchar para contribuir a que llegue alguna vez a ser una potencia científica de primera clase."